𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞: 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐫í𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐦á𝐬 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐝𝐨

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Tras varios minutos de camino en completo silencio llegamos al famoso restaurante.

— ¿Puedo dejar mis cosas aquí? — Le pregunto a Gio.

— Claro — Gio me sonríe y le devuelvo el gesto.

Únicamente saco mi bolso y dejo mis demás cosas en la parte trasera de su auto. Bajo de este y juntos caminamos por el estacionamiento hasta llegar a la entrada del restaurante.

Nos sentamos cada uno en una de las sillas, quedando frente a frente, miro la carta del menú y sinceramente no sé qué ordenar.

— ¿Sabes que vas a pedir? — Gio me pregunta riendo.

— ¿Quieres que sea sincera? — Pregunto riendo.

— Si — Responde Gio.

— No sé que ordenar — Murmuro apenada, pero Gio solo ríe — ¡Oye! — Me quejó.

— La señorita quiere lo mismo que yo, gracias — Menciona Gio en dirección a la chica que tomaba nuestra orden y después se va.

— Gracias por la vergüenza que me hiciste pasar —

— ¿Yo? Pero si fuiste tú sola — Gio se defiende y ambos nos miramos y reímos — Paso un gran momento cuando estoy contigo Mariana, me olvidó de todos mis problemas —

Me sonrojo y me limitó a bajar la mirada ¡Contrólate Mariana!

— Yo, yo también paso un buen momento cuando estoy contigo Gio — Respondo mirándolo y al momento que deja ver su hermosa sonrisa mi corazón se acelera.

Gio es muy lindo, pienso.

— Deberíamos salir más seguido ¿No? Si los dos disfrutamos cuando estamos juntos no veo el porqué no hacerlo más seguido —

— ¿Es una invitación a más salidas? — Hablo divertida.

— Mmm — Gio se hace el pensativo — Ahora que los dices tú sí — Sonrío levemente.

— Está bien, aceptó entonces — Ambos nos sonreímos mutuamente.

Nuestra comida llega tras unos minutos, mientras comemos charlamos de cosas randoms.

— ¿Y dime qué se siente anotar un gol? — Pregunto — Solamente es curiosidad —

— ¿Qué se siente? — Asiento levemente — Bueno, felicidad, alegría más que todo, piensas en las personas importantes de tu vida —

— Supongo que en ti familia ¿No? —

— Supones bien, en mi familia, mis padres, hermanos y mis sobrinos —

— ¿Tienes sobrinos? — Pregunté curiosa.

— Si, un sobrino y una sobrina, y por si quieres saber más tres hermanos, pero ahora ¿Y tú? Tienes hermanos, sobrinos... —

Gio notó el cambio en la expresión de mi rostro, baje la mirada por unos segundos.

— Mariana... — Gio junta nuestras manos que están sobre la mesa — ¿Pasa algo? —

— Tengo un hermano, bueno tenía porque murió hace un tiempo... murió por leucemia —

— Lo lamento, no lo sabía, no quería incomodarte —

— No te preocupes, no tenías por qué saberlo — Murmuré.

— Es por eso que tu familia tiene una fundación, ayudan a los niños con cáncer —

— Si, mi familia pasó por ese dolor y hay muchas más familias que lo están pasando, entonces decidimos ayudarlos aunque sea un poco —

— Es muy solidario de su parte, hacen una labor increíble — Gio me sonríe — Lamento lo de tu hermano —

— Gracias Gio — Respondo.

Estuvimos en silencio por unos minutos hasta que Gio rompió el silencio con un tema totalmente diferente.

Pasamos un rato más en el lugar hasta que llegó la hora de pagar.

— Oh, no, yo te invité — Gio le da a la chica su tarjeta para pagar.

— Para la próxima ahora me tocará pagar a mí — Negué riendo mientras guardo mi cartera en mi bolso.

— Está bien, la próxima pagarás tú — Asentí.

La chica le devolvió la tarjeta a Gio y se fue dejándonos a solas.

— ¿Nos vamos? — Dije y él asintió.

Juntos salimos del restaurante y caminamos rumbo al estacionamiento donde dejó su auto hace un par de horas.

— ¿Mamá? — Dije contestando una llamada entrante de su parte.

Mariana ¿Dónde estás? Te esperamos terminando el partido y nos dijeron que te habías ido ¿Estás bien?

Oh, perdona mamá, lo olvidé por completo. Sí, tranquila, estoy bien, vine con un amigo a comer

Está bien Mariana, pero avísanos, estábamos preocupados

Lo siento mamá, pero ya voy camino a casa, ¿Los veo ahí?

— Si, cariño, te vemos en un rato —

— Okey mamá, te quiero, adiós — Dije y terminé la llamada con mi madre.

— ¿Tu mamá? — Gio pregunto mientras se coloca el cinturón de seguridad.

— Sí, olvidé decirle que saldría contigo, mi casa está... —

— A las afueras de la ciudad, en la misma zona y que la mía — Lo miré sorprendida — No me mires así, tu padre es un empresario muy conocido aquí en Londres —

Negué divertida — Bueno, entonces ahí vivo — Ambos reímos.

Mientras Gio conducía, tomé mi cámara y revise algunas fotografías del partido de hoy.

— ¿Te encanta la fotografía, verdad? — Pregunta.

— ¿Eh? Si, me encanta por algo, estudió fotografía — Reí — Desde pequeña comencé con la fotografía y me encanta —

Sin decir nada más preparé mi cámara y le tomé unas fotografías a Gio.

— ¿Qué haces? — Ríe — Comenzaré a cobrarte por cada foto que me tomes —

Solté una carcajada — Uy, perdone señor importante — Miré cada una de las fotografías — Luego te las paso, para el recuerdo —

— Bueno, creo estamos a mano, no soy el único que le toma fotos al otro — Alcé una ceja — Mira — Gio detiene el auto, toma su teléfono y lo desbloquea — Yo también te tome un par de fotografías —

Abro los ojos sorprendida — ¿En qué momento? —

— No sé tomar fotografías con una cámara profesional, pero si con un teléfono, además te ves bien — Me sonroje.

Tras ese momento Gio siguió conduciendo hasta que finalmente llegamos a mi casa.

— Gracias por traerme y gracias por esta noche la pasé muy bien —

— Igual la pasé muy bien Mariana, nos vemos mañana —

— Adiós Gio — Me despido con un beso en la mejilla y siento un escalofrío al tener cerca de mí.

Tomo mis cosas y salgo del auto, miro una última vez a Gio para después caminar hasta la entrada de mi casa.

— Te dije que no te quiera ver cerca de Gio — Una voz femenina llamó mi atención, además que me tomó bruscamente del brazo.

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 || GIOVANI LO CELSO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora