𝐨𝐧𝐜𝐞: 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐞

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El profe termina de dar la clase y me levanto de mi asiento, guardo mis cosas y espero a Sandra.

— ¿Vamos a comer? — Mi mejor amiga pregunta.

— Uhh no puedo, tengo una sesión fotográfica por en un rato, pero te prometo que mañana sin falta —

— Está bien, lo entiendo, no te preocupes. Te veré mañana entonces ¿Sí? — Asiento — Y no olvides la tarea de mañana —

— No lo haré — Mentí, olvide por completo esa tarea — Este ¿Qué tenemos que hacer? — Sandra ríe.

— El trabajo te tiene con la cabeza ocupada, tenemos que tomar dos fotografías de temática libre, lo que tú quieras —

— ¿Eres la mejor lo sabes? — Abrazo a mi mejor amiga y me despido de ella — Adiós, cuídate —

Salgo del salón de clases y voy directo al estacionamiento, me subo a mi auto y reviso la dirección que Gio me envió mientras estaba en clase.

Sigo la ruta que marca el GPS de fondo está mi playlist reproduciéndose.

Al llegar dejo mi auto en el estacionamiento, bajo mi cámara y mi mochila.

Camino hasta la entrada del lugar y con la simple mirada busco a Giovani.

— Hola — Escucho una voz detrás de mí y doy un ligero brinco del susto — Perdona, no era mi intención asustarte —

Sonrío levemente — No te preocupes — Suspiró — No me asustaste demasiado —

— Eso no lo parece — Gio ríe y me uno a eso.

— ¿Entonces quieres un par de fotografías en este sitio? ¿Tienes algún permiso? — Pregunto un poco confundida.

— Sí y no — Gio se encoge de hombros y lo miró sin entender — Primero quiero invitarte a comer y después recorremos un poco la ciudad en busca de fotografías —

— Gio no es necesario que hagas esto... —

— Nada de eso, te puedo asegurar que no has comido. Vamos, yo invito — Gio sonríe en mi dirección.

Pienso por unos segundos ¿No creo que suceda algo malo si acepto o sí?

— Está bien — Respondo resignada — Pero me dejarás pagar la mitad de la cuenta —

— Sí, te digo que si ¿Aceptarás verdad? — Asiento — Bien, te dejaré pagar la mitad de la cuenta —

Gio le hace una señal a un chico, este mismo nos guía a una mesa que hay disponible.

Gio espera a que me siente primero, tomo la carta y espero que él ordene primero.

El chico tomó nuestra orden y se va.

— ¿Y a qué se debe esto? — Pregunto.

— ¿Qué? ¿Invitarte a comer? —

— Sí, es algo extraño, digo después de lo sucedido entre nosotros dos —

— Me diste curiosidad Mariana, únicamente quería conocerte y se me hizo una buena idea decirte que necesito una sesión de fotografías —

— Una mentira piadosa — Alzó una ceja y sonrío.

— Una pequeña mentir piadosa, aunque no del todo es mentira. Si necesito fotografías nuevas —

— Bueno Giovani, espero que te guste mi trabajo —

— Ya verás que si — Siento mis mejillas arder, no entiendo por qué.

Nuestra comida llega y comemos entre una plática armónica. Ambos contamos cosas de nosotros dos para conocernos un poco más.

Al terminar saco mi tarjeta más rápido que Gio y se la doy el mesero.

— Tienes que ser más rápido Gio — Él niega divertido.

— La próxima me tocará pagar a mí —

— Entonces, ¿Habrá próxima vez? — Alzó una ceja.

— Por supuesto — Responde.

Al pagar salimos del lugar, caminamos por las calles de la ciudad y nuestra plática sigue.

— Ven aquí — Tomó a Gio del brazo y lo guio hasta una calle del centro de la ciudad — Es un buen lugar para una fotografía —

— Bueno, tú eres la experta — Gio sonríe, he perdido las veces que ha hecho eso. Tiene una sonrisa hermosa

Gio se acomoda y preparo la cámara, tomo unas cuantas fotografías mientras él posa.

— ¿Listo?, la gente se nos está quedando viendo —

— Sí — Respondo y reviso algunas de las fotografías — Posas muy bien Gio — Él ríe y se acerca a mí — Mira me gusta esta, te ves muy natural —

— Te lo dije — Lo miró sin entender — No me equivoqué al pedirte a ti que me tomarás unas fotografías — Me sonrojó — Eres muy buena Mariana, la mejor fotógrafa que he conocido —

— Hasta Gio exageras — suelto una risa nerviosa.

— Bien me toca — Él toma mi cámara y fruncí el ceño — Quiero ver si voy bueno en la fotografía y tú serás mi modelo —

— Oh no, yo para dos soy mala, yo voy detrás de la cámara — Intentó tomar mi cámara, pero Gio es más alto que yo.

— Vamos, ve lo harás muy bien — Suspiró.

Voy al mismo lugar y hago el intento de posar para la cámara, ahora entiendo a Gio cuando me dijo que personas se nos quedan viendo, qué vergüenza.

— Gio — Me quejo.

— Creo que ya — Caminó hacia él — No soy tan malo, ¿Verdad? —

— De hecho me gusta esta — Señaló una fotografía en la pantalla — Eres bueno Gio —

— Bien, creo que te haré competencia — Ambos reímos.

— Vamos, hay más lugares muy buenos para una fotografía —

Gio asiente y seguimos recorriendo la ciudad por unas horas más, incluso la noche cae sobre Londres y nosotros seguimos tomando fotografías.

Tiene tiempo que no pasó un rato así de agradable con una persona, tengo a Sandra, pero con ella es diferente.

A Sandra la conozco de toda la vida, mientras que a Gio se podría decir que recién hoy lo conocí.

— Gracias por esta tarde Mariana — Llegamos al estacionamiento del restaurante donde dejamos nuestros autos.

— Al contrario, Gio, gracias a ti. De verdad lo pasé muy bien —

— Espero que esto se repita —

— Me encantaría — Respondí.

Gio se acerca a mí y beso mi mejilla.

— Adiós — Dice y camina hasta su auto.

La mejor tarde que he pasado sin duda alguna.

Entro a mi auto y conduzco de vuelta a mi casa, mis padres deben de estar preocupados, así que antes le envío un mensaje a mi mamá diciéndole que voy para casa.

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 || GIOVANI LO CELSO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora