La cafetería de nuevo, mucho ruido, muchas personas y el lugar perfecto para sentirse aislada, palabas entraban por mis oídos de todas direcciones, ninguna con la importancia suficiente como para querer conservarlas dentro de mí. Rodeada de gente generalmente me sentía rota, como si algo no estuviera bien conmigo, era una constante tristeza que se albergaba en mi alma, haciendo raíces por todo mi cuerpo, esa sensación que me obligaba a ver todo desde lejos, como si yo no dijera las palabras que salen de mi boca, como si la sonrisa que muestro no fuera la mía.
Mi mesa estaba justo en el medio de la cafetería, había chicos que comían solos, otros que preferían pasar inmersos en sus teléfonos y otros como los de mi mesa, que preferían pasar conversando, ¿De qué?, pues, no lo sabía, pero no podía interesarme menos.
—Alice, ¿Estás con nosotros? —me preguntaba Cass mientras se reía con los demás.
—Sí, solo estoy un poco distraída —le dije tratando de ubicarme en la conversación.
—Estábamos preguntándote si ibas a ir a la fiesta, obvio que sí, ¿No? —me dijo Cass con demasiada emoción—: Debemos ir juntas, va a ser el viernes.
—Claro que si—le respondí porque no tengo la habilidad para negarme, aunque si fuera por mí me ahorraría el dolor de cabeza y las interacciones con el resto.
No muy lejos de nosotros, apenas termine de responder, se escuchó el sonido de alguien estampándose contra el suelo, era muy común porque las baldosas eran demasiado resbaladizas en especial cuando alguien dejaba caer algo líquido y no se preocupaban por secarlo, instintivamente regresamos a ver, la pobre chica estaba de rodillas y no muy lejos de ella estaba su bandeja con la comida aspergeada por todos lados y una parte de esa comida había terminado en los pies de la persona equivocada.
—Límpialo... —le dijo Mia, una chica problema que se divertía a costa de los demás, pero increíblemente hermosa, era como si su mal temperamento fuera inversamente proporcional a su belleza, pero aun así me encantaba de una manera sobrenatural, prácticamente había terminado rindiéndome a la idea de que mi fetiche debía estar relacionado con las chicas malas—: ¡Límpialo! —volvió a decirle mientras la chica que seguía en el suelo trataba de buscar algo con que limpiarle los zapatos de Mia.
—Lo...siento —le respondió mientras usaba su bufanda como limpiador, lo que resultaba muy penoso e incómodo de ver, pero supongo que eso es mejor a ser golpeada por ella.
—No lo vuelvas a hacer, porque la próxima te tocara hacerlo con la lengua —le dijo Mia, mientras la empujaba para que se cayera de nuevo, las risas como consecuencia de su acción no faltaron, ¿Cómo pueden las personas aprobar algo así?
Mia siempre lucía enojada con todo, se irritaba con la menor provocación y aunque lo que le hizo a esa chica fue malo, puedo decir que tuvo suerte, porque no es lo peor que la he visto hacer, es muy ingenioso en cuanto a lastimar a otros.
Ver esa escena me quitó el hambre, trate de seguir con la conversación e ignorar lo que había pasado, pero tenía demasiado culpa por no haber ayudado, supongo que así funcionan las cosas. "Let it be" es lo que me repetía mientras me levantaba de la mesa con una excusa para salir de la cafetería directamente hacia el baño, talvez sentir el agua fría sobre mi rostro podría ayudarme un poco, pero apenas crucé la puerta tuve ganas de regresar por donde entre, si tan solo ella no me hubiera regresado a ver, habría salido, pero ahora ya era muy tarde
—¿Tienes un pañuelo?, aun tengo restos de comida sobre mi ropa.
—Debiste pedirle eso a la pobre chica que tuvo que limpiar tus zapatos con su bufanda —le respondí mientras me acercaba al lavadero para mojarme el rostro.
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MÍA (editando)
RomanceAlice es una adolescente que ha venido desarrollando una depresión que oculta de todos debajo de la imagen de una "chica perfecta", la única persona que le hace sentir algo es Mia, una chica con problemas de agresividad de quien siempre a estado e...