Capítulo 9

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—Debes dejar el instituto... —me dijo Cass mientras terminábamos de comer. Me había invitado a su casa después de clases, pero no fuimos juntas porque no quería que la vieran conmigo, podría haberme enojado con ella, pero era normal que lo hiciera porque Amanda nuestra amiga, nos contó que el rumor decía que era Cass la chica que había grabado el vídeo y comenzaron a molestarla. Ella les gritó a todos que no era ella y luego regresó con su ex para que la dejaran en paz. Las cosas no estaban bien, pero en este mundo casi nada lo estaba.

—No puedo dejar que ellos ganen —le dije sonriéndole, mientras seguía comiendo el puré que su mamá había hecho. —: Además, no puede durar para siempre, ¿cierto?

—¿Y si empeoran?, que tal si las cosas no mejoran, que tal si siguen mal— me dijo mientras apartaba las cebollas de su plato.

—Tengo esperanza de las cosas cambien —le respondí mientras yo tomaba las cebollas de su plato.

—Ya ha pasado un mes y nada ha cambiado —me contestó con la mirada hundida en su plato.

—Si lo ha cambiado, ya no es como en el principio y con el tiempo se olvidarán de lo que pasó —le dije mientras le levantaba el rostro para secarle las lágrimas que estaban brotando.

—No entiendo porque Mia también se une a los chicos que te molestan, si es ella la otra chica... solo di la verdad, eso podría cambiar el panorama, la molestarían a ella y te dejarían en paz —me dijo con rabia.

—No puedo... —le respondí agachando la mirada.

—Pero, ¡¿Por qué?!, ella es la culpable de todo, si no hubiera entrado en tu vida las cosas estarían como siempre, no te das cuenta que ella...

—Estoy enamorada —le respondí interrumpiéndola—: Además ella no quiere hacerlo, la están amenazando.

—¡Es una estúpida! Y tú también, ¿Cómo puedes estar enamorada de alguien que te trata de esa manera? —me dijo Cass molesta —: Ni siquiera sabes si es cierto.

Nos quedamos en silencio un rato, lo único que se escucha de fondo era a su hermanita Kitty jugando en la sala, el resto solo eran sonidos provenientes de la calle. Me costaba justificar la actitud de Mia, pero no podía evitar hacerlo, cada vez que la veía seguía recordando sus lágrimas, su cara de culpa acompañaba por todas las mentiras que me dijo para alejarme y abría funcionado si no fuera porque seguía ayudándome. Las bromas de sus amigos pararon y las que lograron hacerme antes de que eso sucediera salían mal, ellos ya no me molestaban cuando pasaban cerca de mí y bajaban la mirada cuando ella estaba con ellos. Las cosas que estaban escritas sobre mí en las paredes del baño aparecieron un día pintadas y las manos de Mia con manchas del mismo color que la pintura. Las chicas que me molestaban fueron interceptadas por ella, yo lo vi todo desde el segundo piso, ellas no volvieron a molestarme, por lo menos no de frente. Mia siempre estaba cerca, cuidándome.

—¡Ya no soporto ver que te molesten! —dijo finalmente Cass—: ¡Estoy tan harta!

—Pero, tampoco harás algo... —le respondí viendo como su enojo se convertía en vergüenza—: Eso mismo le pasa a ella, la misma impotencia, el mismo enojo. No te pido que lo entiendas, creo que el amor es muy injusto a veces y lo entenderás cuando te enamores.

—No me voy a enamorar.

—Claro que lo harás y cuando lo hagas me vas a entender.

—Creo que prefiero ahorrar el sentimiento.

—No importa cuando corras, te alcanzara.

—Ya veremos.

Me despedí de Cass y de su hermanita Kitty, eran las únicas en su casa, pero le pedí que les dejara mis saludos a sus padres. Cuando crucé su puerta una extraña sensación me acompaño, era como si no fuera a entrar a esa casa otra vez, como si esa pequeña despedida era el fin de mi amistad con Cass.

MÍA (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora