Capítulo 17

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El sol entraba por mis ojos segándome al tratar de enfocarlo, el aroma salado proveniente del puerto mezclado con el sonido de las aves y el intenso olor floral que lo gobernaba todo, acapara mis sentidos.

Bajamos por unas escaleras de piedra, estaban húmedas por el contacto con la marea alta en la noche. Estaba casi desierto, le pregunté por qué y ella me dijo que la gente no solía alejarse tanto del pueblo, supongo que es por la necesidad de las personas a permanecer cerca de otras. En cuanto topamos la arena, Mia comenzó a sacarse el vestido, caía lentamente por su cuerpo, mientras yo trataba de dejar de mirarla.

—Tú también debes quitarte la ropa —me dijo riéndose—: Aunque te costará trabajo con todo lo que traes puesta, ¿no son muchas capas de ropa para verano?

—No te burles, tú antes solías vestirte así, ¿O ya lo olvidaste?

—No recuerdo haber usado tatas capas y accesorios en mi vida.

—Es cierto, tu no tenías tanto estilo —le respondí mientras me quitaba la ropa.

—Es la primera vez que alguien me dice eso, pero se que no lo dices enserio así que no lo tomara en cuenta —me dijo riéndose.

—Claro que lo digo enserio, mi estilo es mejor y cualquiera lo confirmaría.

—Pero mi ropa interior sigue siendo asombrosa —Dio una vuelta para que la contemplara porque solo mirarla era imposible.

—Bueno si ha esos pequeños trozos de tela que tratan arduamente de taparte un poco les llamas ropa interior, pues tienes razón.

—Vamos, te encantan y sé que preferirías quitármelos, así que entra rápido al agua.

—Tal vez no has cambiado mucho, supongo que algunos vicios son difíciles de olvidar —le respondí acercándome a ella para tocarla, pero en cuanto estaba a punto de hacerlo salió corriendo hacia el agua, y yo fui detrás de ella.

El agua iba y venía, las risas acompañaban a los roces, y las miradas decían lo que las palabras no podían, supongo que ahora ya puedo entender porque existe la palabra inefable, lástima que también tenga que añadirle efímero.

—Ali, quiero tenerte de nuevo, quiero sentirte otra vez, ¿te parece eso demasiado egoísta de mi parte?

—No puede ser egoísta, porque yo deseo lo mismo —le respondí, pero no quería hacerlo, es solo que necesitaba ser amada, supongo que cerca de ella mi dignidad desaparecía, si es que algún día la llegue a recuperar. Ojalá pudiera decirle que aun veo el video que ella grabo y lloro en la dicha mientras trato de quitarme la sensación de asco que siento hacia mi misma, es solo que aun así no quiero estar con otra persona que no sea ella, no quiero estar sola de nuevo.

Mia comenzó a besarme, sus manos pasaban por mi cuerpo más suave que las pequeñas olas a mí alrededor, su boca dejaba escapar sus quejidos ahogados mientras mis ojos miraban alrededor en busca de la presencia de alguien más porque la idea de que no haya nadie alrededor de nosotras me parecía anormal.

—No puedo... —dijo de repente mientras se alejaba.

—¿Qué pasa? ¿hice algo malo? —le pregunté de inmediato.

—Me siento demasiado culpable, yo... yo no creo que te amo y sé que tú piensas que me amas, y eso no me hace sentir bien. —Escuchar esas palabras dolían tanto, hubiera preferido que me usara y me mintiera a escuchar la verdad—: Te estoy lastimando de nuevo, ¿Verdad?

—No, estoy bien —le respondí tratando de calmarla y atraerla a mí.

—¡No está bien! No puedes seguir queriendo estar conmigo después de todo lo que hice, yo no me lo merezco. —Sujete su rostro con las dos manos y la volví a besar para que dejara de pensar en eso.

—¿Quieres que nos vayamos? —le pregunte luego de que se calmara, ella afirmo con la cabeza y salimos del agua.

—Sabes, lo que soy ahora se lo debo a mi abuelita —me dijo en cuanto nos sentamos en la arena. Con sus manos comenzaba a juntar la arena para hacer un pequeño castillo.

—¿Por qué no viviste con ella desde el principio? —pregunte mientras la ayudaba con su castillo.

—Bueno, fue por el trabajo de mis papás, ellos querían estar cerca de mí, además decían que la educación en la ciudad era mejor, aunque talvez fue ego, no querían que mi abuela les dijera que hacer, supongo que fueron muchas razones, pero ninguna buena.

—¿Y cómo terminaron accediendo a dejarte aquí?

—Creo que se dieron cuenta que no podían hacer nada para ayudarme, se equivocaron demasiado, así que mandarme con mi abuelita fue como su última opción, además ella me quiere mucho y no se negó en recibirme, las dos la pasamos muy bien juntas.

—Sé que debería estar feliz por ti, pero me siento demasiado sola desde que te fuiste, siento como si siempre hubiera estado de esta manera, me cuesta avanzar.

—Busca un lugar nuevo y comienza otra vez —me aconsejo.

—No quiero un nuevo lugar —le respondí un poco molesta, como un consejo tan mediocre podría solucionar mi vida—: No quiero intentarlo de nuevo.

—¿Por qué tan negativa?, siempre es bueno comenzar otra vez.

—¿Cuál es el punto de comenzar de nuevo?, al final todo resultara igual —le dije lanzando una concha al agua.

—Eso no es cierto...

—Si lo es, ¿o qué crees que sucederá contigo cuando tu abuelita se muera?, volverás a ser la misma de siempre; ropa negra, molestando a todo el mundo, regresando con los psicólogos, todo de nuevo —Las olas llegaban a la arena con más fuerza—: ¿Y sabes por qué es eso?, porque las personas no cambian, tal vez empeoran, pero jamás mejoran. El mundo es un asco y no se necesita ser un genio para darse cuenta, solo los estúpidos permanecen en él con una sonrisa en sus rostros.

—No sé si solo eres cruel o enserio piensas esas estupideces —me dijo poniéndose de pie.

—Soy realista, no pensarás que el positivismo te durara toda la vida, en cuento te acostumbres a este pueblo volverás a ser la misma persona.

—Yo cambie y al parecer tú también, es una lastima que te convirtieras en la mierda que estas siendo en este momento.

—¿Te ofendí?, porque las dos sabemos que lo que dije es cierto, tu misma lo decías —le respondí poniéndome de pie—: Eras mejor antes, por lo menos admitías el asco de persona que eras, ahora solo te lavas las manos de tu pasado y te escondes de tus errores con tu abuelita.

—Discúlpate...

—¿Debo disculparme por decir la verdad?

—Debes disculparte por ser una estúpida.

—Puedo disculparme, pero sabes que todo lo que dije es cierto, además la única razón por la que me dices esas estupideces positivas es porque te sientes culpable.

—¡Y como no sentirme culparme, si terminaste convertida en esto! —me respondió señalándome—: Ni siquiera puedo reconocerte, no eres ni la sombra de lo que eras cuando te conocí.

—Tú te aseguraste de que así fuera, no actúes como que no sabes que me pasó... para refrescarte la memoria te lo resumiré, una maldita manipuladora con problemas mentales me engaño para acostarse conmigo y grabarme mientras lo hacíamos, siendo esa mi primera vez, para de esa manera salvarse el pellejo. Luego de utilizarme dejó que todo el mundo me fastidiara por ello, arruinando mi vida por completo, sin embargo, yo estaba enamorada y le perdoné todo, pero no le bastó, huyo como una cobarde, dejándome sola con todos los problemas que había ocasionado. ¿Te quedó claro? —Se secó las lágrimas antes de poder responderme.

—Lo siento... No puedo decirte más que eso, ¡no puedo hacer otra maldita cosa más que disculparme!, no puedo regresar al pasado, no puedo borrar tu dolor, no puedo hacer nada por ti... así que dime, ¡¿Qué quieres de mí?!

—¡Quiero que me ames!

—¡Pero no puedo!

MÍA (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora