Uno

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Eunsook

—Hola señor Do.

—Hola, Namjae.

—Que tenga bonito día.

Y así saludó a todo el edificio, mi niño conocía a todos en mi trabajo y es que siempre estaba aquí conmigo, no tenía quién pudiera cuidarlo y Jihye me consiguió un permiso para poder traerlo, el jefe aceptó encantado, con la única condición de que se mantuviese quietecito observándome trabajar.

En menos de dos días se hizo amigo de todos y memorizó sus nombres y rostros, enamorándolos con su encantadora presencia e inocencia, tengo el mejor hijo del universo.

Tenía su propio carnet de entrada, con su foto, nombre y mi número de teléfono por si acaso, cuestiones de seguridad.

—¿Si me veo bien?— pregunta, entramos a la sala de espera dónde se supone debe estar Jihye.

—Te ves guapísimo, cariño.

Me sonríe bonito y corre a saludar a Jihye, ella lo levanta en brazos y lo abraza con fuerza, lo escucho quejarse antes de acercarme y abrazarla también a manera de saludo.

—Los extraño mucho en casa— pucherea—¿cómo es la vida sin tía Hye? dime que también me extrañas, bolita.

A Jihye le debo la vida entera, la mía y la de mi bebé, ella fue nuestro único apoyo todos estos años y estuvo conmigo desde que Namjae nació hasta ahora, me ayudó a estudiar, me consiguió este trabajo y nos brindó techo, un hogar.

—Puedes ir a vernos todas las veces que quieras, mamá me compró una computadora y dijo que soy lo suficientemente grande para tener mi propia habitación.

—¿Si? Eso es increíble y muy cierto, estás creciendo y necesitas tu espacio para tus cosas.

Namjae se sonroja un poco antes de confesar en susurros.

—Pero aún no me acostumbro, así que en las noches busco a mamá para dormir.

Jihye suelta carcajadas y besa sus regordetas mejillas antes de bajarlo para que camine un poco por la habitación, sonrío dejándole mi celular y audífonos para que se entretenga. Jihye me observa y es tanto lo que me conoce, que inmediatamente pregunta si algo malo sucede.

—Namjae quiere conocer a Namjoon, se enteró de que vendrán aquí.

—Oh, cielo...

—¿Crees que puedas conseguirle un autógrafo por lo menos? sabes que no puedo dejar que lo vea. —me mira, sé que no está de acuerdo con mis decisiones y que piensa que lo más sensato es que él se entere, pero no puedo, no pasará— Por favor, Jihye.

Asiente, resignada.

Me dice que puedo sentarme un rato mientras empieza mi horario de trabajo como tal, lo hago y Namjae apenas me siente cerca, me busca, arrecostándose.

Lo observo y se me encoge el corazón, se puso su camiseta favorita, esa que trae los nombres de los miembros del grupo impresos en la espalda, sus jeans y sus zapatos verdes, está ilusionado.

—¿Le preguntaste si puedo verlo?

—Si, cariño-

Alguien entra y le agradezco mentalmente, nos levantamos ambos para saludar al jefe quién le sonríe a Namjae con simpatía y aprieta mi mano.

—¿Como amanecen ustedes dos?— pregunta—Me encontré a Jihye en el pasillo y así supe que estaban aquí ¿desayunaron?

—Mucho, me comí dos tazones de cereal. Estoy muy lleno.

—Eso es una terrible noticia, yo quería invitarlos a desayunar.

Namjae abre la boca.

—Puedo hacer un espacio.— reímos— No quiero ser grosero.

—No te preocupes, puede ser otro día.

Jihye regresa y mi propio hijo me traiciona.

—Mamá no desayunó porque se nos hizo tarde, puede ir con ella y yo me quedo con la tía Hye.

Para completar, se acerca a ella y toma su mano, asegurándome que ha tomado una decisión y Jihye no parece en desacuerdo con la idea.

—¿Entonces tengo tu permiso para llevarme a Eunsook unos pocos minutos?— él acepta, afirmando con la cabeza— gracias eh, prometo no quitártela por mucho tiempo.

Entrecierro los ojos a mi hijo mientras sigo a mi jefe a la salida, me entrega el teléfono antes de perderme de vista y suspiro colocando ambas manos dentro de los bolsillo de mi pantalón, vamos a salir del edificio, supongo que tiene algo que decirme si recurrimos a la cafetería que está cruzando la calle.

—¿Como van las grabaciones del programa de radio?— pregunta en su usual tono calmado— Espero que mi fastidioso hijo no esté dando muchos dolores de cabeza.

Río mientras niego con la cabeza. Entramos a la cafetería y busco una mesa para ambos, nos atienden inmediatamente y cuando la mesera se va, puedo contestar a su pregunta tranquilamente.

—Todo está muy bien, al contrario, se ha ganado la simpatía del equipo, todo está perfecto.

—Eso me alegra y desconcierta, porque en casa actúa como un adolescente loco y su madre ya no lo tolera.— entrelaza ambas manos, sus codos sobre la mesa— Dime, Eunsook ¿tu equipo asignado te ha tratado bien?— la sonrisa se pierde de mi rostro y termino suspirando.

—Imagino que ya se enteró.

—Y no de boca tuya, uno de los miembros de dicho equipo me comentó sobre lo sucedido.— suspiró— Sé que te tomas tu trabajo muy enserio y eres profesional.

—Trato de que así sea— apenas llegan con nuestras órdenes, le doy un sorbo a mi bebida— tengo un niño por el cual velar, no puedo perder mi trabajo solo por malos comentarios.

—Y yo respeto eso, admiro mucho tu determinación, eres buena en tu trabajo y eso no lo negaré nunca.— una pequeña sonrisa aparece— Pero, me gustaría que te quejaras al menos una vez, cuando tu eres profesional, lo menos que puedes esperar es que los demás también lo sean. Quién haya empezado aquellos rumores de mal gusto, será amonestado y no está a discusión, no puedo tolerar a alguien que crea tan mal ambiente en mi empresa y siendo honestos, ya estoy viejo para más dolores de cabeza.

Suspiro para mis adentros sintiéndome algo culpable, tantos problemas a raíz de mi situación e imagen como madre soltera han dado mucho de que hablar en algunos de los miembros del personal, no todos, porque tengo que admitir que la mayoría son agradables, pero siempre habrá aquella persona malintencionada, es inevitable.

—¿Y que tal? ¿Has conseguido una escuela para Namjae?

—Tengo algunas en mente, espero poder inscribirlo pronto y así calmar su emoción por empezar a estudiar.

—Con lo inteligente que es, seguro lo promueven a un grado más avanzado, tienes un niño prodigio.

Sonrío muy orgullosa de escuchar aquello, lo sé, mi bebé es el niño más listo y no me canso de recibir cumplidos por lo maravilloso que es.


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A Cool Dad;KNJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora