Capítulo.-36

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TAYLER

El silencio de la noche y los grillos del campo nos acompañan en la espera de que podamos entrar a la escuela.

-¡Vamos abre la puerta,Peter!

El chico de cabellos revueltos soltó un gruñido por el reclamo de Alaysa. La puerta hizo "Clic"  cuando cedió el seguro, y Joseph a mi lado soltó una carcajada incrédula de lo que logramos.

-Bienvenido a la pandilla, Tayler.-Me dice Thomas dando palmadas en mi espalda.-¡Que la fiesta clandestina comience!

Todos nos colocamos los audífonos y la música comenzó a sonar, uno de los tantos chicos que habían arrastró una máquina que comenzó a llenar de espuma el solitario corredor. Mire los ojos de la chica rubia y detalle la emoción en su rostro cuando también encendieron la máquina de luces, comenzó a bailar y reírse a compañía de sus amigas. Los chicos del equipo de fútbol me llenaron de shots de tequila y bebí cuantos pude.

No puedo creer que aceptaran mi loca idea de celebrar aquí mi integración a la pandilla. Estoy divirtiéndome, hace mucho que no lo hago y aunque extraño con toda mi alma a Estela, estos chicos me hacen tener esperanzas de un futuro y disfrutar el presente.

A lo lejos la chica de largo cabello rubio me hizo un ademán con la mano, me acerqué y quite los audífonos al igual que ella.

-¿Que te parece?.—Ríe divertida admirando el alboroto.

-Ustedes no dicen que no a una alocada idea.

-Acostúmbrate, yo he dejado de refutarles tanto, me llevó casi dos años.—Suelta un resoplido y da un trago a su bebida.

Durante nuestra plática toda la fiesta se vuelve ajena a nosotros. Me quedo absorto viendo como sus labios se mueven a cada formulación de palabras, en cómo mueve las manos mientras habla y el sonido de su tierna risa. Camille es preciosa y ni siquiera parece consiente de ello, es tan tranquila y agradable...

-¡Camille!

Es todo lo contrario a su amiga Ellen, en la cual admito no termino de confiar.

-¡Llevo una hora buscándote!.—Reclama frunciendo el ceño y luego pasa a mirarme.—¡Ve a disfrutar de tu fiesta!, tengo que hablar con ella en privado.

La rubia me dedica una sonrisa de disculpa antes de enredar el brazo en el cuello de su ebria amiga. No soy prejuicioso, pero lo poco que llevo de conocer a esa chica Ellen, puedo decir que no es de fiar. Dejo salir un suspiro y me levanto para buscar a los demás, tenemos que irnos dentro de una hora, de no ser así nos van atrapar y seremos posiblemente expulsados. Veo la espalda de Joseph y le tocó el hombro para llamar su atención.

-Recuerda que tenemos que irnos en media hora.—Le digo cuando se quita los auriculares, mira su reloj y alza en pulgar en señal de afirmación.

Lo dejo seguir hablando con Thomas y yo me acerco a los del equipo a beber unos tragos. Peter está aparragado contra la pared mientras una chica de mi clase de física le platica algo, por el rostro de mi amigo es muy claro que no le presta mucha atención. Sus ojos pasean con aburrimiento mientras bebe, cuando da conmigo alza la cabeza en saludo y se lo devuelvo. Él regresa su atención a la chica pero la ignora para pasar su vista a otro lado. Con la mirada busco el centro de su atención y veo a Alay con Derek, uno del equipo de deportes. Ellos están riendo y claramente ligando, veo nuevamente a Peter y sus ojos están fijos en la pareja, lo veo apretar un poco el vaso de plástico que sostiene en la mano.

Lo sabía, le gusta.

Desde que Peter me presento con los demás, noté cierto recelo de su parte cuando hablaba con Alaysa. Ella es una chica más que bonita...pero prefiero a las rubias. Como sea eso llamo mi interés así que me detuve a examinar su comportamiento con Alaysa; la trata un poco mejor que a los demás, es menos tosco al hablarle o contestarle cuando pregunta algo, la forma en que la mira e incluso la muy leve sonrisa que se le escapa cuando se queda tan ido con tal solo verla, es claro lo qué pasa por su mente.

"LA PANDILLA" #1 (En edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora