Capítulo.-10

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Los sucesos de la noche anterior, aparecen en mi cabeza uno tras otro mientras observo al chico dark, profundamente dormido a mi lado.

—¿Dónde diablos...está mi ropa?.—refunfuño, levantándome con cautela.—Lo dejé por aquí.

Durante la noche me lo quité para dormir más cómoda, y ahora no lo encuentro.

Doy un bufido, y me agacho para revisar por debajo de la cama...

¡Aquí está!

—¡Auch!.—mi cabeza se golpea contra el soporte del colchón.—Ahhggg...

Refunfuño un poco más, y me levanto para conseguir mi chaqueta, la cual sigue en la entrada de la puerta, así que rápidamente la alcanzo y me visto.

De reojo observo movimiento, y mis ojos quedan en Peter, quién se remueve inquieto sobre la cama.

Una vez en orden con mi ropa, paso los dedos sobre mi cabello para peinarlo, y finalmente tomo el pomo de la puerta para salir al pasillo.

—¡¿Como diablos no sabes dónde esta Alay?!.—chilla Cami, poniendo ambas manos en sus caderas.—¡Busca a mi mejor amiga, Tayler!

Tay sonríe ampliamente cuando me ve parada a unos metros de ellos.

—Tranquila, ya la encontré.—bromea, sonriente.—¡Tará!

El rostro impregnado de diversión por parte de Tay, cambia a una expresión confundida. Cami imita su gesto, y yo quedo helada al sentir que la puerta detrás mío, es abierta.

—¿Durmieron...en la misma habitación?

—Ella en la cama,y yo en el piso.—explica Peter, con voz rasposa y soñolienta.—Dile a tu bestie que es una jodida egoísta, Camille.

Y sin agregar nada más, nos pasó de largo bajando por las escaleras.

Vaya...

Debo admitir que no sé cómo diablos logró vestirse tan rápido, y sobre todo mentir tan natural. Parece que su carácter es de gran ayuda para mantener su mentira piadosa, un tanto verídica.

Para seguirle la corriente en la mentira, doy un chasquido con la lengua y le grito:

—¡No aguantas nada, Peter!

Al parecer Cami y Tay se tragan nuestra mentira.

Tayler nos lleva escaleras abajo para desayunar con la pandilla. Al llegar a la cocina, me sirvo solo una taza con café, Camille se percata de ello, y no tarda en obligarme a comer lo que cocinó.

—¿Un muffin?.—ofrece, sosteniendo la pequeña bandeja.—¡Yo los hice, no tienen nada de azúcar!

—No...—a espaldas de Cami, Tay aparece sacudiendo la cabeza efusivamente.—Eh...no tengo mucha hambre.

No es por ser grosera y despreciar su gesto...es solo que sus recetas no son las mejores. Le encanta preparar comida saludable, la cual no sabe bien. Y por supuesto que ninguno de nosotros se ha atrevido a decirle. Ni siquiera Peter.

—¿No?.—ella ladea la cabeza, y se gira para ver a Tay. Él deja de mover la cabeza al instante.—Tay me dijo lo mismo...¡y eso que ya se ha comido casi todos!

—Tayler amaneció hambriento, mejor se lo das a él, ¿no crees?

—¡Claro!.—asiente, alegremente.—¡Tay-tay!

Apenas se va en busca de él, escapo antes de que se arrepienta en no obligarme a comer sus muffins de dudosa procedencia.

Tomo el asiento libre a lado de Jo...Y puede sonar ridículo, pero...por pura sensación, sé que Peter está en el asiento de enfrente, mirándome con disimulo.

"LA PANDILLA" #1 (En edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora