—¡Alaysa, tú teléfono me estresa!.—Ellen fisgonea el nombre de contacto, y tuerce el gesto al ver de quién se trata.—¡Deberías contestarle y ya!—No. Prefiero ponerlo en silencio.
Estoy con las chicas en Hill's. Decidimos venir a tomar algo para poner al tanto a Ellen de lo que pasó ayer en nuestra fallida, cita doble.
—Creo que deberías hablar con él, Alay.—insiste.—Si te está llamando, debe ser por algo.
—¡No!.—refutamos Cami y yo al mismo tiempo, y agrego.—No lo haré ni de broma.
—¡Él solo está jugando con Alay!.—chilla Cali con indignación.—¡Y que Dios me perdone, pero es un imbécil!
—Bah, tienes razón.—concede Ellen esbozando una mueca.—Que se joda.
Mi celular vibra con la notificación de un mensaje. Por un momento sospecho que es otro de los tantos mensajes de Allek—y que tanto ignoro—pero, para mi fortuna es solo uno de mi madre.
—Chicas, me tengo que ir volando.—informo, levantándome y guardando mi celular en mi bolsa.—Mi madre necesita ayuda en casa.
—¡Uyyyy!.—alarga Ellen, burlona.—Vas a casa a ayudar con el almuerzo para papi dos.
Camille le da un golpe en regaño, al ver mi expresión incómoda.
Ya les he contado un poco sobre la relación que sostiene mi madre tiene con Alarik, pero no sobre el reciente compromiso.
Me lo pensé dos veces, y un poco más. Todo porque Ellen no para de bromear cosas en doble sentido, y admito que me pone un tanto incómoda.
—Bueno, Nathan me espera también.—Cami me sonríe, y se levanta también de su asiento.—¿Te llevo, Ellen?
Ella asiente, y las tres nos despedimos en la puerta del lugar.
Hoy me toca me toca irme caminando. Mi maldito y viejo auto, decidió fallar esta mañana, y digamos que lo vi como una señal divina para hacer algo de ejercicio.
Voy a paso distraído cuando algo, o mejor dicho...alguien, tira de mi mano para llamar mi atención.
Me volteo sobresaltada por el jaloneo, y mi estómago se revuelve en cólera de solo ver su rostro.
No me creo que otra vez lo tenga en frente, perturbando mi hermosa vista.
Esta vez ya no me hace sentir mal, ni me da ningún dolor en el estómago o estrujamiento de pecho.
Solo quiero golpearlo. Muy violentamente.
—Alaysa.
—Sam.—escupo su nombre, como si se tratara de algún insulto.—Suéltame o te daré un puñetazo.
Okey, lo que he dicho suena como algo que diría el rabioso de Peter, pero es que verlo me pone de mal humor.
—¡Que violenta!.—se burla, y me zafo de él, de mala gana.
—¿Qué quieres?
—He oído bastante sobre ti últimamente.—la sonrisa que esboza, me da mala espina.—Ya sabes, que sales con chicos que tienen novia.
Él no dijo eso.
Siento como mi cara pierde color, y mis manos se enfrían del mal presentimiento.
—¿Como...sabes eso?.—murmuro, tratando de mantener la calma.—¿De dónde sacas eso?
—¿Te importa?
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"LA PANDILLA" #1 (En edición).
Novela JuvenilEn su último año de preparatoria, Alaysa Fitzen y su grupo de amigos tendrán que enfrentarse cara a cara; con el amor, la familia, la amistad y enemistad. ¿Podrá sobrevivir la pandilla ante el golpe de realidad de sus secretos? ¿Su unión soportará l...