Capítulo.-16

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ALAYSA

Tener a Alarik en casa para las cenas es agradable. La mesa se llena de anécdotas por su parte, y risas de sorpresa nuestras. Hoy comenzó a contarlos brevemente cómo conoció a mamá. Fue exactamente cuando él tenía dieciocho, y ella dieciséis, bastante jóvenes a decir verdad.

Para impresión mía, relató que realmente su primer encuentro no fue amor a primera vista. Fue más bien enemistad, que poco a poco cedió a un trato cordial.

No dio muchos detalles a como evolucionó su relación, pero por el tono de voz meloso que expresó, fue claro que desde el momento que la conoció, quedó encantado hasta la médula.

Admito que ver a mi madre enamorada de un nuevo hombre, es algo refrescante. Después de todo lo que hemos pasado los últimos años, se lo merece, y no espero la hora para comenzar con los preparativos para su boda.

—¿Mamá?.—ella deja a un lado su copa y me mira con atención.—Cuando se casen, ¿seguiremos viviendo aquí?

Es algo que aún no discutíamos como familia, pero idea de irnos de esta casa, me causa cierta nostalgia.

He crecido y vívido aquí toda mi corta vida, ciertamente tendría un poco de tristeza por dejar los buenos momentos, pero la idea de alejarme de todo los malos que impregnaban las paredes de esta casa, me resulta tentador.

—Aún no lo he hablado con Alarik, cariño.

Ella mira de reojo a su prometido que se remueve ansioso en su silla.

—Megan...—dice, enderezando su postura.—Chicos...he estado pensando que después de la boda, podría conseguir una casa donde podamos armar nuevos recuerdos...—Alarik se aclara la garganta, y agrega en seguida.—...digo, no quiero presionarlos y entendería perfectamente su incom...

—¿Puedo tener la habitación más grande?.—interrumpe Kaleb, apoyando la mano contra su rostro en gesto aburrido.

Alarik se ríe incrédulo y genuinamente divertido de la pregunta de mi hermano.

—¿Así de fácil?.—se cruza de brazos, riendo.—¿Ninguna objeción, oposición o lo que sea, Kaleb?

—Solo si tengo la habitación más grande, no, ninguna.

Vaya, este niño sabe lo que quiere, y va directo a ello. Algún día será un monstruo.

—Trato.—acuerda Alarik serio, dándole la mano "cerrando su acuerdo".

—Da igual lo que diga.—murmuro, desanimada.—De todos modos el siguiente año no creo estar mucho por aquí.

No quiero dejar la ciudad para irme a estudiar a otra parte, pero no tengo muchas alternativas.

—¡A mi también me da igual lo que digas!.—interviene Alarik, frunciendo el ceño.—Alaysa, cada vez que decidas volver, tendrás una familia y habitación esperando por ti.

—Alarik tiene razón, mi cielo.—apoya mamá, dándome una de sus cálidas sonrisas.—Así que si...—ella mira a su prometido con una sonrisa.—¡Me parece maravillosa tu propuesta!

Continuamos la cena y el tema se centra en nuestro posible "nuevo hogar". Estoy segura que este paso en la vida de mi madre, será bueno para todos nosotros.

******

—¡Ay, al fin contestas! ¡Por el amor de Dios!

La risa de Jo se escucha del otro lado de la línea.

—Lo siento Alay, ¿Quieres que vaya a tu casa? Dime antes que entre y me tiré en mi cuarto.

—¡Pues claro! ¡Tengo algo sumamente importante que contarte! ¡Apresúrate!

"LA PANDILLA" #1 (En edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora