Capítulo.-38 (Final I)

99 16 8
                                    



Los días se han ido volando y prueba de ello es que precisamente ahora, me estoy vistiendo con el largo vestido azul cielo de dama de honor para la boda de mamá. Admito que estoy muy emocionada y algo nerviosa, no puedo esperar a verla entrar en su misterioso vestido de novia a la iglesia. Y digo " misterioso" porque desde que lo compró se negó a enseñármelo.

-¡Vamos Alay, me haré viejo aquí!.—Vocifera la voz de Jo con insistencia.—¡Peter no deja de amenazarme para que te lleve a la iglesia!...¡Alay, me asusta tu novio!

Suelto una carcajada y me apresuro a bajar las escaleras. Decir que he estado encerrada en una burbuja de amor con Peter durante los pasados días...es mentir, porque gracias a mi madre no lo he vuelto a ver desde nuestra cita. Mamá se volvió loca y me arrastro junto a su demencia para tener todo perfectamente listo para la boda. Estuvo tan decidida junto a mi tía Alicia a llevar todo de manera tradicional al grado de sacar a Alarik , literalmente sacó a su prometido y futuro esposo de casa para mandarlo a un hotel. Su excusa fue que no podía ver a la novia en "la semana de los preparativos".

-Estás hermosa.—Me halaga Jo apenas me ve.—Vámonos ya. Kaleb está con Alarik, y Meg en la iglesia con tu tía.

-¡Oh mierda!.—Estoy a punto de salir cuando recuerdo lo que se me olvida.—¡Aguarda un segundo!

Subo rápidamente las escaleras y tomo la caja negra, nuevamente bajo siendo regañada por la mirada de mi amigo.

-Ni a la boda de tu mamá puedes llegar a tiempo.—Sacude la cabeza en negación.—Tu pasión es llegar tarde.

-Si si si, como digas señor puntualidad.—Me burlo y entro al auto saludando a los padres de Joseph, y finalmente nos marchamos a la ceremonia.

PETER

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

PETER

Soy un maldito suertudo.

Ella entra a paso lento hasta el altar y mis ojos no abandonan ni un segundo su bello y delicado rostro. Mi chica es despreocupadamente hermosa y luce como algo angelical con ese vestido azul. Siendo sincero me distraigo de la ceremonia y del "Si acepto" por parte de los ahora esposos. Las lágrimas que se le escapan a Alay me provoca querer cruzar la distancia que nos separa para estrecharla en mis brazos. Se que son de felicidad pero ese es mi instinto; consolarla, animarla y amarla aún cuando es una bola de emociones.

Estoy agradecido cuando Meg y Alarik se despiden anunciando que nos esperan para la recepción de su boda. No espero más y me acerco a ella tomándola por detrás de su cintura, se sorprende un poco y cuando doy un ligero beso en su cuello se relaja.

-Hola guapo.—Su forma de saludarme me hace sonreír como lo que soy, un imbécil enamorado.—¿Te gustó la ceremonia?

-No lo sé, no podía dejar de verte.

Escucho su risa y se gira a verme elevando una ceja.

-Que curioso, yo tampoco podía dejar de verte en este traje.—Lay desliza sus manos de mi cuello hasta mi pecho.—Resulta que eres más sexy en un esmoquin.

"LA PANDILLA" #1 (En edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora