CAP. 38 - ¡PUM!

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— Besándoos, por supuesto –dijo Jellal como si fuera obvio.

De repente a Natsu ya no le caía tan mal.

— Mira tú por donde –rió levantando una ceja y mirando a Lucy. No se creía una palabra de ese tío pero hey, su metas coincidían–. Pues nada, Lucy, son las reglas.

Lucy abrió y cerró la boca varias veces, sin saber por dónde empezar.

— Será una broma –consiguió decir al fin con las orejas ardiendo–. ¿Me puedes decir qué tendrá que ver a quién beso con recuperar mis llaves elementales?

— Celestiales –corrigió el peliazul.

— Lo mismo me da. Ni siquiera sé quién... ¡O-oye! –Lucy puso las manos en el pecho de Natsu, quien se había acercado cada vez más a ella con intención de besarla–. Atrás, animal. Yo no he accedido a nada todavía.

— ¿Tan poco "besable" soy? –preguntó Natsu torciendo el labio inferior con cara triste. Lucy enrojeció hasta las orejas. "Todo lo contrario, colega", pensó.

— A ver, no es eso, es que...

— Es que qué.

— Yo... ¡Y yo qué sé! –explotó ya Lucy. Era demasiado para asimilar; ¿sus fuertes y extraños sentimientos por el chaval, magia, un chico parecido al Jellal que conoce llegando de "otra dimensión" y diciéndole que están hechizados? ¡Venga ya!–. ¡Mira, amigo, eres guapísimo y me atraes muchísimo más de lo que creía y todavía no sé por qué, pero no puedes esperar que bese a alguien a quien acabo de conocer sin ninguna otra razón más que "salvar el mundo"! ¿Y ahora resulta que la magia existe y que todos somos magos y que estamos en otra dimensión? Dame un respiro. ¿Y se puede saber qué onda con ese tatuaje? ¡Da un mal rollo que te pasas!

Cuando acabó pudo, al fin, hacer una pausa para respirar. Jellal 2.0 estaba atontado, intentando recordar todo lo que Lucy había dicho, aunque luego asintió de acuerdo con ella. A Natsu, por otra parte, se le veía más divertido que halagado.

— Bueno, pelo pitufo, ya has oído a la señorita. Dale una buena explicación para que pueda besarme.

Lucy le lanzó una patada que él esquivó por los pelos.

— ¡Hablo en serio! ¿Acaso no puedes pensar en otra cosa, animal?

Natsu le cogió el pie en el aire y la miró, más serio.

— Contigo al lado hace tiempo en que no puedo pensar en otra cosa, Lucy.

Eso la dejó sin palabras. Bajó la pierna y su rabia se enfrió. Se sentó más calmada, aunque aún a una prudente distancia de Natsu. Aquel chico tenía algo que le hacía perder los estribos.

— ¿Vas a estar callado todo el día? –le instó Lucy a Jellal 2.0 para que hablase.

— ¿Sabes, Lucy? Antes eras más tranquila –dijo Jellal con una sonrisa.

Lucy cogió su zapatilla aún mojada y le apuntó con ella.

— ¿Te ayudo a recordar?

— Nah, tranqui. Estaba poniendo en orden mis pensamientos –se apresuró a decir Jellal ante la terrorífica amenaza–. ¿Qué quieres que te cuente exactamente?

Natsu se sentó también en la cama frente a ellos dos con las piernas cruzadas y la cabeza apoyada en el puño, como quien espera que le lean un cuento. Se acercó un poco más a Lucy sin que ella se diera cuenta; también le había picado la curiosidad. La rubia no se lo pensó dos veces.

— Todo. Desde el principio.

• • •

— ... y así es como salvasteis la Navidad –acabó Jellal. Natsu aplaudió encantado.

Ese es mi Imbécil ||Nalu|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora