the best love story || nct; yumark

Chapter 5

Pequeños acontecimientos llevan a Mark a grandes pensamientos.

Desde que terminaron las grabaciones del programa musical al que fueron, Yuta estaba distinto, ¿o incluso antes?, tal vez desde que comenzaron.
No, siendo sincero, Mark diría que, en retrospectiva, Yuta estaba diferente desde el comienzo de las promociones de 'Kick It'.

Los primeros días se veía mucho más animado que de costumbre. Luego fue como si perdiera el interés en cosas como mantener una conversación. Otros días lo encontraba molesto de la nada y con nadie. Después volvía a ser el Yuta de siempre que bromeaba con Jungwoo, pero no duraba mucho hasta cambiar de actitud por algunos días.

Y aunque nada tenía que ver con él, de cierta manera a Mark le molestaba verlo así. "Más allá de que me guste... es un hyung y es normal que yo esté preocupado" se decía, cambiándose de ropa a una más cómoda.

Había escuchado la puerta de Yuta cerrarse, indicando que había salido de su habitación.

Con rapidez, Mark caminó por su dormitorio hasta su puerta, para abrirla y encontrarse con el japonés, antes de que éste se vaya de la sala, y trató de actuar como si no hubiese salido sólo para encontrarse con el.

—Hey, hyung —trató de sonar casual.

—¿Hm? —murmuró Yuta en respuesta.
Estaba caminando hacia la cocina concentrado más en su móvil que en donde pisaban sus pies.

Su expresión era un poco fácil de leer, decepcionado.
Mark, tan pronto como vio ese semblante en el rostro del mayor, aceleró el paso, metiéndose en la cocina antes que él, sosteniendo la puerta con una sonrisa cerrada.

—¿Pasa algo? —pregunta curioso de lo que estaba viendo en su celular.

—No es nada, gracias Makku —el mayor le dedicó una pequeña sonrisa junto con una mirada que no duró ni dos segundos.

En esas últimas semanas, las sonrisas que le dedicaba Yuta habrían sido significantes, desde que sus sentimientos a él eran diferentes, guardaba cada sonrisa, mirada y micro expresión que el contrario le regalaba, sin embargo, aquella sonrisa no había sido de su total agrado. No parecía una verdadera.

Yuta pasó y se sentó en una de las sillas del pequeño comedor redondo, sin quitar la vista de su móvil, teniendo el ceño levemente fruncido, comenzaba a escribir.

El canadiense suspiró silenciosamente y soltó la puerta para que ésta sola se cerrara.

Se movió por la cocina simulando buscar algo.

—¿En serio está todo bien hyung? —insistió tratando de no sonar invasivo.

Escuchó un murmullo largo de su mayor mientras que sacaba del refrigerador cosas para hacer un sándwich.

—Bueno, no tanto —respondió finalmente, y el canadiense pudo notar que vaciló antes de contar más—, en realidad, tengo problemas con Winwinie.

A Mark le llamó la atención que aún teniendo problemas, Yuta siguiera llamándolo por motes cariñosos.
Sacó del refrigerador cosas al azar y las puso encima de la mesa, enfrente de Yuta.

—¿Qué pasa? ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar? —preguntó apoyando al chico enfrente suyo.

Yuta sonrió levemente, casi con lástima, —No creo que sea oportuno involucrarte —dijo para volver a mirar la pantalla.

Mark asintió con desgano que no intentó ocultar. No, no era oportuno involucrarse de ninguna manera en esa relación. Ni ofreciéndose a ayudar con sus problemas, ni acercándose mucho a Yuta teniendo los sentimientos que tiene. Era peligroso, porque podría dar un paso en falso y quedar mal con Yuta y más personas. Ya lo sabía, pero, él mismo no sabía cuándo se había vuelto tan egoísta, que eso quedaba a segundo plano.
Se sentó en una de las sillas frente a Yuta, y comenzó a hacer su sándwich.

—Involucrarme no, pero puedo escucharte si lo necesitas —su atención viajaba de los ojos de Yuta a lo que estaba haciendo con sus manos.

Yuta sonríe, está vez, más real que anteriormente.
—No quiero agobiarte, en serio no es nada —insiste.

—Si no es nada, ¿por qué debería agobiarme? Y si fuera así, eres mi hyung y si me preocupo no sería tu culpa ¿no? —cuestionó. Y decidió que eso sería todo, no quería hacer que Yuta se abriera si no lo quería en verdad.

El mayor bloqueo su celular y lo dejó sobre la mesa. Su semblante se aligeró y terminó sonriendo ampliamente.

—Por cierto, si quieres hacer un sándwich con ese queso, no creo que esté en buen estado —evadió el tema.

Mark volteo a ver lo indicado e hizo una mueca de disgusto, —Ugh, ¿En serio? ¿Por qué las cosas no duran aquí? —se quejó, simulando que en serio quería.

Yuta se encogió de hombros y se levantó de la silla, casi que renovado.
—No lo sé, pero las cosas sí duran en restaurantes, ¿sabes? —dijo juguetón— tengo hambre, aprovechemos y vamos a uno, será como una cita.

El menor rió ante la broma, pero con su pecho llenándose de calor.
Allí volvía a ser el hyung de siempre. Con esas bromas a las que no podía dejar de buscar otro sentido.

—Está bien, supongo que seré la chica —Mark entrecerró los ojos siguiendo la broma, tomó todas las cosas que había sacado, y devolviéndolas al refrigerador cuanto antes, ansioso de pasar tiempo con el contrario.

Por el rabillo del ojo vio cómo Yuta caminaba hacia la puerta olvidando su celular sobre el comedor. Se mordió el labio, lo tomó y salió de la cocina para seguirlo.

—No hace mucha falta que hagas de una chica —alcanzó a oír, un comentario que lo hizo sentir genial.

Llegó a su lado y lo miró distraído.

—Hyung, olvidas esto —quiso alcanzarle su móvil, sin embargo, recibió una negación con su cabeza.

—Lo dejé a propósito —musitó—, sólo quiero pasar tiempo contigo.

Esos comentarios, las bromas, el contacto, lo hacían sentir cosquillas en el pecho. Delante de cámara no eran suficientes, puesto que era esperado. Allí y en ese momento, tenían una sensación de realidad.
Se sentía culpable por disfrutarlos tanto.