Chapter 24

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Mark inhaló y exhaló profundamente todo el aire que le permitía la mascarilla. Estaban sorprendentemente tranquilos caminando esa mañana por el centro comercial.

Probablemente en Chuseok, ni siquiera las sassaengs estén disponibles. Pensó Mark, paseando su vista por los escaparates de las tiendas, caminando con ritmo calmo.

Los demás chicos (Jungwoo, Jaehyun, TaeIl y Yuta) estaban de fondo, con sus conversaciones acerca de las comidas que comerían el día siguiente y lo que tenían planeado hacer para navidad, de tanto en tanto entraban a tiendas, a veces se esparcían y se reencontraban nuevamente.

Yuta, por su parte, estaba atento a cada movimiento del sospechoso Jungwoo, quien se había estado completamente normal, comiendo y comprando cosas como los otros chicos. Hasta que...

—Oh, creo que tengo que irme... —cortaba Mark con el celular en la mano— mi familia me está esperando para el almuerzo.

Jungwoo puso una mano sobre la espalda de Yuta, —¿Irás al apartamento por cosas? —preguntó inocentemente.

—Sí, pasaré por allí antes —asintió.

—Feliz Chuseok, entonces —dijo TaeIl, y Jaehyun repitió lo mismo.

—Feliz Chuseok, hyungs —dijo despidiéndose con un ademán, para después empezar a caminar a la dirección contraria.

Jungwoo por fin vio la oportunidad, y dio un pequeño golpe con el codo a Yuta mientras se daba la vuelta y seguía con los otros dos.

Por su lado, Yuta sabía de las intenciones de Jungwoo ahora, puesto que le estaba dando miradas cargadas como diciéndole "Háblale, háblale maldita sea".
Yuta estaba consternado. Él le esquivaba y sólo miraba a Mark de reojo, su pecho no mentía, había algo cada vez que le miraba, y Jungwoo le estaba animando a aclararse por completo, pero el japonés lo veía un poco más complicado que eso.

Yuta siguió a los demás negándose a ir detrás de Mark, ganándose una mirada de muerte de parte del entrometido Kim.

—Hey, creo que voy a comprar una sudadera nueva para este invierno —dijo Jaehyun entrando a una de las tiendas.

—Creo que quiero comenzar a usarlas —contestaba TaeIl.
Y cuando los dos estaban lo suficientemente lejos, entonces Jungwoo comenzó.

—¿Qué haces aquí? ¿No ves que puede ser una oportunidad? —se enfrentó.

—¿Oportunidad para qué? —frunció el ceño— Jungwoo, ni siquiera estoy seguro...

—Entonces, una oportunidad para decirle que no estás seguro, yo que sé —espetó—, pero no lo puedes dejar sin resolver, ¿o vas a intentar ignorarlo por siempre?

Yuta negó con la cabeza —No entiendes, Jungwoo, prefiero esto porque es más que probable que no pueda ni verlo... —dijo molesto— la subunidad japonesa, ¿recuerdas? Tendré que irme.

Jungwoo entonces se dio un guantazo mental. ¿Cómo pudo relajarse tanto con ese hecho? Incluso si Yuta resolvía que amaba a Mark, como también si resolvía que todo era sólo una confusión. El resultado era el mismo por el dato de que pronto pasaría más en su país de origen.
Las facciones del menor cambiaron por completo a tristeza.

—Puedes rechazarlo... —pronunció con dificultad— pero no puedes ignorarle antes de irte.

Sentenció, y diría que su propio corazón dolió de imaginar eso. Se sintió mal por todo lo que había armado, ¿orquestar esto para que acabase en nada? Porque de cualquier forma la situación acabaría mal.

Jungwoo se metió a la tienda mirando la ropa pero sintiéndose culpable, no quiso ver a Yuta, que suponía estaba tras él. A ese punto supuso que el japonés no tenía intención de ir.

Entonces siguió con si nada, agarró un hoodie y lo estiró —Me gusta, ¿crees que sea buen regalo para Taeyong hyung? —preguntó, pero no obtuvo respuesta.

Miró a su lado y no estaba Yuta. Se fijó atrás de él e incluso se asomó a ver si no estaba al fondo de la tienda con TaeIl o Jaehyun.

Sonrió con tristeza dándose cuenta que finalmente había ido.



Mark sacó su llave luego de mucho buscar, y justo cuando iba entrando notó una silueta familiar llegando de las escaleras.

—¿Hyung? —preguntó extrañado, y sintió que se le eriza la piel de tan sólo tener un leve presentimiento— ¿Qué pasó tan...? —quiso preguntar de manera despistada, pero la primera mirada que le dió el contrario lo dejó sin habla.

Yuta venía casi sin aliento, con la mirada totalmente fija en él, había determinación en ella, pero también un aprecio inimaginable, como si quisiera grabarse la cara de Mark junto con todas sus facciones y todas sus bonitas expresiones.

—Yo... olvidaba que... —por un momento trató de excusarse su presencia repentina, pero sacudió la cabeza espabilando—, no, no es cierto. Al diablo... Mark, necesito hablar contigo.

Lo miró, y su corazón, juraba que podría salirse despavorido en cualquier momento.

—¿De... de qué... hyung? —apenas pudo formular. Era tan difícil cuando se sentía ahogar en las pupilas de Yuta.

Yuta tragó saliva y sintió lo mismo de siempre; alas revolotear —Ya sabes... ya sabemos de lo que tenemos que conversar... —dijo entre seguro y vacilante.

Se quitó la mascarilla de un tirón. Lo iba a decir todo y quedándose expuesto.
Mark ante ésto no pudo hacer más que quedarse quieto y aguantar todos los sentimientos y la ilusión que no le cabía en el pecho.

Yuta avanzó lo que faltaba para estar dentro del apartamento por completo y cerrar la puerta, al mismo tiempo que Mark retrocedía y quedaba de espaldas contra la pared, manteniendo el espacio de medio metro entre ambos.

—Mark Lee, me gustas... mis sentimientos son confusos... pero puedo afirmarlo con total seguridad.

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the best love story || nct; yumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora