the best love story || nct; yumark

Chapter 10

Mark salió de la sala de grabaciones, sintiéndose completo por aquél día, se despidió de Lucas con una sonrisa en la cara que incluso hizo sonreír al contrario.

Estaba excepcionalmente feliz en todo el día. Terminó canciones, regrabó algunas partes, dio ideas que fueron aceptadas y el trabajo estaba listo por ese día. Se fue a casa pensando en que nada le gustaba más que a lo que se dedicaba.

Llegó al apartamento y lo encontró en completo silencio, sin embargo no reparó en ello y se quitó los zapatos, caminó hasta uno de los sofás y se acostó sin más.

Cerró los ojos y por su mente reprodujo lo que había sucedido ya hace unos días.

"Buenos días, Makku" abrió los ojos de a poco y distinguió una cabellera plateada al lado suyo "Fue casi imposible despertarte" y escuchó esos leves susurros arrulladores, continuando "Y tampoco quería porque te veías lindo".

Yuta estaba al lado de la cama, agachado a su altura mirando a Mark con ojos divertidos.

Mark sintió la sangre subir a sus mejillas, y se incorporó sobre la cama de Yuta, "Hyung, lo siento... debió ser incómodo para ti... ¿dónde dormiste?" Preguntó, mirando al otro chico tomar su móvil y comenzar a hacer cosas en él.

Yuta se encogió de hombros sin mirarlo "Pues en mi cama" respondió, y se paró para ir hasta su escritorio, "Es lindo cómo siempre buscas una almohada para abrazar" dijo sonriendo ampliamente sin despegar la vista de su teléfono celular.

A partir de allí, Mark añadió a su lista de deseos ser tan cercano a Yuta como para repetir esa ocasión. Había descansado tan bien y con tanta tranquilidad que no podía esperar a tener de nuevo aquella oportunidad.

Por supuesto, pasaba tiempo con él cuando estaba libre y Yuta necesitaba ayuda con su Inglés, o cuando comían juntos con los otros miembros. Pero en cierta parte no podía ser suficiente. Quería sentir eso tan fuerte, aturdidor pero tan anestesiante de nuevo.

Iba a pararse para ir a su habitación, pero escuchó, de repente, voces en el apartamento. Una conversación rápida y casi en voz baja, una de las voces parecía un poco escueta y hasta enojada, sin embargo, su tono se suavizó y luego hubo una pequeña risa. Eran dos voces que conocía bien.

Dirigió entonces sus pies, curioso, hasta la puerta de la habitación de Yuta porque de allí procedían dichos sonidos.

—¿Hyung? —preguntó tocando la puerta, y esperó sólo un segundo para que esta se abriera.

Era Jungwoo sonriente del otro lado sosteniendo un vaso vacío.

—¡Mark Lee! Llegaste, justo íbamos a salir para comer, ¿no quieres venir? —preguntó saliendo de la habitación, dejando ver a Yuta siguiéndolo.

—Me gustaría, ¿a dónde van? —dijo, preguntando más para Yuta que para Jungwoo, pues una vez que sus ojos se cruzaron, una especie de magnetismo los atrapó.

Yuta respondió con el nombre de un restaurante cerca de los apartamentos, pero sinceramente Mark no le escuchó. Sólo sonrió y se dedicó a seguirlos y bromear con ambos chicos.

Siempre inconscientemente al pendiente del japonés.

Estar enamorado era una experiencia que en serio cambiaba todo en uno mismo.