Chapter 9

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Desde esa mañana, Mark se encontraba en un estado constante de alegría interna. Las actividades de 'Punch' terminaban en esa misma jornada, se había divertido en las grabaciones, había obtenido atenciones implícitas de parte de cierto hyung y por último, el alcohol de festejo nunca había tenido un mejor gusto.

Entre el sonido de los vasos, las risas y las voces del staff, Mark comenzaba a sentirse un poco agraciado y mareado al tiempo que pasaba por su garganta el último trago.

No se enteró de que los demás miembros ya buscaban irse de aquel restaurante hasta que miró a Johnny y a TaeIl pararse, y entonces sólo los imitó, avanzó hasta la salida siguiendo a todos por detrás, sintiendo sus piernas un poco adormecidas.

—¿Te sientes bien? —escuchó la voz de Yuta a su lado, en pleno trayecto hasta la salida—, estás caminando raro.

A Mark se le bloqueó la mente para responder, se distrajo con la cercanía de Yuta, quien pasaba su brazo por sus hombros. No supo que le agradaría tanto estar bajo su atención.

Hasta ese momento, no había notado lo lindo que ese día se miraba su hyung.

—Ahora mismo estoy genial, hyung —contestó casi un minuto después, luego de un silencio largo simplemente caminando uno al lado del otro, con un tono aturdido; causando que su contrario riese un poco.

Él también soltó una risita aún cuando no sabía porqué lo hacía. Tal vez era el alcohol mareandolo, porque incluso no cayó en cuenta cuando ya se encontraba adentro de la minivan que los llevaría a los dormitorios. O más aún, cuando ya estaban pasando por las calles colindantes a donde quedaba su edificio.

¿Cuanto tiempo se quedó mirando a Yuta? No lo podía saber ni quería hacerlo. En cambio sólo siguió mirando a ese hyung de reojo, recordando las pequeñas cosas de ese mismo día.

"A mi en verdad me gusta Mark" afirmó con una sonrisa sincera hablando para los presentadores, "Así que solamente me pego a él, lo sigo"

Para ese momento pasó de largo y siguió con el ambiente del programa, pero ahora que tenía tiempo para pensar en ello, lo estaba meditando.

Lejos del ambiente bromista en que el momento estaba envuelto, ese comentario sólo confirmaba lo que Lee ansiaba; que Yuta estaba siendo cercano a él no sólo en cámaras o por el simple compromiso de volverse cercano, sino porque a él de verdad le agradaba Mark.

El auto se detuvo y todo el mundo procedió a bajar, Mark siendo uno de los últimos, atrasándose disimuladamente para caminar de nuevo junto al japonés, porque él también gustaba de estar junto a él.

Sintió nuevamente el brazo de Yuta rodeando sus hombros sin haberlo pedido, y se abstuvo de sonreír de oreja a oreja.

—¿Qué harás esta noche, hyung? —preguntó Mark a su lado tratando de crear una conversación para relajar esas tan conocidas mariposas, y, en parte queriendo pasar un poco más de tiempo con él. Aunque sea unos minutos más al estar en casa.

Escuchó una exhalación con tintes divertidos salir de Yuta —¿Tal vez dormir? Hoy ha sido muy ajetreado como para hacer planes en la madrugada... —respondió sin dejar en ningún momento de rodearlo, pero con sus ojos atentos a por donde caminaban.

—Ah, claro... –musitó suavemente sonriendo sin mostrar los dientes, sintiéndose un poco tonto por lo obvio de la respuesta— Es que... —trató de salvar la conversación— creo que necesito hablar con alguien, sabes... — dijo, un poco con tono de excusa y giró a mirarlo completamente, demostrando un poco de necesidad en lo que planteaba.

En parte era cierto que precisaba de hablar sobre asuntos ocurriendole en la cabeza... así que ese sería el pretexto que tomaría para pasar tiempo con su hyung.

Yuta asintió cuando lo oyó, y correspondió al instante su mirada. Sus ojos amenazaron con quedarse hipnotizados con los del contrario, sin embargo no fue así porque la atención de ambos fue a parar a Jungwoo, quien los llamaba para alcanzar al elevador y subir al apartamento todos juntos.

—Diablos, creo que pediré comida... —musitaba Jungwoo, al tiempo que al lado suyo Jaehyun soltaba una risita irónica.

—Estamos regresando de comer...

En el elevador se iniciaba una conversación casual y casi animada, pero con leves matices de cansancio en sus voces. Mientras tanto, Mark y Yuta tenían la atención posada en el otro —sin mirarse— y nada más, como si estuvieran en un espacio a parte.

Llegaron a su piso. Y ambos fueron los primeros en bajar del elevador, siendo seguidos por los demás quienes se esparcieron yendo a distintas partes del apartamento.

Yuta se separó del canadiense, haciendo sentir un vacío al otro, y se dirigió a su habitación. El plan del japonés era cambiarse de ropa a una más cómoda y encontrarse con Mark en la pequeña sala para apoyar a su menor en lo que sea que le pidiese, sin embargo, cuando quiso cerrar la puerta, se dio cuenta de la presencia de aquél chico siguiéndole.

Mark inconscientemente sólo pudo seguir a esa presencia que le hacía sentir bien, al punto de no plantearse si es que aquello no se vio raro.

Pasó a su lado sin decir nada y se paró en medio de la habitación volteando a ver a su mayor quien cerraba la puerta detrás de él.

—¿Son las promociones ajetreadas? —pregunta Yuta acercándose y despeinando al muchacho.

¿Lo son? Se preguntaba el otro, que a penas se había acordado que ese era su pretexto para estar en la habitación de Yuta.
Mark asintió y miró al otro, sintiéndose a gusto por estar frente a él.

Yuta apoyó una de sus manos en su hombro y apuntó a la cama con su barbilla, invitándolo a sentarse en el borde junto a él.
Mark lo siguió y se sentó inesperadamente cerca, pues a pesar de haber tanto espacio, sus muslos chocaban y si no fuera por la posición que había adoptado Yuta —inclinado levemente hacia atrás apoyándose con las palmas de sus manos sobre la cama detrás de él—, sus brazos también estarían haciendo contacto.

A ninguno de los dos le importó mucho más que mantener esa poca distancia, y Yuta sólo guardó silencio para escuchar lo que tenía que decir.

—Creo que sólo necesito un poco de calma antes de comenzar todo el proceso de nuevo —dijo Mark encorvandose ligeramente.

Por "proceso", Mark se refería a toda la serie de pasos a seguir cuando existe un nuevo lanzamiento en camino, todo el trabajo y la horas que conllevaba. Por supuesto que no era nada que escapara de su dominio, pero de alguna manera él también necesitaba mentalizarse aún más cuando era uno detrás de otro y a veces en simultáneo.

En seguida sintió movimientos en la cama detrás de él y se giró para ver al mayor recostado por completo.

—Relájate por ahora entonces —propuso el otro desde su lugar.

Mark pudo sentir un brinco estrepitoso en su pecho. Esas sensaciones incontrolables pero que se sentían bastante bien.
Se acostó suavemente de espaldas sin mirar a Yuta, y, antes de tener tiempo para ponerse tímido, se dio cuenta que la cabeza del japonés se encontraba inclinada hacia él, y sentía los cabellos del otro haciéndole cosquillas en la oreja.

Con inseguridad, Mark miró al chico a su lado, y con sorpresa encontró que el otro también lo estaba mirando de reojo. Su impresión lo hizo devolver la mirada al techo, pero con una tímida sonrisa.

Para ese momento, el nivel de alcohol en su ser se había disipado, pero ahora estaba siendo inundado por sus propios latidos, las mariposas en su estómago, la tranquilidad y esas pequeñas cosquillas en su oreja derecha.

Lejos de ponerse ansioso o preocuparse por reprimir esos sentimientos indebidos, se estaba enterando recién que dejarse llevar era menos agotador y de hecho, hasta calmante.

Se estaba quedando dormido.

the best love story || nct; yumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora