Chapter 7

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Sicheng había cambiado en muchos aspectos, y Yuta no se sorprendería si, entre ellos, estaba también su forma de amar.

Yuta no sólo notaba que estaba más fuerte, o que su voz tenía un tono diferente, sino que también notó la manera en que Sicheng lo abrazó, le sostuvo la mano y lo miró; eran distintas.
Tampoco era la misma cosa cuando le habló. Tampoco cuando le sonrió y mucho menos cuando se apoyó en su hombro y acarició su mejilla.

A penas cuando cruzó la puerta de entrada y vio a Sicheng, cayó en cuenta del tiempo que había pasado lejos de él.
Claro que antes lo había visto. A su distancia. Pero nunca tan a solas como en ese momento.
Pareciera que estar rodeados de personas siempre suponía un filtro entre ellos.

Allí se dio cuenta que él mismo —Yuta— había cambiado también. La manera en la que recibía el cariño del otro había cambiado también.

Estaba un poco sorprendido, porque realmente no quería concluir que ya no lo amaba. Por eso sólo trataba de dar la explicación de que ambos habían madurado un poco más en ese año, y obviamente se sentiría de una forma atípica.

Lo único que no fue terminantemente desigual fueron los besos.
A pesar de que los labios de Sicheng, en ese momento, parecían estar emitiendo una disculpa, seguían siendo de la misma manera en que los recordaba.

Eran besos torpes y ansiosos, a pesar de que su tono de voz era confidente y portaba determinación cuando le hablaba. Eso no parecía haber variado.
Yuta recordaba las veces que el lenguaje corporal de Sicheng lo delataba.

Él nunca estuvo seguro de nada con Yuta, no lo está, y a pesar de que el chino asegura que si lo estará en el futuro, uno podría apostar tranquilamente a que no sería así.

Por eso, cuando Yuta sintió los labios de Sicheng, lo único en lo que pensó fue que eso ya debería acabar. No importaba si habían hecho un trato de aguardar por el otro. Yuta sabía en qué se estaba involucrando, pero esos últimos meses no habían sido muy manejables para él, estando afectado.

Por otro lado, a él le gustaba lo que sentía por él. No quiere dejar de sentirlo, incluso si ese encuentro le había dejado dudas sobre sus sentimientos.

Porque si bien toda la historia de su relación era un puñado de problemas desde el inicio, sus emociones nunca fluctuaban, eran lo único estable que realmente poseía. Eso no quería perderlo.

Pero, como sea, ya era la noche del día siguiente a ese encuentro, y seguía en los mismos términos con él. No arregló nada, no deshizo nada.
Sólo tenía preguntas para sí mismo, pero era imposible responderlas porque no quería admitir cosas.

the best love story || nct; yumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora