La tierra paradisíaca de Gensokyo, hogar de toda clase de criaturas desde Yokais, pasando por hadas hasta llegar a dioses.
En esta tierra existe una bruja de extremo poder , la cual luego de perder una batalla terminó accidentalmente en el mundo ext...
― ¡REGRESA AQUÍ SABANDIJA! ― Gritó Mokou mientras perseguía a Kaguya que huía con el pequeño Hilbert en brazos, el mencionado hacia su máximo esfuerzo para no soltar el huevo de Yamata.
― ¡EEP! ― Kaguya cayó de forma repentina en lo que parecía un agujero en el piso oculto tras falso follaje lanzando al aire a Hilbert mientras este seguia aferrado al huevo de Yamata lo más fuerte que podía, unos instantes antes de que cayera en el piso fue atrapado por una realmente preocupada Eirin mientras que Keine furiosa le había dado un cabezazo a Mokou noqueandola
― ¡CAÍSTE DE NUEVO REISEN! ― Gritó alegremente una niña con cola y orejas de conejo que llevaba puesto un vestido rosa, pero al notar la conmoción su expresión tuvo varios cambios seguidos en cuestión de segundos. ― Eso es... ¿un cachorro de lobo?
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― Creo que la respuesta es muy obvia... Te haré un examen de la vista más tarde. ― Contestó Eirin bastante molesta quitándose el polvo con su mano izquierda mientras cargaba a Hilbert con su mano derecha ― ¿Qué es esto?
Eirin tomó el ,sin mentir, gigantesco medallon que había aparecido desde debajo de las sabanas que cubrían el cuerpo infantil de Hilbert.
El medallon tenía una forma gruesa similar a al vista aérea de un laberinto, escrito con una extraña caligrafía y símbolos desconocidos se encontraba una frase escrita de forma circular, en el centro del medallon se encontraba la cabeza de un basilisco y el cuerpo del mismo estaba separado en varias partes del laberinto, de forma parecida a un rompecabezas.
― Curioso... ― Dijo Eirin mientras veía el medallón de acero antes de reír levemente ― Si decido criarte puede que lo lamente, pero si no lo hago.... Definitivamente lo lamentaré.
Eirin se dio medio vuelta caminando hacia Keine mientras que la chica conejo tenía un rostro de no creerse lo que pasaba y con cierto miedo siguió a su ama.
― Keine ― Dijo la mujer de azul con rojo ― ¿Tienes algún nombre para el pequeño?.
(Mientras tanto en la mente de Hilbert)
― ... ― Hilbert permanecía con la mente en blanco antes de lanzar una mirada asesina imaginaria hacia Utnapishim ― ¿Qué demonios hiciste anciano?
― Te dije que haría un medallón para que te renombraran con tu verdadero nombre ― Contestó el ser en la mente de Hilbert ― No es mi culpa que no entiendan el lenguaje de mi pueblo
― ¿No crees que nos descubrirán más facilmente por tus enemigas? ― Dijo Hilbert ciertamente molesto ― No sé... ¡¿TAL VEZ PORQUE LITERALMENTE DISTE UNA PISTA EXACTA Y MUY DESCARADA DE LO QUE SOMOS?!
― Conozco a Okina y a sus amigas ― Contestó el dios antiguo despreocupadamente ― Si ven algo remotamente relacionado conmigo lo ultimo que pensaran es que tiene algo que ver conmigo, probablemente crean que solo eres un basilisco común y corriente.
