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—¿Que sucedió?—Annie habló en un susurró.

—Emm, bueno, estuviste bien—Me respondió Mikasa.

Annie dirigió su mirada a ella, ¿que hacía Mikasa a su lado desnuda? ¿Como y por qué carajos terminó ahí?, se levantó de golpe, pero para su mala suerte, terminó cayendo al suelo de cabeza.

—Si te lastimas el rostro, nadie va a querer estar contigo.

—Ay—Se quejo Annie—¿Como llegué hasta aquí?, ¿No estaba en la universidad?

—Te desmayaste, te lleve a la enfermería, me entere que somos destinadas y que tienes que vivir conmigo—Explicaba Mikasa, Annie tenía horror tallado en el rostro—Entraste en celo y...

—Mierda, ya se porque me duele todo el maldito cuerpo.

—No es mi culpa, querías que todo fuera duro y rápido.

—Me fastidia lo lentos que son para eso, es una tortura.

—Así que ya lo habías hecho...

—No creo que sea la única, ¿no?

—Una o dos veces.

—Si, como sea—Susurró Annie.

—¿Que dijiste?—Preguntó Mikasa al no escuchar a Annie.

—¿Dónde están mis pantalones?

—En el closet con tu camisa.

—¿Y el baño?

—En la puerta de allí—Mikasa apuntó a una puerta en su habitación. Annie caminó cómo pudo, y fue al baño a arreglarse.

Una vez estuvo lista, se dirijo a la puerta, tenía que irse o sabía que estaría en peligro.

—¿Te vas?

—Si, pero, ¿Mi teléfono?

—Esta en el bolso de ahí—Mikasa señaló una silla que estaba en una esquina.

—Espero no haber sido un problema, y gracias por estar pendiente de mí—Annie salió del departamento—Adiós.

[...]

Salió del departamento a todo dar, mentiría si dijiera que no le duelen las caderas. Se subió al primer taxi que encontró y le dio la dirección de su casa.

Al llegar, le pagó al señor, bajó del taxi, y se quedó mirando su casa un rato.

—Ash, esto será un problema

—Si, eso creo—Dijo una voz al lado suyo, que la asustó y la hizo retroceder.

—Aaah, me matarás del susto.

—El susto lo tuve yo al ver que no llegabas a casa, salí a buscarte pero me entero que tuviste un ataque y te mandaron a la casa de un desconocido, ni me avisaron.

—Si, tampoco sabía hasta ahora, y el desconocido es...Mikasa—Dijo, y S ele escaparon un par de lágrimas.

—¿Vamos adentro?—Dijo la persona a su lado, para luego abrazarla y entrar—Cuéntame, ¿qué pasó?

Annie le contó todo desde el principio, cuando choco contra Mikasa hasta el ataque de pánico en el salón de clase, y lo de vivir juntas hasta su celo.

—Entiendo, tú conciencia no quiere dejar que se vaya.

—Si, no pude olvidarla, siempre éramos nosotras dos hasta ese día, pero no quiero que me haga más daño...

—Tranquila, yo siempre estaré aquí.

—Gracias, no sé que haría sin ti, Hange.

—Te hubieras suicidado—Respondió Hange sin problema.

—Lo decía metafóricamente—Annie rodó lo ojos.

—De todos modos, siempre estaré aquí.

—Gracias, ahora, quiero un primito.

—No te lo daré, sabes que no soy sólo yo, ve a descansar mientras hago el almuerzo.

—Vale, pero seguiré molestándote—Annie rio.

—Si, si, ve a cambiarte, apestas a sexo—Hange la 'Regañaba'—Luego bajas a comer y vemos una película.

Todo el resto del día pasaron viendo películas, hasta que Annie se quedó dormida, y Hange la cargo hasta su habitación, dejándola arropada en su cama.

—Como quisiera que ella no fuera tú destinada—Dijo depositando un beso en la frente de Annie para luego irse cerrando suavemente la puerta.

—¿Problemas, bebé?

—Si, parece que lo que no quería que pasara, llegó.

—No estará sola.

—Tienes razón, está vez estaremos las dos para ella.

XiaoLuaYue.

Si lo hubiera dichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora