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—Bueno, con eso terminamos.

—Por fin, ¿quieres un jugo?—Preguntó Mikasa.

—No será necesario, Hange dijo que en una hora venía a buscarme.

En eso, el timbre sonó, indicando que alguien había llegado y obvio, Annie sabía que se trataba de su papá. Podía oler las feromonas de Hange, su alfa interno aullaba de enojo, y tanto Annie como Mikasa podían sentirlo.

Hange, quién, por obvias razones estaba enojada. Casi llamó a la policía al no recibir respuestas de su hija en tres largos días, pero Nash la calmó.

—Va a tumbar la puerta, ve a abrirle.

Mikasa salió cuál rayo, lo más rápido que sus piernas le permitieron, y abrió la puerta.

Lo que no se esperaba, era un puñetazo en su mejilla izquierda, por parte del padre de Annie.

—¿Dónde está?—Hange fruncía el seño, y sus feromonas eran atemorizantes, hasta para Mikasa—Si le pusiste un dedo encima, te mataré.

—Hange, aquí estoy—Annie llamo su atención, lavantando las manos—No la mates, va a llevar el proyecto, mejor ayúdame a levantarme.

—¡Tú! ¡Te atreviste a tocarla, desgraciada!—Otro puñetazo llegó a la mejilla de Mikasa—La tocaste, le quitaste la inocencia a Annie, te mataré—Hange había perdido el control, y le dio otro puñetazo a Mikasa—No pudiste ni dejarla caminar.

—Inocencia no tiene ni un poco, señora—Dijo Mikasa sin pudor alguno.

—¡Ahora si te mató!

—Papá—Annie llamó a Hange y ella se detuvo antes de patear el estómago de Mikasa—Llévame a casa y deja de golear a Mikasa o nunca jamás te vuelvo a hablar.

—Voy bebé, pero no te pongas así, me muero si no me hablas, sabes que te amo mucho, ven te llevaré en mi espalda—Hange se agachó para que Annie se pudiera subir a su espalda.

—Con cuidado, mamá se preocupara por tú espalda si te pasa algo.

—Me importas más que mi espalda, yo se que a Nash le encantará tenerme en cama una eternidad—Hange y Annie rieron.

—Vamos a casa, tengo hambre y quiero acurrucarme con ustedes—Annie hizo un puchero, lo que sorprendió a Mikasa.

—Vamos bebé—Hange cambió su tono de voz y se dirigió a Mikasa, quién estaba de pie un tanto lejos de ellas—Tú, no te vuelvas a acercar a mi hija, si vuelve a ser lastimada por ti, no seré amable—Hange aterrorizó a Mikasa—No te mató ahora mismo, porque mi bebé tiene ganas de comer y no quiero que se traume por matarte.

—Yo no le haré daño a su hija, la cuidare mientras se pueda.

—No te creo, una sola vez basta para conocer a una persona, no te acerques a ella—Annie había apoyado su cabeza en el hombro de su papá, sintiendo sus feromonas que la tranquilizaban.

—No sé de qué habla, es la primera vez que veo a su hija, y no quiero hacerle daño.

—Es más fácil decirlo que hacerlo.

—Papi tengo hambre, deja a Mikasa, que tiene que llevar el proyecto y llevarme a la boda de Eren para comer mucho.

—¿Irás a la boda de Eren? ¿Por qué con ella? Nash y yo te podemos llevar.

—Es un favor que le haré a Mikasa para después dejarla.

—Esta bien, bebé, pero luego te alejas de ella, ¿si?

—Si, papá, hora de irnos quiero ver a mamá—Annie expulsó un poco de sus feromonas, haciendo que Hange entendiera que se quería ir pronto—Hablamos el viernes, Mikasa, adiós.

—¿Cómo sabes que el viernes el la boda?

—Eren me lo dijo, pero le respondí que no podía ir, por eso no hay más habitaciones.

Mikasa quedo en shock, ¿eso significa que Annie conocía a Eren?

—S-si, hasta el viernes, cuídate.

Y vio como padre e hija salían de su casa hablando boberías, riendo y divirtiéndose.

XiaoLuaYue.

Si lo hubiera dichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora