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Habían pasado unos días desde que Hange uso su voz de mando con Annie.

Desde esa noche, Hange salía antes del amanecer y regresaba después de media noche, necesitaba distraerse y si se quedaba en casa, tendría que vivir siendo ignorada por Annie y eso era demasiado para ella, no podría aguantarlo.

Annie estaba buen con eso, no tenía buscar la forma de mirarla o ignorarla todos los días, aunque extrañaba los días cuando despertaba y desayunaban juntas, pero no iba a decirle eso, después de todo Hange no debió haber usado su voz de mando con ella, independientemente si es su hija o no.

Ese día no era diferente a los demás, Annie se levantó a la misma hora que siempre y se baño y fue a desayunar con Nash.

Bajo las escaleras y camino hacia la cocina, ahí estaba Nash, pero parecía estar perdida en sus pensamientos.

-Buenos días madre, ¿como amaneciste?

-Oh, Buenos días Annie-Dijo Nash al ver a Annie entrando a la cocina-Se ve que estas bastante bien.

-¿Que pasa? No me has respondido ¿Como estás?

-Tranquila, estaba pensando en Hange.

-¿Por qué? ¿Le pasó algo?-El rostro de Annie demostraba preocupación.

-Esta todo bien, no te preocupes, solo siento que pasara algo malo hoy.

-¿De verdad está bien?-Preguntó de nuevo, estaba seguirá que Nash me ocultaba algo.

-No, no lo está, aunque ella dice que si-Nash sentía que el nudo en su garganta se hacía cada vez más grande-Lleva días sin dormir, y cuando se acuesta la despierta una pesadilla, aunque no me diga, se que le pasa algo, además, está trabajando en exceso para mantenerse distraída, ni come y ya no se que hacer-Al terminar de hablar, Nash se lazo a los brazos de Annie.

-Hablaré con ella cuando llegue después de la boda de Eren, al parecer agarro la maña de regresar tarde y también regresaré tarde-Dijo Annie y luego sonrió-Ahora ven y ayúdame a ponerme linda para Mikasa.

-Cierto, hoy es la boda de Eren-Dijo, para luego limpiarse las lágrimas que había arrojado sin que Annie se haya dado cuenta-Vamos a arreglarte antes que llegue.

[...]

-Si me hubiera puesto ropa normal, Eren se molestaría.

-Annie, ¿Que dices? Te ves preciosa en vestido.

Annie tenía un vestido simple, azul claro con tiras delgadas que se deslizaba por sus hombros; El vestido era pegado al cuerpo, por lo que resaltaba sus caderas y cintura. El escote era de forma de corazón, por lo que su pecho se veía bastante revelador. Como si fuera poco, tenía una abertura en la pierna derecha y casi se le veía su ropa interior.

-Es que no me gustan.

-A Mikasa le gustara.

-Nash, yo soy la que lo usa, a mi me tiene que gustar-Dijo Annie con algo de frustración.

-Pero no puedes ir a una boda sin vestido, dirían que no te he enseñado bien.

-De acuerdo-Annie hizo un puchero, y sonó el timbre de la casa-Ahí voy Nash, deseame suerte.

-Todo va a salir bien-Dijo Nash, para después depositar un beso en la frente de Annie-Ten cuidado.

-Lo tendré, mamá.

Ambas bajaron y fueron directo a la entrada; Annie estaba nerviosa, lo cual era muy raro en ella, además había visto a Mikasa hace unos días.

Al abrir la puerta, se paralizó, Mikasa tenía puesto un traje de gala tradicional negro que le quedaba exacto de talla, su camisa era color azul oscura y podía jurar que Nash se había puesto en contacto con ella para que sus vestimentas fueran idénticas. La imagen de Mikasa era muy excitante para Annie.

-Buenas tardes, espero no llegar muy pronto-Dijo Mikasa con una sonrisa en su rostro-Luces más bella hoy Annie-Terminó de hablar y le entregó un ramo de flores.

-Nash, ¿podrías ponerlas en agua?-Dijo Annie dándole su ramo-Gracias, nos vemos más tarde.

Annie salió de la casa, y Mikasa le abrió la puerta de la limosna para que entrará.

-Tenías que traer una limosna.

-Debo parecer importante para la prensa-Se excusó Mikasa después de entrar al auto-Además, aquí tenemos más espacio y privacidad ¿no te parece?

Mikasa se dio la vuelta y tomó el rostro de Annie para darle un beso, sin embargo, no espero que ella agarrara su corbata y se sentaba sobre su regazo para darle un necesitado beso.

El beso fue demandante al principio, sus lenguas luchaban para ver cuál sería la ganadora, sus dientes chocaban entre sí y se podían escuchar jadeos y gruñidos de ambas. Cuando el aire les hizo falta, se separaron pero un hielo de saliva unía sus labios.

-Espero que estés vestida así para mí-Le dijo Mikasa-No quiero que nadie más te mire así, estarás conmigo y me asegurare que nadie te mire mal.

-Claro que me vestí así por ti-Annie pauso, y a Mikasa le sorprendió-Me puse las bragas negras que me regalaste-Le dijo en el oído a Mikasa.

Mikasa al escuchar eso, invirtió los papeles, y Annie ahora estaba debajo de Mikasa. Las dos le daban gracias a Eren por haber escogido un lugar muy apartado de la ciudad, pues el viaje sería largo, y lo disfrutarian al máximo.

XiaoLuaYue.

Si lo hubiera dichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora