6.

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–Mierda! ¡Se fueron!.

–Armando trabaja en el Mecánico, debemos enviar a alguien a ver.

(...)

Llegaron a su sede y sintieron la paz interior, alegrando se de al fin estar en su hogar. Aquella paz se esfumó al momento de entrar, los chicos tenían todo desordenado y se sentían unos cuántos gritos. Chino sin decir nada se dirigió a su habitación para descansar, mientras escuchaba como Armando regañaba a los demás por el desorden.

Se acostó en su cama suspirando de satisfacción, había extrañado su cama. Aunque fuera una noche en aquella mansión se sintió una vida. Cerró los ojos para descansar, deseando que nadie lo viniera a molestar.

–Al parecer una mala noche eh.... –Dijo con diversión y un poco de doble sentido Manolo. Siendo callado con solo una mirada de Armando.

Decidió subir y ver como se encontraba Yun. Luego de que pasara aquel acontecimiento ha actuado raro, quizás se habrá arrepentido de mostrar su lado sensible con el, solo esperaba que nada cambie entre ellos.

–¿Estas bien?.–Se detuvo al verlo durmiendo tranquilamente. Este hombre no puede ser más flojo.... Camino hacia el para taparlo, y así no pegue un resfriado, una vez ya calentito prosigue a dejarle un beso en la frente. –Descansa.

(...)

Se despertó por el sonido de su teléfono sonando. Gruñendo toma el molesto dispositivo, casi quedando ciego por la luz, Armando lo llamaba.

 ×N/A70×

—Diga...

—¡Yun! ¡¿Aun estabas durmiendo?!.

¿Armando lo fue a ver o porqué sabía que estaba tomando una siesta?. No quiso tomarle atención aquello para preocuparse en la voz alterada del contrario.

—¿Que sucede almando?.

—Veras.... ¡¡Deja ya la puta llave!! ¡Pero que el cabrón no se va!.

Se escuchaba un alboroto del otro lado de la línea, junto con los insultos del mexicano. Suspiro al no estar presente y divertirse.

—¡Coño! ¡Yun hay un tipo aquí que te está buscando! ¡Creo que un tipo de tus padres!.

—Que dices...

Extrañado observa el móvil viendo como la llamada había finalizado. Rápidamente se levanta para ducharse y ver que pasaba en el taller.

Luego de unos minutos llegó a su destino, observando como el mexicano le pegaba a un civil con la llave tan famosa. Hizo una mueca de dolor al imaginar tal golpe, se bajó buscando con la mirada al jefe.

–Al fin llegas. –Sintió una mano posarse en su cintura, se dió vuelta a los segundos, mirando fijamente el rostro del contrario.

–¿Dónde está?.

Con su cabeza apuntó a un lado, miro hacia el lugar indicado donde se encontraba un hombre vestido de negro observando los. Ríe al ver que ni siquiera se preocupaba en pasar desapercibido. Se separó se Armando para caminar hacia él, mirándolo seriamente.

–¿Se le oflece algo?. –Pregunto una vez ya cerca de él, alzando una ceja.

–Solamente venía a reparar mi coche. –Dijo con su voz serena, intentando intimidar al otro con su altura. Cosa que no pasó desapercibido por el pelirrojo.

–¿Y pol qué plegunta'te pol mi? No ela mi holalio de tulno. –Sonrió burlón al darse cuenta que había pillado la mentira del otro, el contrario solo lo miraba con un poco de enfado, no había podido encontrar una mentira creíble después de la confección del otro. – Dile a mis padles que se vayan a tomal pol culo ¿Bien? Que me dejen en paz.

Le hizo una señal al mexicano que se encontraba cerca para que sacara al sujetó del lugar, para luego sentir nuevamente la presencia de Armando a su lado.

–¿Qué pasó?.

–Nada, cleía que podía mentilme en la cala.

Ambos se dirigieron a la zona de descanso para poder hablar tranquilamente. Pensando que ya se habían liberado del sujeto, pero no, al lado de las escaleras se encontraba otro hombre vestido con unos shorts grises y un poleron rojo, observando con atención cada movimiento.

–Informó,distracción lograda. El tipo mexicano ha sacado a Steven, ahora los objetivos se dirigen a la zona de descanso.

–¿Puedes pasar?. –Una voz femenina se escuchó en el audífono.

–Es zona restringida, veré si puedo entrar.

Miró a su alrededor, nadie le tomaba atención. Con cautela comienza a subir las escaleras, al momento de tomar la perilla alguien lo llamó.

–¿Si? ¿Se le ofrece algo?. –Un joven con overol gris estaba mirándolo en unos cuantos escalones más abajo. –Señor, usted no puede estar aquí. Si necesita algo puede acompañarme abajo.

No le hizo caso e entro de todas formas. No encontró nada, miro extrañado el lugar, él había visto entrar a Armando y Yun aquí. Fue jalado por el mecánico hacia afuera, luego hacia abajo.

–Le había dicho que no podía entrar ahí. Le pido por favor que se vaya y deje de molestar.

–¿Juanjo qué sucede?. –Pregunta Armando desde arriba. Recibiendo una mala mirada por parte del detective ¡Acababa de estar ahí y no lo vio!.

–Este señor no hace caso, se metió en el área restringida. Además no tiene auto y esta causando problemas. –Le dijo sin soltar el brazo del intruso.

Al verse siendo descubierto, se soltó rápidamente para echarse a correr. Escuchaba la voz de los mecánicos gritarle, vio como la puerta estaba siendo cerrada, apuro el paso. Quedaba solo un poco para que se cerrara, cerro los ojos esperando el golpe. No llegó, vio hacia atrás, estaban los mecánicos observando le desde el otro lado, sonrió con superioridad para luego irse rápidamente de ahí. Se había salvado de está.

–Lo lamento, no pude conseguir nada.

–¡¿Te han dicho que eres unas puta basura?! ¡No sirves para nada, Brad!.

–¡Entonces venga a usted hacer el trabajo sucio!.

Tiro el audífono, no sabía cómo podía seguir trabajando para aquellos sujetos.

Más atrás se encontraba Armando de brazos cruzados. El tipo había entrado a la Sala de descanso porque ellos estaban ahí.... Entonces si había otro sujeto, deberá de haber más... Miraba con detenimiento a cada cliente, no había nadie sospechoso. Podía estar tranquilo por ahora.

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Ojoo, que Brad sera alguien importante para la historia 👀✨.

Muchísimas gracias por el apoyó, no esperaba ésto xd.

Nos vemos, hasta la próxima uwu.

𝙵𝚊𝚟𝚘𝚛.-𝐘𝐮𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora