13.

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Ingresó al gran taller buscando con la mirada al jefe. Al encontrarlo, se acercó, tocándole el hombro. Llamando su atención.

–Disculpe, venía a vender un auto pero no encuentro al chino....

Armando le quedó viendo atentamente en busca de algo. Al no encontrar nada, le sonrió con algo de vergüenza.

–Verá.... El no se encuentra hoy, lo siento.

No se sorprendió, es más, se alegró. Todo saldría como lo planeado.

–buh.... Que pena... ¿Sabe a qué hora regresará? Es que tengo que vender el auto urgentemente... –Le miro a los ojos intentando transmitirle tristeza, junto con un pequeño puchero.

–Lamentablemente creo que no vendrá hoy, deberá regresar otro día. Cualquier cosa yo le avisó ¿Vale?.

Vió como se alejaba sin más, atendiendo a un cliente. Con una gran sonrisa se dirige hasta la salida.

–A ver, informó. El señor Yun no estará hoy aquí, pueden avanzar con el plan.

–Muy bien, gracias por colaborar.

(...)

Estaba cansado y preocupado. No ha sabido nada de Yun desde que lo fue a dejar a la consulta. Solo esperaba llevar a la sede, colocarse una ropa más cómoda y tomarse una caliente taza de café, ya podía oler ese magnífico olor. Sonrió, su teléfono sonó, lo saco. Era Yun.

X/C2Y.

—Almando' po' dio' ¿Vienes en camino?.

—Si ¿Por qué? ¿Me extrañas?.

Soltó una risita al escuchar la escandalosa voz del otro volverse nerviosa. Suspiro al imaginarse al otro con sus mejillas sonrojadas y tratando de formular palabras coherentes.

—P-pala sel sincelo... Si, te e'taño...

—Fua chaval, que voy en camino.

Sintió sus mejillas calientes, era tan lindo. Se dirigió a su auto luego de cerrar, un ruido lo alarmó manteniéndose en silencio, escuchando por el otro del teléfono a Yun preguntando que pasaba.

—Esperame, estoy seguro que hay alguien aquí. Seguro será un vagabundo.

—Almando ten cuidado... Tengo un mal plesentimiento.

—Descuida Ramen, todo está bien. Ves es un vaga.....

Observó atentamente al grupo de hombres que se encontraban ahí. Los miro de arriba a bajo, alzando una ceja confundido.

–¡¿Me veo como un vagabundo, puto idiota?!.

Se acercó peligrosamente al ver que el otro pretendía huir. Quitándole el teléfono, arrojándolo a la pared, creando un fuerte sonido en aquel callejón. Lo peor de todo era que no había cortado la llamada.

–¿Que quieren?. –Pregunto alerta a cualquier movimiento. No podía luchar él solo con 6 putos hombres que estaban más musculoso que el.

–¿Nos conocés? Vaya, me ahorraste la presentación. –Ríe aplaudiendo, al parecer era la cabeza del grupo.

–Como no conocerlos, son los malditos perros de Yin. Dime ¿Tienes la inyección antirrábica? No me gustaría enfermarme ¿Sabes?. –Miró burlón al castaño líder, recibiendo un golpe por parte de otro, perdiendo el equilibrio.

𝙵𝚊𝚟𝚘𝚛.-𝐘𝐮𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora