19.

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Nuevamente en su habitación, solo. Era extraño, siempre ha sido así... Al parecer se acostumbro dormir con Armando... No iba mentir, si le dolió por terminar todo esto pero era necesario por el bien de ellos... El próximo día tenía que ir a la consulta, dudaba en ir, ahora si que no le encontraba la razón....

Se dio cuenta lo mucho que le ayudaba la presencia de Armando, con él sentía paz y podía dormir fácilmente pero ahora.... Estaba inquieto y aún no podía dormir, sentía que algo iba a pasar... Suspiró, acomodándose, haría un intento.

"-¿Tu eres?. -Le preguntó asombrado por el aspecto del otro. Nunca había escuchado de esas criaturas tan.... Bellas.

-Que descortés no presentarme ante su Alteza. -Vio cómo hacía una reverencia con una hermosa sonrisa en su rostro. - Soy ---------, un placer conocerlo.

-Yo soy... -Se vio interrumpido por la suave melodía que empezó a emitir la criatura, se estaba riendo.... Era muy hermoso, en todo sus sentidos.

-No hace falta que se presente príncipe, aquí lo conocemos muy bien.

Se miraron atentamente, el príncipe se iba sonrojando por cada segundo se veía esa hermosa mirada azul. Sin saberlo habían formado un lazo, uno que no era muy buen visto por la gente. Estos harían lo que fuera para que aquellos amantes terminarán muertos por traición, por el simple hecho de amar a alguien distinto. "

Despertó agitado ¿Q-qué coño?, recordó otro sueño que tenía, parecía ser otra escena... ¡Habían dicho un nombre! ¡La puta madre! ¡No se escuchó!. Momento... Van dos veces que le decían nombres... Pero esta vez parecía uno completamente diferente a la primera vez, no los escuchaba pero el sentimiento que sintió en ese momento eran diferentes, diferentes reacciones. Otra cosa que se agrega a la lista para contarle a María.

Vio la hora, ya era tarde. Seguramente los demás ya estaban trabajando ¿Como estará.. El?.... Rayos, debía de prepararse para ir a la consulta.

(...)

Al momento que llegó al taller mucha gente le preguntó que cómo se sentía. Al parecer alguien corrió el dato de su accidente, esta gente que no puede controlar su lengua. A veces cuando estaba reparando algo le ofrecían ayuda o simplemente ocupaban su lugar ¡Coño, que estaba bien!. Sentía la presencia de Emilio atrás suyo, siguiéndole, lo ignoraba no quería un regaño de su parte.

–Yo se que me está ignorando, de verdad que usted es muy terco... –Detuvo sus pasos, escuchando atentamente a Emilio pero sin darle la cara. Pudo escuchar un suspiro por parte del mexicano. – Usted ya es grande, no le voy a decir nada pero quiero que sepa que no estaba bien que haga esto. Usted trabaja en exceso, rara vez duerme bien o descansa. Estar así herido más trabajo duro le va hacer mucho daño, descanse por favor...

Suspiro, girándose para observar al contrario. Pudo notar la cara de angustia que tenía, de verdad se estaba preocupando por el.... Miro al rededor, otros mecánicos los observaban con preocupación, de verdad se preocupaban por el. Sonrió un poco.

–Esta bien... Pero es que es inevitable... Amo mucho el taller y me preocupa dejarlo solo por unas horas ¿Sabes?.... Tomar días de descanso es algo que no está en mi rutina, no me gusta salir mucho de esta pero lo haré, solo para que ustedes estén tranquilos... –Se acercó para darles algunas palmaditas tranquilizadoras en el hombro de Emilio. Ambos se sonrieron, Armando subió a cambiarse de paso buscar algunos papeles en su despacho. Algo le dio por mirar hacia la entrada, al hacerlo observó la hermosa figura de Yin caminar con elegancia, debía de salir rápido de ahí.... Además estaba en el mismo lugar en el que casi... Dios...

Entró rápidamente a su despacho, cerrando con llave, su respiración empezó a acelerarse ¿Tanto miedo le tenía? Madre mía. Buscó los papeles correspondientes, si no iba a trabajar en el taller, iba a trabajar en la casa, al encontrarlos los dejó encima de escritorio. Se dirigió a un casillero que tenía ahí, guardaba otro par de ropa por si acaso, detuvo todo movimiento al escuchar el famoso sonido de los tacones de la mujer ¿Sería posible que...? Vio con nervios la manilla, se estaba moviendo lentamente, cerró los ojos esperando a que entrara, no pasó. Rápidamente se empezó a cambiar de ropa, sintiendo la voz de ella llamarle, abrió la ventana para luego tomar los papeles, al parecer tenía una obsesión con salir por las ventanas, agradeció que hubieran escaleras.

Salto, cayendo al suelo, observó hacia arriba, Yin se estaba asomando con una sonrisa. Empezó a correr hacia su coche, entró, encendió el motor, arrancó. Al salir por la puerta la vio esperándolo, aceleró, un auto lo estaba siguiendo. Ni loco iría a la sede, sería revelarle su ubicación al mismísimo diablo, los perdería.

(...)

–¡Yun! Que raro verte por acá.

Su amigo Tonet lo recibió con una hermosa sonrisa, en cambio le dio un golpe en su brazo, por gracioso.

–Solplendentemente me dielon ganas de tlabajal. –Mentira, quería ver como estaba Armando y estar cerca de el. Disimuladamente recorrió su mirada por todo el local, no había rastros de él. No quería preguntar.... ¿Sería muy sospechoso?.

–Que pena que Armando no vea este milagro. –Miró con curiosidad a su amigos, preguntándole sin palabras, el a entender, le sonrió coqueto. – Lo mandaron para la casa, ya sabes, debe descansar ¿Aprovechamos esta oportunidad?.

Le mostro el dedo de el medio a Tonet, sacándole una sonrisa, si Armando se fue a la sede... ¡¿Vino hacia aquí para nada?! ¡La madre que lo pario! No podía irse, ya la gente lo reconoció y empezó a negociar, no podía ser maleducado perdería la clientela. Se puso el uniforme y empezó a trabajar de mala manera.

Bueno, su cita con la psicóloga no fue tan mala, le habló sobre el sueño y ella solamente sonrió ¿Estará planeando algo? Nunca sonreía mientras hablaron de eso antes, además de eso le preguntó sobre sus padres, le dijo todo, que no se llevaban bien, que de pequeño lo trataban mal, posiblemente tenga algunos traumas y que su vida se complicó por el regresó de ellos. Y si, tenía otra cita más en estos días ¡No se acababa!.

Se encontraba descansando en unas llantas del lugar, mirada atentamente el suelo, se empezó a sentir raro.... No veía a nadie en su alrededor, bueno, era normal ese lugar era un poco más privado. Empezó a sentir olor a quemado ¿A quien se le ocurre quemar algo a estas horas? Putos locos, se sentía de cerca. Se levantó para buscar de donde venía el olor, caminando un poco, llegó a un callejón ¿Desde cuando estaba esto? Extrañado se adentro a este, nunca lo había visto... El olor se empezaba a notar más, a tal punto que se tuvo que tapar la nariz, la imagen delante de él era horrible, todo ardía en llamas ¡¿Pero por qué nadie lo apagaba?! Algo estaba saliendo entre las llamas, esa persona estaba haciendo sus mayores esfuerzos para poder respirar, poco a poco iba perdiendo su color.... Quedando un color gris... Bueno, de un cuerpo quemándose, un ave apareció pero esta podía soportar las llamas, era como si estuviera hecha por estas, lo quedó observando sin moverse, a un lado del cuerpo arrodillado.

Se iba a ir, pero no podía. Su vista estaba pegada a el cuerpo que iba perdiendo el conocimiento de a poco, sintió un dolor muy fuerte en su pecho, a tal punto que también se estaba quedando sin aire, en sus ojos empezaron a acumularse lágrimas ¿Pero.... Por qué? Observó el movimiento que hizo el cuerpo, estiró su brazo con fuerza, viendo algo detrás de él y con sus últimos segundo de vida gritó.

¡QIANG!. –Su grito fue desgarrador, vio como caía contra el suelo sin vida. Las lágrimas le caían con tan solo esa imagen, el ave empezó a aletear, creando que un hermoso símbolo, no era el mismo que había visto es su techo, salieron unas luces, las cuales se dirigieron al cuerpo sin vida.

–¡Yun, joder!. –Parpadeo confundido, miró a su compañero sin poder creer lo que vió.... ¿Otro sueño? ¡Espera! ¡E-esa mano....! ¡Ese grito! ¡Era el de su sueño! Oh Dios... Oh Dios.... No estaba bien. – ¡¿Pero que?!.

Su cuerpo cayó en los brazos de Tonet, se había desmayado.

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Espacio para compartir sus emociones¿.

No tengo nada que decir el respecto 😔👍, eso. Cuídense, tomen awa, bye mis amores~✨💞

𝙵𝚊𝚟𝚘𝚛.-𝐘𝐮𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora