SEIS|

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༻ʀᴇɢᴀʟᴏs༺

A M E L I A

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A M E L I A

Al salir el Sol comenzamos a caminar hacia el campamento de Aslan, subíamos colinas y las bajábamos. Los pies se nos entierran dentro de la nieve pero eso no es un obstáculo a seguir caminando hacia nuestro destino.

Frenamos en la punta de un acantilado y los castores nos hicieron ver el horizonte.

— El campamento de Aslan esta cerca de la mesa de piedra, cruzando el rio congelado— señala un gran río que se podía notar la capa de hielo sobre el

— ¿Rio?— pregunta Peter en tono cansado

— Si, hace más de 100 años que está congelado— la señora castor responde con una amable sonrisa

— Eso está muy lejos— comento yo mirando detalladamente todo el camino que nos faltaba por hacer

— Así es el mundo querida ¿esperabas a que fuera pequeño?— sonrio ante las palabras de la señora castor y siento una mirada sobre mi, al girar mi cabeza me encuentro con que Susan era la dueña de esa mirada

— Mas pequeño— responde la Pevensie con una sonrisa sarcástica pequeña

Seguimos caminando y yo comencé a bufar debido a lo cansada que me encontraba.

— Rápido humanos, me estoy haciendo viejo— Lucí y yo íbamos al final de la fila, Peter se encontraba delante de nosotras y cada tanto se daba vuelta para ver nuestro estado

— Si se le ocurre decir otra vez eso, me voy a tener que hacer un peludo sombrero de castor— a la par que Peter decía eso, el carga a Lucy sobre su espalda, ya que era la más afectada de la caminata.

Todos reímos ante las palabras del rubio y ahora los cuatro humanos nos pusimos a la par y caminamos juntos.

— ¡Rápido ¿qué pasa?!— nos hace un ademán con su brazo, ya que él estaba a unos pocos metros más adelante que nosotros.

— Le está gustando ser el que manda— río ante las palabras de la pequeña que Peter cargaba en su espalda

— ¡No! ¡Detrás, es ella!— mi sonrisa desvanece y mi cabeza gira hacia atrás, encontrándome con un trineo que viene hacia nosotros. Con una cara de preocupación todos comenzamos a correr lo más rápido que podíamos

Nos adentramos en un bosque y encontramos una muy pequeña guarida, lo cual no sé cómo llamarlo. Nos escondimos todos ahí mientras escuchábamos pasos que se acercaban a nosotros.

Cuando el silencio rotundo reino el ambiente yo frunzo mi ceño y opto por hablar.

— ¿Se habrá ido?— pregunto mirando hacia arriba

— Yo voy a revisar— Peter coloca su mano en mi muslo para levantarse pero el señor castor lo frena

— ¡No! Si mueres no ayudarás a Narnia— murmura y yo ruedo los ojos con media sonrisa

𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃 [1] ── Peter pevensie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora