𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃 [1] ── Peter pevensie

TREINTA|

༻ᴄᴏɴ ᴜɴᴀ ɢᴏᴛᴀ ʙᴀsᴛᴀ༺

A M E L I A

El sol ya había alumbrado Narnia y todos nos encontrábamos a pocos kilómetros de la cueva. Mi cabeza reposaba en el hombro de Peter mientras mis ojos estaban cerrados, estaba consciente pero solamente quería extinguir las ganas de vomitar que tenía en estos momentos, no quería alarmar a nadie.

— Amor— la voz baja de Peter me saca de mis adentros y abro mis ojos lentamente— odio despertarte pero debemos bajar para ir hacia la cueva— asiento todavía media adormilada y le sonrío con mis labios apretados. Bajo con la ayuda de él y ni bien tocamos el piso suelto todo el líquido biliar que amenazaba con salir minutos antes. Me agacho en cuclillas para seguir lanzando y Peter me ato mi pelo suelto en una cola improvisada mientras acariciaba mi espada. Mi pecho se contraía ante cada arcada y veía de reojo como algunos Narnianos nos miraban expectantes.

— Ya estoy— susurro limpiando mi boca con la manga de mi brazo y el rubio asiente lentamente para luego envolver mi cintura y siguiendo el paso a mi lado.

— ¿Estás bien?— Caspian coloca un brazo sobre mi hombro y asiento mirándolo mal al igual que Peter. Los recuerdos de hace unas horas invadieron mi mente y de no ser por el capricho del príncipe, los Narnianos no se hubiesen quedado del otro lado de la reja.

Comenzamos a caminar hacia nuestra temporal residencia y a medida que nos íbamos acercando veíamos a algunas especies que nos esperaban en la puerta con rostros preocupados ante la minoría de nosotros. Mi semblante iba serio al igual que los demás, solo que entre nosotros tres había una interna y ellos no lo sabían.

— ¿Que pasó?— preguntó Lucy en un murmuró al llegar frente a ellos

— Que te diga Caspian— responde castamente Peter mientras acelera su paso

— Peter— lo regaña Susan

— ¿Caspian? Tu no aceptaste cancelar y aun había tiempo— se defiende el príncipe

— No, y todo fue gracias a ti. Si hubieras acatado el plan, los soldados aún estarían vivos— el agarre de Peter se tensó al decir esas palabras, intentaba contener su ira

— Y si tú te hubieras quedado como yo sugerí, lo estarían seguramente— alza la voz

— Tu nos trajiste ¿lo olvidas?— hablo obvia defendiendo a mi novio

— Fue mi primer error— alzo mis cejas ante su murmuro entredientes

— No, tu primer error fue creer que eres un líder para ellos— termino de decir eso y nos damos vuelta con Peter

— ¡Hey!— ante el grito que salió de su garganta me doy vuelta con mis manos hechas puños

— Soy tu reina, asi que a mi me respetas— hablo entredientes