DOCE|

11.3K 964 254
                                    

༻ᴄɪᴛᴀ༺

A M E L I A

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A M E L I A

Había pasado un largo rato desde que Aslan se encontraba dentro de la carpa con la bruja blanca y los cinco ya nos encontrábamos bastante aburridos. 

Edmund se encontraba arrancando pedazos de césped mientras se mantenía callado y mirando hacia abajo. Lucy tamboreaba sus dedos sobre su pierna y sostenía su cabeza con su mano. Susan rompía el césped al igual que su hermano menor.

En cuanto a Peter y yo, mi cabeza estaba sobre sus piernas y cada tanto nuestras manos se juntaban y las entrelazábamos. Estaba por quedarme dormida hasta que se escucha como todos comenzaban a pararse y nosotros copiamos su acción.

La bruja sale de la carpa con Aslan detrás y yo miraba fijamente a ellos mientras los murmuros comenzaban a hacerse presentes. Mi mano temblaba y miraba a Edmund nerviosa.

— Ha renunciado al sacrificio del hijo de Adán para siempre— se escuchan festejos y con una sonrisa los cuatro envolvemos a Edmund en un fuerte abrazo

— ¿Como se que tu promesa será cumplida?— pregunta la bruja frente a su trono, miraba a Aslan con aires de grandeza hasta que el gran leon largo un rugido que hizo que ella se sentara en su trono.

Todos aplaudimos y yo envuelvo a Edmund en mis brazos y acariciaba su cabello. Miro a Aslan al separarme de él y veo al Leon con una cara triste y apagada, haciéndome fruncir el ceño.

Decido ignorarlo y vuelvo con los Pevensie pero ahora unos brazos rodean mis caderas por detrás haciéndome exaltar.

— Oh ahora eres mi cuñada— Edmund alza sus cejas con una sonrisa y miro a su hermano detrás mío con las mejillas rojas

— Ya basta Ed— su hermano lo regaña rodando los ojos y yo comienzo a caminar por el gran campo.

Comienzo a leer el libro de hechizos con detenimiento y diciendo las palabras que citaban para hacer el hechizo, pero nada ocurría.

Ya cansada tiro el libro al suelo con furia y me siento en el césped ocultando mi cara entre las manos. Suelto un grito lleno de impotencia y siento un peso sobre mi espalda.

— ¿Que ocurre pequeña?— escucho la voz de Aslan y limpio rápido las lágrimas que caían por mi mejilla.

— N-nada— me levanto rápida y pude divisar que era la pata de Aslan el peso que había sentido en mi espalda

— ¿Estás triste por la inhabilitación de tus poderes?— mira al frente y yo me agacho para recoger mi libro

— ¿Inhabilitación?— frunzo el ceño al preguntar eso y puedo notar una sonrisa en el

— ¿Tu no has escuchado tu profecía?— pregunta conectando sus ojos con los míos y yo bajo la mirada apretando mis labios

— Creo que si ¿pero que tiene que ver con esto?— subo mi vista y comienzo a acariciar el lomo de Aslan

𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐙𝐀𝐑𝐃 [1] ── Peter pevensie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora