Capítulo 1

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Me mantengo rígida y en mi posición, como toda persona de alto rango debe hacerlo, sin embargo, al ser mi primera misión, me hace estar bastante nerviosa por lo que pueda ocurrir si lo hago mal, es decir, algo peor que la muerte.

—Aquí tienes tu billete de avión, la casa ya está alquilada y preparada. —Dice Ron dándome unos papeles. —Tienes tiempo límite, recuérdalo. Cinco meses. Solo inspección.

Asiento y me alejo caminando con mi maleta en una mano, mi mochila a mi espalda y mi billete en la mano. Llego al mostrador y evito la mirada del chico que me está dando. Sé que soy hermosa, tampoco tiene que mirarme así tanto tiempo.

—Athenea Hess. —Digo dándole mi pasaporte y mi billete, el chico asiente atontado y me deja pasar para viajar durante más de trece horas. Me despido de Berlín mirando por la ventana y solo espero que Forks sea bonito, o por lo menos, no tan deprimente como he visto en las fotografías que me han pasado.

Suspiro cansada al pensar en todo el trabajo que tengo que hacer ahí, fingir que soy una maldita turista alemana con un año sabático antes de entrar en la universidad de Berlín. Solamente tengo que controlarme durante seis meses para poder adivinar lo que inquieta al Gran Maestre.

El viaje es relativamente corto, pues me los paso durmiendo y, tras un avión y un viaje en autobús, llego al tétrico y feo pueblo de población. Pero yo no me quedo en este pueblo, los avistamientos son alrededor de la Reserva Quileute que está al lado del pueblo tétrico.

La casa de la Reserva donde me quedo es pequeña y fea, ¿por qué todo en ese sitio es feo y oscuro? Hecho de menos las calles de Berlín, donde todo es más colorido y alegre. Deshago la maleta y me siento en la cama, saco el informe donde tengo todo lo que necesito, y veo que lo que más aparece es la palabra "playa", así que decido por irme ahí para poder comprobar por mí misma si lo que dice la gente es cierto.

¿Realmente hay hombres lobo en la Reserva Quileute?

Abre tu corazón |JACOB BLACK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora