Capítulo 8

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Jacob conduce mi coche mientras miro por la ventana, pensando en como ha cambiado mi vida desde que lo conozco, ¿por qué tengo que ser una maldita impronta?

—¿Athenea? —Pregunta Jacob agarrando mi rodilla de forma suave. —Llevo varios minutos hablándote, ¿estás bien?

—No, no estoy bien. —Respondo en cuando hemos llegado a mí ya no casa, bajo con Jacob, y entramos hacia mi cuarto, donde me ayuda a recoger mis cosas, pero se queda mirando el informe con toda la información sobre la manada, sobre él.

—¿Qué es esto? —Pregunta con el ceño fruncido, molesto por toda la información que la Logia ha recopilado para mi misión.

—Creo que tengo que hablar contigo y contarte la verdad. —Respondo al sentarme a su lado, dejando que observe el informe de toda su manada, ahora está en el de Seth Clearwater.

—Me gustaría saber como sabes todo esto, la verdad. —Dice molesto, sin mirarme o tocarme.

—Mi madre pertenecía a la Logia, una sociedad alemana de cazadores de seres sobrenaturales, entre ellos vampiros, elfos, hombres lobo... Y cuando un hombre lobo mató a mi madre, yo ocupé su lugar a los diez años, entrenando diariamente para conseguir estar a la altura del objetivo. —Digo en voz baja, mirando la alfombra lila mientras me noto observada por Jacob. —Mi misión en la Reserva era ver si de verdad sois hombres lobo. Mi estancia debería ser de cinco meses, y luego el grupo de exterminio acabaría con vosotros, pero al verme unida a ti, a vosotros... Ahora soy parte del problema, ahora me quieren matar a mí también.

Jacob gruñe en voz baja, y sale corriendo de casa, intento seguirlo, pero en cuanto entra al bosque, sé que es misión imposible.

Me he quedado sola y sin Jacob.

Abre tu corazón |JACOB BLACK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora