Capítulo 13

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Jacob me deja sola en su casa, y me quedo programando el nuevo móvil que me compré el otro día. Además de que cierto hombre lobo me ha pedido que me quede en casa mientras mis heridas se curan, ya que pueden abrirse los puntos. Cuando el móvil está programado, no tengo otra cosa que hacer, pues ya he limpiado la casa de Jacob, he cocinado un montón de comida, incluso he ordenado mi ropa en el vestidor de Jacob, y todo por puro aburrimiento.

—¿Y ahora qué demonios hago? —Pregunto para mí misma antes de escuchar un ruido en el tejado de la casa de Jacob, me quedo totalmente quieta y miro hacia arriba totalmente confundida. Me muevo lentamente hacia de debajo de la mesa del comedor, y abrazo mis rodillas soltando un leve quejido por los puntos de la espalda, pues mi piel ahora está tirante. Los pasos resuenan por el tejado hasta que alguien cae delante del porche, y alguien fuerza la entrada de la casa de Jacob.

¿Es que ahora todo el mundo tiene habilidades para abrir cerraduras?

La puerta se abre lentamente, y aún así puedo escucharla perfectamente, y me encojo del miedo por si vienen de la Logia para matarme, aunque no sé como pueden saber que estoy aquí.

—Cariño... Papá está aquí. —Canturrea el Gran Maestre, y no puedo evitar sentir escalofríos al escuchar su voz, con las lágrimas a punto de caer, sé que si él está aquí, es porque estoy bien jodida. —¿Pequeña guerrera?

Me quedo totalmente en silencio, esperando cautelosa a que se vaya, pero pronto noto que me agarran de los tobillos y me sacan de debajo de la mesa.

—¡A jugar, Athenea!

Abre tu corazón |JACOB BLACK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora