Abre tu corazón |JACOB BLACK|

Capítulo 2

Camino por la orilla de la playa, intentando que nadie se fije en mí, pero atrapando cada posible detalle de este curioso grupo. Estoy tan centrada observándolos, que no me fijo cuando un balón de fútbol me golpea en el tobillo.

Un chico moreno, alto, muy alto y realmente atractivo viene hacia mí, pero cuando se coloca frente a mí y su sonrisa decae al instante, cayendo de rodillas frente a mí, temblando levemente.

Doy un paso hacia atrás inconsciente y abro la boca, sé lo que acaba de pasar, sé que este chico es mi alma gemela. Pero las normas que puso el Gran Maestre son muy estrictas y concisas, no debo enamorarme, no puedo mostrar sentimiento.

Salgo corriendo sin importarme los gritos de sus amigos para que pare. No sé que voy a hacer, pero necesito salir de aquí ahora mismo, sin importar la misión tanto como alejarme lo máximo posible de ese lobo.

Sé que cuanto más tiempo esté con él, mayor será la necesidad de estar con él y a su lado. Corro hasta que veo la casa donde me estoy quedando, pero escucho a alguien gritarme, y cuando voy a girarme, una mano me agarra del brazo, haciéndome girar con fuerza hasta chocar con un duro pecho.

—Mía. —Gruñe el chico contra mi cuello, lamiéndome repetidamente bajo el oído. Intento separarme de él, pero me tiene tan fuertemente agarrada por la cintura, que no puedo soltarme de su agarre.

—Tú, cabeza hueca, suéltame. —Digo cabreada, generando en él una reacción más civilizada, me suelta, pero se mantiene frente con frente, incomodándome su cercanía.

—¿Por qué has huido de mí? —Pregunta confuso, y no puedo evitar pensar que es muy adorable frunciendo el ceño.

—Mira, déjame en paz. —Digo empujándolo y corriendo a mi casa, dónde me encierro pese a estar escuchando sus golpes en mi puerta. Agarro mi móvil y llamo enseguida a Ron, quien me responde a los segundos de marcar.

—Un lobo se ha imprimado en mí. —Digo en un susurro. —Solicito poder irme de aquí.