Peter se encontraba de frente a la ventana de su habitación y se quita la máscara con orgullo.
¡¿QUÉ CARAJOS?! - Gritó una mujer enojada.
Peter se pone pálido y abre los ojos como platos. El castaño se dió la vuelta lentamente para mirar a su tía, que estaba parada en la puerta y lo miraba con una mezcla de horror y decepción. Los años han sido generosos con May Parker, digo.. es muy linda a su edad, y más de una vez ha recibido halagos y citas, aún con sus cuarenta años, sus senos siguen firmes con buenas curvas, y su cuerpo ni hablar.
Esta es May Parker, sigue siendo un bombón lujurioso.
Peter: Um... Hola - Dijo nervioso.
May: Peter Benjamín Parker ¡Necesito una explicación! - Gritó enojada y lanzó la mirada más amenazante jamás vista.
Un Peter petrificado no encontraba una explicación.
Peter: Bu-bu-bueno... May.. es una historia larga, prefiero que te sientes y no te pongas loca... Por favor - Dijo asustado y May solo asintió, se sentó en una orilla de la cama con una cara de molestia y mucha preocupación - Todo comenzó cuando hace unos meses en la excursión me picó una araña radioactiva, luego desarrolle unos poderes pero los use para ayudar a las personas y aquí estoy... - Dijo nervioso.
May: ¡Te picó una araña radioactiva! - Gritó enojada y con el ceño fruncido.
Peter: Bueno, no radioactiva más bien genéticamente modificada - Dijo asustado.
May: ¿Eso es mejor? - Preguntó con una ceja levantada. Peter se encogió de hombros.
Peter: Lo siento... - Dijo tímidamente.
May: Estás en tantos problemas, jovencito - Dijo con una mirada asesina.
Peter: pero.. Auch! - Gritó cuando May lo agarró fuertemente de la oreja.
May se llevó a Peter a la sala de estar, y luego lo soltó.
May: Bueno, creo que es hora de que te castiguen por esto - Dijo con una aura de muerte alrededor de ella.
Peter: Bien - Dijo asustado.
May: Quítate el traje - Dijo con las manos en la cintura. Peter se sonrojó cuando presionó el botón para hacer que el traje quedara suelto y luego se lo quitó, exponiendo su trusa blanca - Sobre mis piernas - Dijo mientras se sentaba en un sofá. Peter todavía no tenía ni idea de cuál era este castigo, pero obedeció a su tía y se recostó en sus piernas. Peter sintió las manos de su tía en su trasero y ella le bajó la ropa interior, lo que hizo que Peter se sonrojara aún más - Bien, Peter - Dijo mientras levantaba una de sus manos y colocaba la otra sobre la espalda de Peter para mantenerlo en su lugar - Esto me va a doler más a mi que a ti - Dijo con una voz triste, y PAF! Le dió una nalgada.
El castaño apretó los puños y levantó las piernas. El sonido de las nalgadas resonó en toda la habitación. Peter contuvo sus gritos y su trasero estaba empezando a enrojecerse, pero por supuesto, May no estaba satisfecha con esto y aumentó la velocidad.
PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF!
Ahora el trasero de Peter se estaba volviendo de un color rojo intenso, y también se ruborizó de vergüenza por lo que estaba recibiendo. Sus puños estaban apretados con fuerza, sus ojos estaban cerrados y estaba tratando de contener sus gritos, pero no estaba seguro de cuánto tiempo podría contenerlos.
PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF!
Ahora su trasero estaba definitivamente enrojecido, y Peter comenzó a llorar un poco.
PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF! PAF!
Finalmente, Peter se volvió incapaz de aguantar más.
Peter: ¡Lo siento, tía! ¡Lo siento mucho! - Dijo sollozando.
May: ¡Y SÍ NO VOLVÍAS A CASA! ¡NO PUEDO PERDERTE TAMBIÉN! - Gritó con el ceño fruncido y le dió una nalgada más fuerte que las anteriores.
Peter: Ah! No quería... preocuparte - Dijo gimiendo.
May: Sabes... Me hace pensar que no me respetas, me hace pensar que no aprecias todo lo que he hecho por ti, me hace pensar que no me tienes confianza! - Dijo furiosa antes de darle dos sólidos golpes en ambas nalgas.
Peter comenzó a temblar levemente y May pudo ver las lágrimas brotar de sus ojos, pero ella no se detuvo.
Peter: confío en ti, y te amo como a mi propia madre... - Dijo sollozando y con los cachetes rojos.
May se quedó callada durante unos minutos, aunque siguió dándole nalgadas a Peter.
May: De ahora en adelante, dime todo lo que está pasando en tu vida. No me ocultes nada! - Dijo enojada y le apretó una nalga.
Peter: Ah! Sí.. - Dijo con mucho dolor en su trasero. May vaciló y apoyó la mano en la espalda de Peter.
May: ¿Me lo prometes? - Dijo con una voz quebradiza.
Peter: Lo prometo - Dijo sollozando. Al final, Peter lloraba como un bebé sobre las piernas de su tía aunque el castigo ya había terminado. May, con dificultad, lo puso de pie, y lo sentó en sus piernas. Peter se tranquilizó mientras May lo consolaba, acariciando su espalda y su trasero rojo.
May: ¿Quieres cenar? - Dijo dulcemente.
Peter: Sí - Dijo tímidamente.
May: Bien! ¿Qué quieres? Y si vuelves a pedir pizza, te daré más nalgadas. La hemos comido las últimas cuatro veces. Ahora soy 50% pizza - Dijo exageradamente.
Peter: ¿Comida tailandesa? - Preguntó inocentemente.
May: Buena elección, gatito - Dijo amorosamente y revolvió el cabello del adolescente con cariño.