ᴇʟ ᴍɪᴇᴅᴏ ᴀ ʟᴀ ᴏꜱᴄᴜʀɪᴅᴀᴅ

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"La mire y supe que mi diagnostico de muerte estaría a su nombre"
-Ron Israel.

DANGER.

Observo las imágenes esparcidas en la mesa, cuatro rostros ignoran la cámara que les ha tomado la foto, siguen sus vidas sin notar que son observados.

Por mi.

Me quito la chamarra y con ella el peso del arma que golpea mi muslo cada que camino, veo mi reflejo en el espejo pequeño frente a mi, mi pelo negro está húmedo y pequeñas gotas de sangre caen hacia mi mejilla.

Detrás mío, un hombre grita adolorido.

Esta vez le sonrió más a mi reflejo y tomando una cuerda me encaminó hacia mi invitado que al verme se encoge.

—¿Por que tan temeroso?

Doblo la cuerda y me arrodillo para estar cara a cara.

—Maldito...

—Vaya...aun puedes hablar —sonrío mientras sigo doblando la cuerda.

—El sabe dónde estoy, vendrá por ti, vas a morir...

No termina la frase, la punta de mi bota se abre paso en su boca, ahogandolo.

—El único que morirá, vas a ser tu —le sonrio amablemente — Ahora dime ¿donde esta el?

Pude ver como su mirada se volvía vacía y antes de que dejara de respirar quite mi bota.

—Que desconsiderado, casi te mando a visitar a diosito.

—Eso...duele

—Discúlpame, para la próxima dolerá más, lo prometo.

Espere paciente a que su respiración se volviera normal, sonreí para mi al ver como desesperadamente intentaba con sus manos sobar su boca, cuando sus ojos se toparon con los míos, en seguida supo que si no respondía mi pregunta inicial, lo iba a matar.

—No lo sé...lo juro —sus ojos pedían clemencia —El esta cambiándose de lugar cada que puede, esta tan obsesionado con ella que no esta tranquilo.

Eso me hace apretar los puños pero no digo nada y el sigue.

—No la vas a salvar, el la va a matar, no puedes contra el mocoso.

—Puedo, mírate —lo señaló con la navaja—Eras de los hombres más fuertes ¿Verdad? Uff si, de los que le cuidaban el trasero al viejo, su hombre de confianza.

—¡Aún lo soy!

—Si te tengo a ti ¿Que te hace pensar que no lo voy a tener a el? —paso la navaja por su pecho —Ya no soy el niño de hace unos años, el mismo que golpeaste riendote ¿Te acuerdas?

—No te temo.

—Oh claro que no...pero lo harás.

Traga saliva y yo clavó la navaja en medio de sus dos piernitas, el da un grito desgarrador mientras su pantalón de marca se llena de sangre, ahora el que sonríe soy yo.

El libro que jamás seremos [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora