ᴀQᴜᴇʟʟᴏꜱ ꜱᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏꜱ

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Dax

—Se te sale la baba cuando duermes.

Arrugó la nariz divertido y veo como una Heather adormilada se limpia la boca.

—Que romántico tu.

—Verdad, lo bueno es que no dije que también se te salen los pedos.

Una almohada me pega en el rostro, Heather se tapa con su cobija hasta taparse la cara.

Me levanto y voy a la ducha, el agua recorre mi cuerpo bajando el calambre mañanero, el jabón cae por mi cuerpo y tallo en las partes adecuadas. Estoy a punto de salir cuando mi mente me hace recordar la pequeña escena en la biblioteca.

Cinco minutos después salgo feliz y sastifecho.

La toalla rodea mi cintura y una Heather ya esta con los ojos abiertos, sus ojos azules grisaseos me miran, se sonroja un poco pero no dice nada, camino buscando mi ropa y me tardo mas de lo previsto en buscarla.

—Deja de pasearte como modelo de calzones Dax — me dice enojada.

La miro extrañada.

—Pero si no traigo calzones ¿Quieres ver?

Ella aparta la mirada.

Encuentro una de mis sudaderas favoritas y me la pongo, tiene un ligero olor a Heather, jabón de ciruela, tomo un short y procedo a quitarme la toalla pero Heather se levanta rápidamente dándome la espalda.

—¿Enserio? ¿Provocaciones? No estamos en secundaria Dax.

—Es mi cuarto y el baño esta demasiado húmedo para cambiarme, aparte tu dijiste que no despertaba nada en ti ¿Recuerdas? Entonces no veo porque taparme.

Veo como sus hombros se pone tensos, esta enojada,toma su toalla sin mirarme y se mete al baño, escucho el agua salir y un tono de mensaje se escucha,reviso el mio pero la notificación no venia de ahi, es el de ella,tomo el celular y veo su notificación de WhatsApp.

"No pienses tonterías"

Dice un tal "Max" espera unos segundos antes de enviar el segundo mensaje.

"Si lo haces te vuelves como ellos,no importa si son malos"

La llave de la regadera se cierra y pongo otra vez su celular en su lugar antes de que me parta los huevos y me deje mi pilin chueco.

Sale del cuarto del baño con solo una toalla puesta, sonrió, me esta retando, veo como busca su ropa interior y un vestido amarillo claro, se gira y se pone las bragas por debajo de la toalla, después toma el sostén y se lo pone de la misma manera, cuando están puestos suelta la toalla dejándola caer a sus pies, se pasea por el cuarto buscando algo y cuando encuentra la crema me la tiende.

—¿Me ayudas?.

Mierda.

—¿Segura? — correspondo a su tono coqueto.

—Si.

Tomo la crema y me pongo un poco en la mano, paso la crema esparciéndola por su cintura y la acerco a mi, siento como ella se tensa pero disimula, odio que mienta diciendo que no provoco ninguna reacción en ella cuando se que si.

—Estas tensa — le digo en la oreja mientras sigo esparciendo la crema.

—Quisieras.

Separo los tirantes del sostén y se los bajo un poco, cruza los brazos para que su sostén azul no caiga un poco sin el soporte, paso mi manos por su espalda y acerco mis labios a su cuello.

El libro que jamás seremos [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora