ᴇɴ ᴇꜱᴛᴀ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ...

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Dax 

Miro la ventana grande que ahora la tapan unas grandes cortinas color negro, me impiden ver el cielo nocturno y la luna que lo acompaña.

Siento como mis ojos arden y me limpio con la manga una lagrima traicionera que salio de ellos.

A lo lejos escucho la música de la habitación de alado, este hotel resulta muy ruidoso en las noches, lo gracioso es que a pesar de estar en medio del ruido mi corazón se hunde en la soledad y ya no se si quiero salir de ella.

Miro mi muñeca izquierda, el pequeño círculo ahora está apagado, sonrió tristemente al recordar la vez que Heather puso su dedo y emocionada me dijo que cada que la extrañará podría hacer lo mismo y ella lo sabría.

Ahora la extraño.

Trago saliva y estiró mi dedo para poderlo y picar el pequeño botón, dudo un momento pero finalmente lo hago.

Una

Dos

Tres

Para cuando doy el décimo toque ya es inevitable no llorar, mis mejillas están húmedas y pequeños quejidos salen de mi garganta y sin pensarlo tomo mi pecho, como si quisiera abrazarme a mi mismo y finalmente lo acepto.

Esta vez, ella no respondió a mi llamado.

Me quito la pulsera y la lanzó lejos, escucho el crujido de esta y parece que quien se rompió fue mi corazón y no la pulsera, esta vez sonrío o al menos lo intento, trato de no pensarla, trato de estar bien, con cada día, a veces no lo acepto otras veces si, pero al final me encuentro preguntándome si es real.

Las imágenes de mi mente aún se reproducen como una película triste de la cual no me puedo deshacer.

Dime Heather ¿Como te digo adiós ?

Así pasan los días, en algunos como, en otros lloro y finalmente en los últimos lo acepto.

Por qué a veces, la persona que amamos, no es la persona que nos ama.

En esta historia las páginas de un romance se queman, en esta historia el final feliz no existe.

Eso lo repito todos los días, cada día mi reflejo se ve mejor, dejo la pijama por ropa más presentable, dejo su libro favorito por un celular, el celular que guarda un mensaje no enviado y que recibe uno nuevo, uno de alguien que quisa me haga olvidar de ella.

Me doy un ultimo vistazo y tomo la perilla de la puerta, me retoco mi pelo y miro el mensaje pero cuando estoy a punto de salir una pequeña vibracion se escucha por debajo de mi cama.

Por curiosidad miro debajo de ella y mi corazón empieza a latir.

La pulsera brilla.

Sonrió en sarcasmo, seguro se dañó por el golpe de hace unos días, estoy a punto de levantarme cuando vuelve a iluminarse.

Una

Dos

Tres...

«¿Querías a alguien que te mirara con la misma fascinación con la que miras los libros? Aún te debo eso lectora pervertida

El libro que jamás seremos [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora