¿𝚂𝙰𝙱𝚁𝙴 𝚀𝚄𝙸𝙴𝙽 𝙴𝚂 𝙵𝙾𝚁𝙲𝙴?

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 Dax.

 El auditorio escolar esta lleno, las personas se mueven de un lado al otro como si les picara el trasero, Heather se resiste pero la tomo de la muñeca con mas fuerza y voy a uno de los tantos cuartos que hay aquí, sus ojos azules me miran con lujuria y enojo. Ay mi pequeña lectora pervertida.

 Abro una puerta al azar y espero que no haya nadie porque seguro los saco a patadas, afortunadamente no hay nadie, es un cuarto sin decoración y un pequeño balcón solo se asoma en la esquina, las cortinas blancas se mueven al ritmo del aire, la habitación esta oscura y la poca luz de afuera de las luces led que cambian de morado a naranja ilumina el lugar.

Cuando intentó tomarla de la cintura siento un bulto en el bolsillo de la falda, así que saco lo que hay adentro, alzó una ceja.

—¿Qué? —me pregunta Heather enfadada — Es un labial ¿Nunca habías visto uno?

—Es que se me ocurrió algo...

Retrocede con las cejas alzadas, veo como su delicada garganta se mueve al pasar saliva y su labios carnosos se entre abren, por las bebidas que tomo ya no queda casi rastro de labial lo que me hace sonreir más.

—¿Qué es lo que piensas pervertido? —pregunta.

—¿Quieres saberlo? —tomo su cintura antes de que se aleje más —Ven que te lo muestro.

No se resiste lo que me hace sonreir mas, junto a el pequeño balcón hay una pequeña mesita y es ahí donde subo a Heather para que se siente, poso mis manos en sus piernas y subo lentamente haciendo que se estremezca y una de sus manos apriete con fuerza el borde de la mesita.

Una sonrisa se asoma en mis labios y me acerco a su oreja para susurrarle antes de pasar mi lengua delicadamente por esta.

—Volvamos a ser poesía a la luz de la luna Heather — alzo mi mano y tocó su delicado cuello —Deja que la luna te escuche, deja que escuche como Dax Scott te hace lo que un personaje literario no puede.

Su respiración se entrecorta justo cuando mi mano llega a su escote, trago saliva sintiendo como al bulto de mi entrepierna crece, esta vez dejó su oreja para ir a su cuello, no necesito pedirle nada ya que ella misma se mueve para que tenga más acceso a su cuello.

Me arrodillo hasta que mis labios quedan justo al borde de su bonito escote, se relambe los labios y me permito observarla, sus ojos azules estan casi negros, me gusta hacer esto con ella, me gusta que la luna bañe su piel con su luz.

"Me gustas lectora pervertida, me gusta hacerte gritar"

Lo pienso pero no lo digo, en lugar de eso me enfoco en sus piernas, no las abre, sonríe al ver mi frustración, me levanto para conseguir lo que quiero

—No voy a follar contigo Dax... 

—Demasiado tarde nena. 

La suelto mientras pongo el pestillo de la puerta, escucho como ella traga saliva pero no se mueve, noto como su respiración se descontrola y no puedo evitar que la mia haga lo mismo, una pequeña gota de sudor cae y se pierde en el escote de su corsé. 

—Te matare. — me dice no muy segura. 

—Si los Angeles pueden matar un demonio puede amar — le digo. 

Pienso en como se veía en la fiesta, llevo toda la noche imaginado esto, llevo imaginando su rostro contraerse mientras la toco, si, soy un pervertido, un jodido pervertido que le gusta tocar a cierta lectora, llevo imaginando como se sentirían sus manos en mi espalda, sus piernas rodeándome...

Pero ya me canse de imaginar.

—Que terco eres Daxito, el Ángel trasero te puede castigar —dice con una sonrisa.

El libro que jamás seremos [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora