102. Koi No Yokan

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"Cuando te enamoras perdida e irremediablemente de una persona"

Luis Miguel

Luego de una larga semana en la disquera y un gran trabajo solo nos faltaban unos cuantos detalles para poder lanzarlo, el publico como tal estaba muy emocionado y pedían a gritos, en periódicos y en redes el lanzamiento, había pasado poco tiempo en casa, cosa que a Ara no le agradaba casi, nos gustaba compartir en familia y siempre estar pero el tiempo aquel lo consumí en el álbum, llegaba para dormir y luego levantarme y volver a la disquera sin desayunar, así pasaba la semana día tras día, se llego el viernes y notaba a Ara un poco distante así que llamo a Alejandro y acomodamos un poco los horarios para no ir, en verdad íbamos bien de tiempo pero ella aún no sabía, pensaba que me iría de nuevo, me acerco a ella y dejo un beso rápido en sus labios.

-Buenos días cariño.
- Buenos días corazón, ¿Qué hora es? Pensé que ya te habías ido, se te va a hacer tarde.
-¿Y si llego tarde?.-menciono dejando otro beso es sus labios.
- Es que no te has ni bañado, además tu exiges puntualidad sabes perfectamente que debes dar.
- Eso lo se, solo que hoy hay una pequeña, pequeña excepción.
- ¿Ah si? ¿y cuál es esa pequeña excepción?.- Menciona encima mío.
-Tú...me quedare todo el día contigo.
- Lo último que haré será oponerte, ya me hacía falta un día sólo para mi señor Luis Miguel.
-Así te opongas yo no dejaría, lo sé, pido una disculpa por ello, he estado muy concentrado .-menciono dejando un mechón de su cabello tras su oreja.
- Pues igual es un deber, entonces te entiendo perfectamente, ¿Qué quieres hacer hoy?
-No lo se, todo lo que implique que estés tu, esta bien, aunque si empezamos por aquí .-menciono dejando besos por su cuello y cargándola en mi cintura.
Rié.- Excelente elección.- Menciona quitando mi camisa.
-Dime que Miguel esta dormido para continuar con esta idea .-menciono caminando a nuestra habitación con ella en mi cintura.
- Eso espero, no hay que perder tiempo porque no demora.
-Entonces no será divertido si tiene que ser rápido.

llego a la habitación y la dejo sobre la cama.
- ¿Quién dice que no? La diversión la pones tú no el tiempo.
-Vaya mi esposa salió un poco atrevida.

Me acerco y tomo sus labios, respiro y vuelvo a ella sin dejarla pensar, la ropa en pocos minutos es lo de menos en nuestros cuerpos, el sol entraba claramente por la ventana y yo tanto como el sol dábamos en su piel, esa conexión que siempre nos unía a la hora de hacernos nuestros, la hacia mía tantas veces quisiera sentirla al limite, ella dejaba claramente su deleite en mis espalada, sus respiraciones cada vez eran más rápidas, el sudor era parte de nosotros, el calor y la sensualidad era parte del momento, nuestros cuerpos de costumbre adaptados ya el uno al otro se erizaban y disfrutaban de su unión, siento como ella aferra fuertemente sus rodillas a mi cintura y me hunde más en ella, me abraza y en un gemido siento como ambos llegamos a nuestro deleite superior.

- No sabes cuanto te amo.-susurro sobre ella dejando un beso delicado, suave y lento en sus labios.
- Yo te amo más mi amor.- Menciona acariciando mi mejilla.
-¿Como lo logras?-susurro observandola.
- ¿Cómo logro qué?
- Que te ame de tal manera de no cansarme, sabes más que nadie que la relación más duradera en mi vida ha sido contigo.
- Es que te hice un amarre.-Menciona mirandome a los ojos.
- Ha sido demasiado efectivo diría yo, hicieron un muy buen trabajo.
- Mentiras.- Se carcajea.- Quizá si encontramos nuestra media naranja, es que no lo sé, no tengo una explicación a esto, ¿Tú si?
-¿Yo? Por favor no creí lo de los antojos en tu embarazo ahora voy a tener una explicación, pero lo único que sé es que no me canso de ti, es como si siempre fuera la primera vez en Venecia.

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