38. Mangata

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"El reflejo de la luna brillando en el agua."

Luis Miguel
Estábamos disfrutando más de lo que yo creía, nos encontrábamos observando cada rincón del mar, veíamos peces, corales y de más, ella se encontraba feliz y eso lograba contagiarme a mi, luego de varias horas en el agua salimos para ir a cenar a un bello lugar frente al atardecer.
-Al parecer gozaste demasiado buceando.-menciono mientras doy paso con su silla para tomar asiento.
- Mucho, amo este tipo de viajes, la playa es uno de mis lugares favoritos, tú también te veías muy contento.
-Eso noto en cada viaje, por eso pensé en traerte a otro lugar, no me gustaba la idea de solo llevarte a casa y ya.-menciono observando la carta.
- Adoro tus sorpresas le dan un toque más aventurero a nuestra relación, ¿Qué vas a pedir mi amor?
- Quiero un Ma'a tinito, suena algo diferente, así que ¿Tú qué vas a pedir?
- Estaba pensando en ese pero para no pedir lo mismo comeré El Poisson Cru a la Tahitiana.
-Vaya, mi segunda elección era ese, tienes buen gusto.- Menciono entregando las cartas y haciendo nuestro pedido.
- Demasiado diría yo, mira nada más el esposo que me mando.- Menciona después de que el mesero se fuera.
-Diría yo que eres una mujer muy afortunada.- Colocó mi mano sobre la suya y comienzo a jugar con su anillo.
- Por supuesto.
Sonrió levemente .-¿Siempre vas a seguir todos mis juegos? -menciono observándola a los ojos.
- ¡Claro! Porque si te sigo tus juegos tú me recompensas con postre, eso sí que es fantástico.
-Pero es que ese tipo de postre casualmente es mi favorito.
- Tenemos muchas cosas en común para que veas.- Menciona apretando mi mano.
Antes de mencionar una palabra más el mesero trae nuestra cena y se retira.
-De una manera o de otra me encanta como nos coqueteamos y buen provecho.
- Provecho cariño.- Menciona empezando su plato.- Esto está riquísimo.
-¿Quieres probar un poco del mío?.- Menciono tomando un poco con mi cubierto.
- Está bien.- Menciona recibiéndome la comida.- Esta muy delicioso, diría que más que el mío, prueba este.- Menciona tomando un poco en su cubierto y llevándolo a mi boca.
- También está delicioso, si quieres hagamos un cambio.- Menciono sujetando su plato y cambiándolo con el mío.-Ya que te gusto más disfrútalo.
- Mi amor, no es necesario.- Menciona y yo inmediatamente hago un gesto de negación ante la devolución.- ¿Por qué me consientes en todo?
-Porque me gusta hacerlo, y me gusta que quedes satisfecha en todo así que déjalo así y si quieres de este pues comes.
- Así estoy más que satisfecha.- Menciona terminando de comer.
Tomo un poco de jugo y terminamos de cenar, salimos del lugar y tomo su mano llevándola a ver el atardecer, llegamos a nuestra cabaña y nos cambiamos.
- Deberíamos jugar ajedrez ¿Sabes?
- Si lo jugaba con mi abuelo Leo, recuerdo los movimientos de las fichas pero seguro pierdo ante ti, ¿Y si jugamos dominó o parqués? Son más fáciles.
-Bueno, está bien juguemos parqués y si gano duermes en la hamaca de afuera.-menciono entre risas.
- Me parece pero si pierdes tú te quedas sin postre por dos días.- Menciona muy segura.
-¿Disculpa? Eso no me parece un castigo justo en una luna de miel.

Aracely Arámbula
Sabía perfectamente que él no perdería y aunque me aterraba un poco la idea de dormir afuera quería arriesgarme, estábamos sentados en el pequeño muelle que tenía nuestra cabaña con nuestro plan favorito, los pies en el agua viendo como la luna se reflejaba en esta, teníamos el parques en medio de los dos, yo jugaba con las fichas de color azul y el con las rojas, iba ganando pero de repente empezó a meter a la cárcel mis fichas y a avanzar fugazmente.
- Esto no es justo, yo iba ganando.- Menciono un poco indignada.
-Ibas mi amor lo acabas de decir.-menciona con una sonrisa en su rostro.
- Te va a dar frío, te va a hacer falta mi calor.- Menciono al darme cuenta que ya entró su última ficha.
-Tu eras la que me quería dejar sin postre a si que es preferible que duermas una noche en la hamaca que toda la semana sin mi postre favorito.
- Nosotros somos correctos, iré a cambiarme y a traer todo, ¿Puedes recoger las fichas y eso por favor?
-Vale no hay problema, si quieres te ayudo a organizarla para que duermas más cómoda.
- No, todo está bien.
Me levanto de allí, le doy un beso en los labios, me seco los pies y entro, me coloco mi pijama, tomo dos edredones y par de almohadas, al salir el tiene todo listo, coloco una de las cobijas dentro de la hamaca para que fuera más acolchonada, posiciono las dos almohadas y dejo encima la otra cobija para arroparme. 
- Listo, creo que es hora de dormir, estamos cansados.- Menciono acercándome a él.
- Muy bien que descanses, te amo.
- Yo te amo más mi amor.
Se acerca a mi para dejar un tierno beso en los labios, me dirijo a la hamaca y me subo a esta, me envuelvo en las cobijas mientras él entra a la habitación, pasan los minutos y no me puedo quedar dormida por los sonidos del viento y el fuerte choque de las olas, escucho unos pasos y se que es él, así que me hago la dormida, minutos después ya no está así que me dispongo a dormirme a toda costa. Siento como todo se mueve y me despierto un poco asustada, abro los ojos y es él sentándose junto a mi.
- ¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí?
-Estás muy demente para pensar que te dejare durmiendo aquí.- Menciona acariciando mi cabello .-Ven vamos a nuestra cama.
- No corazón, yo perdí y estoy cumpliendo el castigo además lo que creo es que me extrañas y no puedes dormir sin mi.
Noto como trata de acomodarse para acostarse hasta que logra quedar en mi misma posición.- Todas las anteriores más lo que te acabo de decir, o nos quedamos los dos acá o nos vamos a cama los dos.
- Desde que no se nos caiga esto, ven acá.- Mencionó abrazándolo mientras entra en las cobijas.
-¡Ah! Verdad que somos tres pero no creo, aparte así nos damos más calor o bueno les doy más calor.
- No te me vayas a asustar con los ruidos, yo ya pasé a la etapa de aceptación y eso que están calmados hace unas horas se escuchaban horribles.
Sonríe-¿Etapa de aceptación?.-suspira.- ¿Qué voy hacer contigo?
- Es la verdad, no te burles, verás que conciliar el sueño es un poco complicado cariño.
- Te quiero niña hermosa y te entrego en esta rosa, la vida que me pueda quedar, doy gracias al cielo por haberte conocido, por haberte conocido doy gracias al cielo.- Menciona tarareando la canción.
- Y le cuento a las estrellas lo bonito que sentí, lo bonito que sentí, cuando te conocí.- Menciono mientras voy cerrando los ojos del sueño.
- Concéntrate sólo en mi voz, ¿Sabes? ¿Sabes una cosa? Que yo te quiero, que sin ti me muero si estás lejos...- Susurra mientras solo escucho su voz y poco a poco mis ojos comienzan a pesar hasta el punto de quedar totalmente dormida.




"Tú me acostumbraste, a todas esas cosas, y tú me enseñaste, que son maravillosas, sutil llegaste a mi como una tentación, llenando de ansiedad mi corazón."
Luis Miguel - Tú me acostumbraste.

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