3. Tus besos

693 40 13
                                    

Me dirijo al pequeño mirador que hay en aquella habitación y todos los momentos del día pasan por mi mente, sonreía, no sé porque, solo sonreía, ella está siendo parte de muchas cosas por primera vez en mi vida, una de esas era traer a alguien a mi hogar y aparte que durmiera justo en mi cama, de terminar cocinando para ella y justo tenerla durmiendo en mi hombro, son sensaciones extrañas y completamente nuevas para mi.

Decido cerrar las puertas del mirador  y recuerdo que toda mi ropa de cambio esta en mi habitación, así que entro y la observo totalmente dormida, voy por mi pijama de seda negra y salgo rápidamente para no despertarla, me cambio y me recuesto quedando totalmente dormido.
Abro mis ojos por un pequeño destello de luz que entra por la ventana, me levanto y me doy un baño rápidamente, salgo y  me dirijo a la cocina.

- Buenos días señor Luis Miguel, ya he preparado su desayuno ¿desea algo más?.
- Buenos días, y no, así todo esta perfecto, mejor dime donde hay una pequeña mesa de desayuno.

Se retira y segundos después llega con la pequeña mesa, organizo el desayuno allí  y entro a mi habitación, aún esta dormida, así que dejo el desayuno en la mesa del lado y  acaricio su mejilla suavemente produciendo que ella sonría despertando.

-Buenos días .- Menciono con una leve sonrisa.
- Hola, ¿Cómo estás?.- Menciona sutilmente y sonriendo tiernamente.
-Yo muy bien ¿dormiste bien? te traje algo de comer.-menciono sujetando la mesa del desayuno.
-Dormí como un bebé pero espera ¿Dormimos juntos?, Muchísimas gracias ¿y tú ya desayunaste?
-No, vine y te deje aquí te puse la manta y me fui a dormir a la otra habitación, y no, primero traje tu desayuno eres mi invitada.-menciono dejando el desayuno en sus piernas mientras ella toma postura.
- Ya no sé como más agradecerte, muchísimas gracias por todo lo que has hecho por mi.
-Pues yo tengo una idea de como .-menciono dejando un beso en sus labios observando sus ojos expresivos y brillantes.
- No pierdes ni una oportunidad, ahora si a comer. - Me hace señas para que me siente a su lado y obedezco, prueba la comida y hace buen gesto gracias a esta y procede a darme un poco a mi.
-Amo como cocinan aquí la verdad ¿tienes algo que hacer hoy? te tengo una propuesta.
- Todo estaba completamente delicioso, la verdad no, pues organizar maleta porque mañana temprano sale mi vuelo a México, ¿Qué me propones?

No me había pasado por la mente que ella debía de irse, mi expresión cambia por completo pero vuelvo a mí.

- Quiero que vayamos a disfrutar la tarde, a montar un rato y quedarnos lo que reste de día para al final llevarte a tu hotel.
- Me encanta la idea pero, oye, no tengo ropa ni implementos de aseo.
-Eso lo solucionamos ya mismo, termina el desayuno y nos vamos por tus maletas así te quedas más tiempo y yo te llevo al aeropuerto.-menciono colocándome de pie.
- No me voy a negar a algo que realmente quiero pero tampoco quiero que pienses que me aprovecho de ti.
Sonrío.-¿Aprovecharte? sino me has pedido nada, antes siento que me estoy dejando llevar mucho por esta sensación la cual no entiendo .-menciono acercándome a ella y dejando mis brazos apoyados en la cama frente a ella a pocos centímetros.

Aracely Arámbula

Es aquí donde caigo en cuenta que no soy la única en sentir aquella sensación, mi corazón empieza a latir fuerte al sentir su respiración tan cerca y siento que esta es la oportunidad perfecta para tomar la iniciativa de apoderarme de sus dulces labios, entonces tomo su mejilla y lo acerco a mi posando mis labios en los suyos, acomodo mi mano en su cabello mientras él acaricia suavemente mi rostro, nos separamos pero nos quedamos mirándonos a los ojos por unos segundos.

- Es perfecto y no tengo palabras, quiero que tu boca siempre sepa a mí-susurra.
- Es un buen sabor para llevarlo siempre.- Menciono pegando mi frente con la suya.
-Vaya al parecer en eso estamos muy de acuerdo, aunque debo decir que me agrada más tu sabor con vino.
- Una copa de vino siempre viene bien pero creo que se nos está haciendo tarde para todos los planes que tenemos hoy.
-Pero si el tiempo se pasa contigo no creo que se nos haga tarde, aunque si mejor vamos por tus maletas.

Me es inevitable sonreír, le pido que me indique donde queda el baño, me lavo la cara mientras el me espera, tomé mi bolso y nos dirigimos a emprender  nuestro camino hacia mi hotel, le dije que me esperara mientras me bañaba y me cambiaba pero él insistió en que sólo recogiera mis cosas y volviéramos a su casa, en el camino devuelta escucho un sonido proveniente de mi bolso, veo el identificador y es mi mejor amiga.

- Hola Charly, ¿Cómo estás?
-Preocupada mujer, tú familia pregunta por ti ¿cómo vas? ¿que ha pasado?
- ¿Mi familia? ¿Has hablado con ellos? Bien, solo que he estado un poco ocupada.- Menciono mirándolo a él sonriendo.
- Si, pero les dije que tuviste una noche muy movida y llegaste muy cansada, debes llamar al menos a leo ¿dónde estás?
- Si tienes toda la razón, ahora que me desocupe llamo a mi hermano, muchas gracias mi charly por todo.
- es un gusto pero no me respondiste ¿donde estas?
- Ay sí amiga, por supuesto, eres la mejor.- Sentía que si le respondía frente a él iba a ser un poco incomodo, intentaba de todas las maneras que supusiera con quién estaba.
-¡Ay no puede ser! Tú me tienes que llamar en la noche.
- Por supuesto amiga, esta noche te llamo para que me cuentes como sigues, cuídate Charly, te mando un beso.
- Siento que me moriré de angustia pero esta bien, cuídate por favor.
- Así va a ser, hablamos al rato.- Cuelgo y me propongo a observarlo.
-¿Todo bien? -menciona dejando su mano en mi pierna.
- Excelente.- Menciono

Llegamos a su mansión, el pide que bajen mis maletas y las dejan en la sala, abro un momento una para sacar mi bolsa de aseo y la ropa del día, le pregunto donde puedo bañarme y me lleva a su baño privado, así que me dispongo a ducharme y posteriormente organizarme, al salir del baño me doy cuenta que estoy completamente instalada en su habitación e inconscientemente sonrío para mi misma.

- Oye, estás aquí?. - Sin respuesta alguna me dispongo a buscarlo hasta que lo encuentro en la cocina a punto de ponerse el delantal como anoche. - No me digas que serás tú quien va a preparar el almuerzo.
- Por supuesto eres mi invitada y debo atenderte, aparte es cómodo hacerlo yo mismo.
- Déjame por lo menos recompensarte un poquito por todo lo que has hecho por mi, déjame cocinar a mi.
-no, aparte creo que ya sabes cómo acepto recompensas, ya mira que es rápido.
- ¿Cómo que no me acuerdo? Me podrías recordar, por favor.-Mencionó acercándome delicadamente a el.
-¡Sin ningún problema! Felizmente lo haría las tantas veces que se te olvide -menciona uniendo sus labios a los míos.
- Entonces se me olvidará muchas veces, pero bueno ¿qué tal si cocinamos juntos y no discutimos?
-¿si o si? Esta bien, aunque nunca he compartido cocina, vamos a ver qué tal la señorita Arámbula para ella.
- No te ilusiones, hago lo que puedo.- Contesto sinceramente.

Entre risas y bromas cocinamos unos ricos tacos al pastor, nos disponemos a deleitarnos de estos en la misma sala de ayer.

- Nos quedaron deliciosos. - Mencionó terminando el mío.
-Al parecer es bueno compartir contigo, y si quedaron deliciosos, me va a tocar seguir invitándote a casa.
- Seria un placer, pero bueno recuerda que tenemos solo una tarde, ¿qué vamos a hacer?
- Iremos a montar un rato, luego te llevaré a un lindo lago, cenaremos y si quieres ir algún lugar con gusto iremos hasta volver aquí.
- Me gustaría caminar por la playa, solo eso, de resto de obedezco completamente.



"Pensando en ti, recordándote, descubro cada amanecer sintiéndote más y más en mi, espero el sol más de una vez y sucede que este tiempo sin saber me hizo saber que aunque existe otro camino va llenándose mi fe pensando en ti" Luis Miguel -Pensar en ti

¿Sabes una cosa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora