Lissette
«Estoy contigo» Me dijo con una sonrisa tomando mi rostro, sus manos son cálidas. Por alguna razón me hace sentir muy tranquila sin querer apartar la vista de sus ojos que me atrapan en su interior.—¿Tienes hambre? Te prepararé algo.
No puedo creer que le voy a pedir esto.
—Diego, ¿puedes abrazarme? —pregunté con pena, en verdad no comprendo por qué le pido esto. Me está mirando raro.
—Claro —bien, estoy sorprendida, me está abrazando y se siente bien. Cerré mis ojos un momento sintiendo su presencia envolverme, también respiré esa colonia que usa.
—Gracias —musité, él bufó burlón agregando caricias a mi cabeza. Después de unos minutos le indiqué que ya era suficiente, no porque me sintiera incomoda, aunque sí lo estaba un poco, sino porque me sentía apenada.
—¿Ya estas mejor? —me alejé un poco estando encogida de hombros.
—Sí —mi estómago sonó ocasionando más pena en mí, y el tonto de Diego lo agravó riéndose.
—Vamos a comer —se levantó y me jaló con suavidad para sacarme de la cama.
Ambos bajamos a la cocina, vi como preparó huevos revueltos con jugo de naranja, en ese momento mi mamá bajó, vino conmigo y me abrazó fuerte. Está llorando.
—Lo siento mamá.
—No, yo lo siento, aun no te he ayudado lo suficiente para que no te ocurran estos episodios.
—Siempre has estado conmigo. Si no fuera por ti, yo habría quedado sola.
Tuvimos un rato en donde no hablamos más, sólo nos quedamos abrazadas, luego de eso, mi madre tenía que salir con el señor Alejandro. Antes de irse, la puerta fue tocada por Bryan y Sofí.
—¡Lis! —mencionó ella abrazándome tan fuerte que estoy segura me matará si sigue así— Me encontré a Bryan en el camino, me dio el aventón hasta aquí en su moto y me contó lo que pasó ayer. ¿Cómo estás?
—Estoy bien, de hecho, apenas voy a desayunar.
—¿Quieren acompañarnos? —preguntó Diego poniendo los platos.
—Yo no niego —respondió Bryan burlón.
—¡Yo tampoco! —atinó a decir Sofí con entusiasmo.
Los cuatro tuvimos una charla divertida, charla en la que notaba hacían lo mejor que podían para subirme el ánimo, cosa que hicieron y que agradezco. Bryan me retó a una carrera, no sé si lo hace para animarme más o sólo porque quiere la revancha. Sea como sea marqué a mi madre para tener su permiso. Sí, me lo concedió.
—¡Bien! —gritó emocionada Sofí— Vamos —ella me tomó del brazo y juntas fuimos al garaje a sacar mi moto—. Diego irá contigo y yo con Bryan.
—¿Irás con Bryan? —preguntó Diego con una sonrisa forzada.
—¿Irás conmigo? —en cambio Bryan está incrédulamente feliz.
—¡Sí! ¡Vamos! —lo tomó del brazo y juntos se dirigieron a montarse en la moto, veía a Sofí con cierto brillo en sus ojos.
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Un camino juntos
Teen FictionLissette, una chica ruda e impulsiva, amante de las carreras de motocicleta que se ha ganado el nombre de Chita. Diego, un chico tranquilo y precavido, amante de la fotografía. Ambos son diferentes e iguales, una casualidad el encontrarse, el conoce...