**Hace horas**
Lissette despedía a su gemela yéndose a tener una cita con Shark. Ella quedó viéndolos marcharse y se dispuso a ir al taller de Daniel en cuanto ya no dilucidó a la pareja, caminaba por la acera cuando fue empujada a chocar contra la pared y sintió a alguien tomar de su cabeza estrellándola contra el muro, dejándola aturdida, ella se volteó a quedar bocarriba con la vista nublada y el sol impidiéndole más que reconociera a la persona que le agredió, su consciencia no se pudo mantener más haciendo que se desmayara mientras una línea de sangre escurría en la parte de la frente que fue golpeada.
Antonio se agachó en cuclillas pasando su mano por la boca sonriendo orgulloso por verla inconsciente. Retiró la mochila que ella tenía y la arrojó a un lado para luego arrastrar por los pies a la joven hasta el callejón colindante, allí tenía su auto, al cual le abrió el maletero metiendo a su hija. Él entró al vehículo y se colocó una peluca negra y un bigote falso, comenzó a conducir por las calles menos transitadas para lograr salir de la ciudad.
Pasaron un par de minutos en los que Lissette fue despertando encontrándose en la oscuridad y sintiendo el movimiento del auto, comenzó a golpear el techo del maletero a la vez que gritaba por ayuda, no pasó mucho tiempo cuando sintió que el auto se detenía y el motor se apagaba. Escuchaba el pisar de hojas secas que se dirigían a ella, luego el sonido de estar abriendo la cajuela.
Lissette no lo pensó dos veces y arremetió con una patada a quien quiera que abrió el vehículo. Golpeó en el estómago al sujeto y vizualizó que se trataba de su padre, consternada por eso, salió de la cajuela y comenzó a correr a donde fuera, primero pensaba en alejarse de él antes de preocuparse por dónde estaba.
Sin embargo, no alcanzó a ir tan lejos cuando Antonio se lanzó a tirarla al suelo, eso no la detuvo y golpeaba como podía a su padre, puñetazos, manotazos, patadas, aruñones e incluso mordidas, Lissette intentaba lo que fuera para escapar.
—¡Déjame en paz! —vociferó con tal fuerza que parecía que su garganta fuera a desgarrarse— ¡¿Por qué haces esto?!
—¡Porque simplemente no fuiste como los otros! ¡No te soporto! —Antonio se colocó encima de ella y le dio una bofetada fuerte que hizo que se desmayara de nuevo— Maldita sea —mencionó viendo las marcas sangrantes que ella le causó con los dientes y uñas—. Al menos así me demuestras que eres mi hija.
Él se levantó y la cargó en brazos llevándola a la casa con un lago atrás. La morada ubicaba en un terreno apartado y lejos de la cuidad, con barrotes en las ventanas y amueblada con sábanas sobre los objetos. Subió las escaleras y abrió la primera puerta que había cerca, una habitación vacía a excepción de un colchón en el suelo donde arrojó a la joven, la encadenó de las muñecas con las cadenas que estaban adheridas a la pared.
Las horas pasaron y Lissette despertaba de su aturdimiento junto al dolor en su cuerpo, en especial en su mejilla y frente, dolores que por la adrenalina por intentar escapar, no había sentido antes, sino hasta que despertó. Intentando mover sus brazos para apoyarse a sentarse, notó las cadenas que tenía puesta en ambas muñecas. Empezó a forcejear por liberarse hasta que la puerta de su habitación fue abierta dejando pasar la luz del pasillo a iluminar el interior.
—Puedes gritar y hacer todo el ruido que quieras, pero no te lo recomiendo. No porque alguien pueda escucharte, estamos apartados y no hay casas cerca en al menos unos treinta kilómetros, sino porque sabes bastante bien cuanto detesto el ruido, y mucho más proviniendo de ti.
—Tú odias todo lo que venga de mí. Me odias a mí. ¿Pero por qué? ¿Sólo por qué no saqué un cabello rubio y ojos claros? —él se acercó con enojo en su mirar, se puso encima de ella y tomó con ambas manos su rostro, acariciando sus pómulos con los pulgares.
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Un camino juntos
Teen FictionLissette, una chica ruda e impulsiva, amante de las carreras de motocicleta que se ha ganado el nombre de Chita. Diego, un chico tranquilo y precavido, amante de la fotografía. Ambos son diferentes e iguales, una casualidad el encontrarse, el conoce...