—¡Aquí están las pruebas! ¡Hagan algo! —exclamó con ira Daniel al oficial que tenía enfrente.
—Ustedes allanaron propiedad privada.
—¡¿Le importa más eso que una niña siendo encadenada?! —bramó desesperado Roberto.
—¡Hagan algo! ¡Se supone que deben protegerla! —añadía Verónica golpeando la mesa.
Los chicos estaban discutiendo con los oficiales, los cuales, entre algunos de ellos que son de los altos mandos, se hallaban comprados por Antonio, y ya que les estaban pagando por ignorar ese caso, iban a borrar su evidencia.
—Daniel —su padre había llegado, su hijo fue quien le llamó—. ¿Qué pasó?
—Al fin llegas. Estos tipos no hacen su trabajo, tenemos evidencia y no hacen nada.
—Vengan acá —mencionó apartándolos—. ¿Se dan cuenta que pusieron en riesgo sus vidas y también lo están haciendo con su libertad?
—Pero no había otra manera ayudarla. Por favor, trata de hacer algo —la sorpresa se tiñó en un instante al ver a ese muchacho con lágrimas salir de sus ojos.
El mayor sonrió por ver a unos chicos que se encontraban muy dispuestos a hacer lo que sea por una niña, pero no sólo sonreía por ellos, sino porque ya había hecho algunas llamadas y alertado a cargos superiores sobre el asunto, y además, venía con uno de ellos, así que a los que atendían el caso los pusieron en custodia para investigar sus participaciones.
Ahora mismo irían a buscar a la menor después de que Verónica mostrara las imágenes que grabó, sin embargo, antes de salir, en la TV de la sala que se encontraba encendida, estaban pasando una noticia de última hora, un vecino alertó sobre gritos procedentes de la casa que quedaba enfrente.Cuando una unidad arribó al lugar, dieron aviso de una escena del crimen, los reporteros no se hicieron esperar y en primera instancia anunciaron que una mujer se hallaba muerta en un baño de sangre, también, encontraron videos de lo que pasó debido a que había cámaras dentro del hogar, por lo que pudieron ver no sólo como fue asesinada, sino que había preocupación porque también se observóna una menor de edad que salido corriendo del hogar y que el hombre la perseguía con el cuchillo.
Los adolescentes subieron con prisa a sus vehículos y se dirigieron a buscar a la menor. Las autoridades ya habían puesto una alerta Amber para encontrar a Lissette, pero ellos no podían permitirse esperar.
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—No la encuentro —dijo Verónica muy asustada al reunirse de nuevo con los demás—? ¿Y si ya la atrapó? Ella ahora podría estar sufriendo.
—Verónica, cálmate, la vamos a hallar y estará bien —mencionó Roberto.
—No debí dejarla allí —Daniel pasaba sus manos por su cabeza—. Tenía que habérmela traído.
—Basta, no fue la culpa de nadie, tal vez ese loco nos hubiera matado a todos. Ahora no es momento de pensar en qué hubiera pasado.
Con eso los tres volvían a buscar a Lissette, Verónica estaba observando cada lugar con detenimiento, paró en una esquina viendo a todos lados y fue cuando se percató de alguien. Bajó de su moto dejando que esta cayera y corrió a abrazar a esa persona.
—Cálmate. Ya estoy aquí. Lis —la pequeña no respondió, sus piernas flaquearon por ya no poder mantenerse en pie—. ¿Lis? Lis, por favor, dime algo.
Era inútil tratar de hacerla hablar, simplemente se quedó en silencio con las lágrimas corriendo y su mirada perdida.
Verónica llamó a una ambulancia, enseguida fue llevada al hospital donde trataron sus heridas. Estuvo un tiempo en el lugar y luego fue llevada a un centro de asistencia social junto a su hermana, sin embargo, a Lisbeth la regresaron con sus abuelos debido a que ellos alegaron que no tenían conocimiento alguno de lo que vivían Lissette y su madre, claro que su padre una vez capturado, también apoyó el testimonio para que ellos se quedaron con su hija preferida, además de que algunos billetes también estuvieron envueltos. Pero ellos no quisieron hacerse cargo de Lissette, así que la dejaron allí sin importarles nada, algo que era mejor debido al alto grado de miedo que la menor mostraba con sólo verlos.
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Un camino juntos
Fiksi RemajaLissette, una chica ruda e impulsiva, amante de las carreras de motocicleta que se ha ganado el nombre de Chita. Diego, un chico tranquilo y precavido, amante de la fotografía. Ambos son diferentes e iguales, una casualidad el encontrarse, el conoce...