Lunes y estoy sentada viendo hacia afuera antes de que la clase inicie, el trato con la policía fue en serio, nos trajeron a la escuela sin chistar. La campana sonó y en poco tiempo entró el profesor que nos impartiría la clase, yo seguía viendo por la ventana, pero escuchaba lo que decía, dijo que había una nueva alumna, pasó, pero aún no decían su nombre, fue entonces que hubo murmullos y yo seguía sin prestar atención, hasta que Diego me sacó de mis pensamientos.
—Lis —miré a su cara confundida y yo no sabía porqué, luego noté a mis compañeros que me veían extraño.
—¡Lizy! —mi cara se transformó en una de incredulidad en cuanto escuché su maldita voz. Volteé al frente y la vi parada ahí, con esa estúpida sonrisa— Que bueno verte de nuevo, te extrañé mucho.
Mi hermana gemela, aunque bueno, no podría decir eso exactamente, pues su cabello es rubio claro y sus ojos azules, y no, no es que una de nosotras se haya teñido y puesto lentillas de color, los rasgos de cada una es natural, somos iguales, pero diferentes a la vez, en todos los sentidos.
—¡Lizy! —corrió para abrazarme, sin embargo, no se lo permití— Lizy...
—¡No me toques! ¡Aléjate de mí! —me levanté dándole una bofetada mostrando mi ira.
—¡Señorita Rivera! —el profesor se acercó tomándola de los hombros mientras que a mí me daba una mirada de reproche. Todos están anonadados ante lo que vieron.
—Hermana, por favor...
¡Esa maldita falsa!
No podía aguantar más viéndola con esa cara de afligida cuando sé que está mintiendo. —Haga mi reporte si quiere, yo me largo —dije a mi profesor con enojo, tomé mis cosas y me fui de ahí.
—¡Lis! —la voz de Diego viene atrás tratando de alcanzarme, pero yo puedo caminar rápido— ¡Lissette! —me tomó del brazo con apenas aliento— ¿Qué fue eso? ¿Quién es ella? Es idéntica a ti.
Yo no podía aguantar más, lo abracé y lloré ocultando mi rostro en él. Está confundido pero me corresponde y acaricia mi cabeza, fuimos a la parte de atrás de la escuela, y ahí estuvimos hasta que me calmé. No me preguntó nada y es algo que agradezco, pero se nota la enorme curiosidad que tiene por empezar a interrogar. Suspiré pesado y me encogí abrazando mis piernas con la mirada perdida.
—Podremos ser hermanas, pero sólo de sangre —exasperé apretando las mangas de mi ropa—. Ella ha sido la favorita de la familia. No como yo, que soy diferente.
—¿Diferente?
—Mi padre es rubio y de ojos azules; mis abuelos, los padres de mi padre, también, aunque ahora sus cabellos sean canosos, básicamente el linaje de mi familia es así. Yo nací diferente, y era tratada como si fuera una mancha. Sufrí discriminación en mi propia familia por esa absurda razón.
—Lis. ¿También discriminaron a Verónica por eso?
—Ya no quiero hablar más —bajé mi rostro a ser ocultado entre mis piernas—. Me quiero ir a casa.
Diego
Regresé con Lis tomando el autobús, ella estuvo muy callada todo el camino y con la mirada hacia afuera. Cuando entramos a nuestro hogar, nadie estaba, y creo que por el momento es mejor así. Deseo que Lis me cuente más cosas sobre ella, pero no puedo presionarla, además, ella ya me ha revelado un poco de su pasado, así que es un avance. Ahora está en su habitación, ha hablado con su jefe sobre que dejará de trabajar a partir de la próxima semana para enfocarse en sus entrenamientos para la carrera. Mis amigos me mandaron las tareas, las estoy haciendo para dárselas a Lis, no creo que recuerde hacerlas.
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Un camino juntos
Teen FictionLissette, una chica ruda e impulsiva, amante de las carreras de motocicleta que se ha ganado el nombre de Chita. Diego, un chico tranquilo y precavido, amante de la fotografía. Ambos son diferentes e iguales, una casualidad el encontrarse, el conoce...