7.
Muchas veces no todo lo que se rompe son las cosas materiales. Había cosas intangibles que poco a poco se podían resquebrajar, hasta llegar al punto de no retorno si se descuidaba ese algo.
En la tierra había un sin fin de objetos y cosas que se rompían con el paso del tiempo, o el paso de los actos que deterioraban las cosas cada vez más. Eso se podía aplicar a un sin fin de situaciones, pero había unas en particular que giraban en torno a los chicos del instituto Singüeich, situaciones que harían volar la mente de las personas que se atrevieran a investigar más sobre ellos, para después llevarlo a un destino que ya estaba pre-escrito.
Después de aquella noche en la Erin cayó al lago, los días se volvieron más simples, ella no recordaba nada gracias a Akihiro, pero sentía algo extraño que le hacía dudar más de lo normal en todo lo que veía. Se sentía más inseguras y desconfiada de lo normal, y eso le hacía caer en prolongados episodios de estrés y depresión, aunque volvía a sentirse mejor cuando se rodeaba de personas, a pesar de eso, la sensación de incertidumbre nunca desaparecía.
—El examen empezará en un minuto exacto, recuerden que solo deben tener sus calculadoras, lápices y borradores sobre el escritorio, además de que las cámaras los están vigilando— Advirtió el profesor Mckey señalando las esquinas del salón de clases-. Los dejaré solos mientras responden las preguntas, espero hayan estudiado— Finalizó él recordando que desear suerte era para perdedores que no se preparaban para la vida. Tomó sus papeles y salió del aula sin mirar atrás.
Cuando la alarma que indicaba el comienzo del examen sonó, todos empezaron a revolver los papeles que había sobre la superficie de madera y se sumieron en una profunda concentración para poder realizar de una forma acertada la evaluación.
En Singüeich se manejaba un modelo en el que el resultado de los exámenes daba el cincuenta por ciento de la nota final, por lo que los alumnos se solían esmerar mucho más que en los colegios normales, a pesar de que los exámenes no eran tan habituales en un instituto como aquél, que prefería hacer crecer a sus estudiantes en valores sociales que los hacían unos amos de la palabra, dándoles así la habilidad de saber desenvolverse en el ámbito que ellos quisieran.
Dos horas y media demoró el examen, dos horas y media en las que nadie miró a su costado o se movió demasiado sobre su asiento. La alarma volvió a sonar, dando así por entendido que el tiempo había terminado, y que todos debían dejar sus lápices quietos. De inmediato entró Alexander al salón y empezó a recoger los exámenes asiento por asiento. Intercambio una discreta sonrisa con Valery y siguió con su ejercicio hasta llegar al último puesto. De una u otra forma de llevaban muy bien, su relación se había estrechado un poco teniendo en cuenta que eran maestro y alumna, ya que solían conversar cada que podían, podía parecer extraño, pero a ellos les gustaba hacerlo, era mutuo, además de relajante, parecía que dejaban un poco del hostil y frío ambiente de ese lugar cuando se encontraban, y eso no había pasado desapercibido ante los ojos de Adler, quien podía parecer inofensivo con su cara de Ángel caído del cielo, pero albergaba una maldad bastante peculiar en su interior, ya que él, era el peor de todos ellos.
—Las notas serán entregadas esta misma tarde. Que tengan un buen día— Fue lo último que dijo Alexander dando por finalizada la clase. Era la última clase del día, así que después de eso solo quedaba el almuerzo podría lo que quisieran el resto del día.
—Supongo que iremos directo a la cafetería para recibir el almuerzo— Les hablo Valery a Vania, Adler y Erin mientras colocaba su bolso sobre su hombro izquierdo.
—Supones bien, ese examen hizo que me diese más hambre de lo normal— Dijo entre risas Erin, ya que la física no era lo suyo.
— ¿Tú tienes algo que hacer, Vania? — Preguntó Valery mirando al ruso con el mismo entusiasmo de siempre. Él por su parte solo se limitó a negar con su cabeza y acomodar su mochila en su espalda.
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Cuando el sol se esconde
Mystery / Thriller¿Alguna vez has sentido miedo cuando ves a alguien hermoso? ¿Has querido escapar? ¿Has querido huir? En un instituto, donde se encontraban los hijos de las personas más poderosas del mundo, Erin sintió el miedo por primera vez en su vida. Pero nunca...