44.
En ocasiones el afrontar la realidad era más difícil de lo que se narraba en la televisión o los libros, parecía que los protagonistas pasaban por un momento de crisis y luego surgían cuando alguien más lo ayudaba o le daba amor, como si esa fuese la cura para todos los males; el amor de alguien, pero en la realidad, el único amor que podía salvar a alguien era el propio, a pesar de que era sin duda alguna el que más escaseaba.
Los días siguientes, Erin se mantuvo en su habitación, vagando entre los pensamientos que tanto la acribillaban y las constantes visitas de Dean, solo vio una cara distinta hasta que ella le dijo que estaba lista para verlos, gracias a eso, Vania llegó a su habitación cuando ya había comenzado la tercera semana de octubre.
Ambos tenían varias cosas en común, pero la que más resaltaba era lo tímidos y taciturnos que podían llegar a ser, por lo que el entablar una conversación se haría más difícil, pero eso no indicaba que se comprenderían menos.
— ¿Por qué tú? — Inquirió ella, con la cabeza gacha y las manos entrelazadas. Estaba sentada en su cama con la sabana cubriendo sus piernas y la ropa de dormir aún sobre su cuerpo.
—Dean cree que nos podríamos entender — Susurró él, sentándose en el otro extremo de la cama.
— ¿En qué? — Siguió indagando, manteniendo su tono bajo.
—En que ambos matamos a nuestros padres, tú a tú mamá y yo a mi papá — Soltó sin más, observando de reojo como ella se tensaba, pero mantenía la vista gacha.
— ¿Cómo lo sabes? ¿Siempre lo has sabido? — Indagó, pensando en que ellos posiblemente siempre habían sabido lo podrida que estaba por dentro.
—Siempre — Admitió —, pero no te preocupes, ya tú lo sabes casi todo sobre nosotros, así que estamos a mano; es más fácil rodearte de las personas que cargan demonios parecidos a los tuyos — Al decir eso, recordó algo en especial, o más bien, a alguien en especial.
— ¿Por qué lo dices?
—Porque yo cometí errores por buscar a alguien semejante a mí — Confesó, admitiendo por primera vez que el haber estado con Valery había sido un error.
— ¿Y ese alguien...?
—Era Valery, pero al final terminó solo siendo una ilusión creada por todos nuestros miedos y problemas.
Varios años atrás, cuando conoció a Valery y le llamó la atención lo bonita que era, descubrió lo que atormentaba esa sonrisa que le regalaba a casi todos, y no pudo evitar sentirse reflejado en ella. Ambos supieron el mal que había pasado el otro, y se comprendían mejor que nadie más, porque todo era demasiado parecido, su amistad había sido buena y sana, hasta que a Vania le importó ser amigo de Adler y Valery sintió la necesidad de mantener a todos los hombres a su alrededor, porque a lo que más temía ella; era a la soledad que la amenazaba constantemente.
Al oír que mencionaba a Valery, el desconcierto se implantó en Erin, por lo que decidió alzar la cabeza y mirarlo con el ceño fruncido.
— ¿Tu y Valery? — Se limitó a inquirir, viendo como Vania soltaba un suspiro y la miraba con vergüenza.
—Ella y yo estuvimos juntos, mientras era novia de Adler — Comenzó a decirle —, por eso él me odia, pero no se aleja de ella porque de seguro es lo único realmente importante que tiene en su vida.
— ¿Él la perdonó?
—A medias — Admitió, viéndose dubitativo, mientras se encogía en su lugar y se quitaba los zapatos para subir los pies a la cama —. La relación conmigo se destruyó por completo, y nunca me arrepentí de nada — Musitó, colocando su vista en la ventana que había en la habitación.
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Cuando el sol se esconde
Misterio / Suspenso¿Alguna vez has sentido miedo cuando ves a alguien hermoso? ¿Has querido escapar? ¿Has querido huir? En un instituto, donde se encontraban los hijos de las personas más poderosas del mundo, Erin sintió el miedo por primera vez en su vida. Pero nunca...