Cumplimiento

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Revisó el listado con resultados de las pruebas para los nuevos maestros de la academia que le acababan de entregar, escuchando a Shizune relatar a detalle sobre las pruebas que habían realizado para hacer un filtro inicial y cómo poco a poco habían aumentado la intensidad, entre las pruebas más difíciles estuvo el dejarlos de uno en uno en un salón con veinte niños y ver su manejo de la situación, el primer nombre en la lista era un shinobi que acababa de ser padre por lo cual deseaba las mejores condiciones en cuanto a horario y el segundo nombre era el de ella, Kumiko había tenido un desempeño ideal en el transcurso de las pruebas y en el inicio del siguiente ciclo lectivo se incorporaría a la academia, la llenaba de orgullo saberlo pues comprobaba su buen ojo al escogerla para enseñarle a Tenten y por otro lado le daba un tiempo limitado para las clases siguientes. Tendría que hablar con la castaña, sobre el paso a seguir tras finalizar el tratamiento. Odiaba sentirse impotente, pero la situación ya no estaba en sus manos.

Ese sábado, estuvo toda la mañana intentando no dormirse en una aburrida reunión del consejo y luego fue a almorzar algo que le diera la suficiente energía para el resto de su jornada, se dirigió al hospital a esperar que Tenten llegara, ojalá a tiempo, se carcajeó al recordar que a su última cita había aparecido tarde y corriendo, sonrojándose cuando le preguntó por el motivo de la tardanza. Estaba pasando bastante tiempo junto al Hyūga, pero bueno, a fin de cuentas eran adolescentes, aunque uno de ellos no actuara como tal.

Cuando entró al consultorio la hizo sentar en la máquina, enfocándose al máximo en hacer fluir su jutsu curativo, el resultado fue el que esperaba, o sea, no hubo cambios. Exhaló frustrada y le quitó el casco.

- Debemos hablar, Tenten — empezó — esta fue nuestra última sesión de curación

- Pero mis recuerdos no han regresado

- Lo sé, pero el edema ha desaparecido por completo... no hay nada que desinflamar — ella bajó la mirada, intentando ocultar que sus ojos se habían humedecido

- ¿Por qué no volvieron? ¿Significa que se fueron para siempre? — una lágrima se resbaló por su mejilla y la limpió de una vez

- Ya te había explicado que era una lesión complicada... puede que tus recuerdos empiecen a volver de a pocos con el paso del tiempo... — la tomó de la mano para que dejara de frotarse la cicatriz — o puede que no

- Eso significa que no lo harán... ¿no hay nada más que se pueda hacer? — la rubia negó con la cabeza — ¿qué... qué va a pasar conmigo ahora?

- ¿Quieres volver a ser una kunoichi? — esa era la pregunta más importante

- Sí

- Entonces cambiaremos el esquema de tus clases, para empezar ya no serán a medio tiempo — hizo una pausa — en las mañanas verás teoría y en las tardes la práctica, incluiremos más ejercicios físicos

- Gracias

- Ten paciencia Tenten, las cosas ocuparan su lugar tarde o temprano. Ve a tu casa y descansa, tu sensei te estará esperando el lunes a la misma hora de siempre

- Gracias de nuevo Tsunade-sama — se puso de pie y se fue de ahí.

Llegó corriendo a su campo de entrenamiento, sabía que Neji no estaría. Se concentró en canalizar el chacra en sus pies y escaló un árbol alto, se sentó en una rama abrazando sus rodillas y ahora sí permitiéndose llorar. Sospechaba que Tsunade le iba a decir eso desde la semana anterior, pero una cosa era una suposición y otra que ahora fuera una certeza. En los dos meses que llevaba en esa aldea, había intentado encontrar en dónde encajaba exactamente, creyendo que al recuperar sus recuerdos todo volvería a ajustarse a la que sea que fuera su realidad antes, pero ahora se sentía una pieza suelta, una completa extraña.

El Clan KazirgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora