Vehemente

192 26 0
                                    

Los dos hombres se observaron sin decirse nada, solo viendo a través del cristal a la kunoichi que estaba allí sentada evidentemente incómoda por el shinobi del otro lado de la mesa que cada tanto le hacía comentarios inapropiados. Trataba de disimular su enojo pero a medida que el tiempo pasaba más cerca se veía de levantarse y patear al sujeto para hacer que se callara, era de las pocas reacciones genuinas que lograban obtener de ella, esa y en lo que se refería al Hyūga.

- La conozco, la he visto varias veces en mi casa, es amiga de mi hija — rompió finalmente el silencio el Yamanaka — se conocieron en los primeros exámenes chunin cuando Ino se presentó como parte de los nueve novatos, ella también es parte de los once de Tsunade

- Así es

- Tsunade tiene la merecida fama de no saber apostar, pero confía en su grupo de elegidos — él no contestó — y mi hija tiene un excelente criterio escogiendo sus amistades

- Creo que la opinión de una adolescente de diecisiete no vale mucho para una traidora

- Me contó sobre ella — siguió como si un hubiera escuchado su comentario — su amiga la que fue secuestrada en una misión, Shikamaru estuvo en el equipo que la rescató y le describió las condiciones en que la tenían en ese cautiverio, Sakura fue quien hizo la curación inicial a la herida de su muñeca — se pausó — Ino me pidió mi opinión sobre la medida desesperada que tomó ¿yo entendería si mi hija se intenta suicidar después de perder la memoria y que la abusen a diario sin siquiera saber si realmente alguien iba a ir a salvarla?

- Es una elección de cobardes

- Se requiere mucho valor para decidir hacer algo así, incluso sin saber quién era o a lo que se dedicaba antes. Tú mejor que nadie sabes que existen muchos tipos de dolor y la mayoría de las veces los físicos son los más fáciles de soportar — se estaba arrepintiendo de no haberse decantado directamente por la opción de la dama de hierro — la chica está lejos de ser un peligro para alguien más que para sí misma — hizo una señal a lo que pasaba en la sala — y para ese hombre si no retrocede

¿Desde cuándo su escuadrón se había llenado de depravados y gente sin sentido común? Levantó la mano para detener a Inoichi que estaba a punto de presionar el intercomunicador para reprender al shinobi que había traspasado sus ordenes que se limitaban solo a que le hiciera comentarios a la joven y se le estaba acercando, estando ahora sentado sobre la mesa a poca distancia mientras ella parecía ponerse cada vez más roja. Eso no había estado en sus planes, pero ahora se moría de la curiosidad de ver si la castaña iba a ser capaz de cumplir su promesa de matar a quien la tocara sin su consentimiento.

- Agradecería que te alejes de mí — las palabras no se escucharon, pero él sabía leer labios y de seguro el hombre adentro sí la oyó por lo cerca que estaba — no lo repetiré

- ¿O qué vas a hacer? Yo te veo atada — se le acercó para hablarle al oído y era perceptible que cada músculo de la joven se tensó de inmediato — y muy vulnerable

- Te aseguro que no lo soy... y que te arrepentirás — eso pareció ser una invitación para el shinobi que la agarró del cabello consiguiendo que ella se pusiera de pie, había cerrado los ojos como si tratara de pensar en otra cosa o fuera a hacer lo que solía de desconectarse, pero en el momento que la otra mano del hombre se dirigió a uno de sus senos para tocarlo las esposas se rompieron como si hubieran estado hechas de papel y en un movimiento completamente fluido ella alejó esa mano y lo tomó de la otra para que le soltara el cabello y le hizo una llave, escuchándose una queja por parte del hombre cuando lo pateó en la espalda y lo arrojó contra la pared

- ¡Maldita perra! — disimuladamente se estaba masajeando el brazo, los ojos verdes del Yamanaka estaban fijos en la situación. El shinobi se lanzó contra la joven ahora con el firme propósito de vengarse y ella se limitó inicialmente a esquivarlo, en sus movimientos se podía ver que no había una intención real de lastimarlo sino solo de defenderse. Había hablado con los ANBU que la habían llevado a las celdas después que ella ayudara al hermano menor a escapar y ellos también habían descrito su modo de pelea como defensivo en ese momento, pero la habían visto pelear casi con uñas y dientes en el campo de batalla en los momentos de mayor fulgor del combate, asesinando a sangre fría a todos los que se habían interpuesto en su camino o en el del Hyūga que no se le separaba mientras recogía armas a diestra y siniestra. No le tomó mucho dominar al hombre, lo sostenía boca abajo contra el suelo apoyándole una rodilla en la espalda mientras le hacía una nueva llave que amenazaba con fracturarle el brazo si hacía más fuerza, además solo para hacer la situación peor le había robado una kunai y la tenía ubicada en su yugular. Él esperó pacientemente, pero nada pasó, después de unos segundos Tenten respiró profundo y vio al vidrio

El Clan KazirgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora