Zozobra

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Después de ese almuerzo Neji había lavado la loza mientras ella le contaba lo que había hecho con Sakura, él le había ayudado a revisar lo que había comprado y solo había señalado unas ciruelas encurtidas explicándole que ella no las comía, le creyó sin dudar y agradeció saberlo antes de descubrirlo por ella misma de la forma difícil, probablemente arruinando alguna comida. Habían visto la foto en donde estaban los once reunidos, ese día celebraban que tras mucho esfuerzo por fin todos eran chunins. Supo que Hinata era su prima aunque parecieran hermanos y él le había dicho como se llamaba cada uno en de los presentes en la foto y a grandes rasgos los describió a casi todos como demasiado eufóricos. Le causaba curiosidad lo que parecía hastío en su voz al describir esa euforia, sobretodo cuando era evidente en la imagen que ella hacía parte de los alegres del grupo. Él se fue cuando empezaba a oscurecer y cuando ella no tuvo ninguna otra excusa para pedirle que se quedara. Preparó algo de cenar para ella y se sorprendió al notar que nuevamente necesitaba agregarle un poco más de sal para que fuera completamente de su gusto lo que había cocinado.

Esa noche fue una tortura, en su pesadilla veía cinco pares de ojos negros persiguiéndola y cuando por fin creía que los había dejado atrás, frente a ella aparecía Uryuu quien empezaba a golpearla y romperle la ropa para conseguir lo que no había logrado en esa cabaña. Pero ¡no se despertaba! Sentía que gritaba y lloraba dormida, probablemente también patearía pero hasta que el sol no se asomó por la ventana fue casi como si estuviera amarrada a ese sueño. Despertó desubicada con un grito ahogado en la garganta, no había arrancado a correr porque estaba sola en el lugar. Tomó una ducha con agua muy fría para despertarse completamente y distraer su mente, luego desayunó y se internó en la habitación con todas las armas, empezando a verlas una a una.

Con lentitud tomó un palo, lo sacudió con cuidado esperando que tuviera algo escondido o hiciera algo raro, pero no, simplemente era un palo de casi metro y medio, empezó a moverlo de lado a lado, si no pensaba en lo que estaba haciendo sus movimientos eran fluidos, pero en el momento que intentaba enfocarse se volvía torpe. Sintió su mano un poco sudada y pensó en los guantes que había visto entre su armario, así que fue a buscarlos, en el momento que fue a ponérselos observó que en su mano había unas pequeñas marcas rosadas que hasta donde recordaba no tenía el día anterior, acercó un dedo de su otra mano para hacer un poco de presión, comprobando así que dolía ligeramente y se dio cuenta que las marcas estaban en sus dos manos. No entendía qué podría ser, hasta que cerró el puño y vio que sus dedos coincidían, cerró la mano sin esconder los dedos y pudo ver que efectivamente estos eran los causantes, al parecer se había enterrado las uñas en su propia mano al dormir, bufó frustrada y se puso los guantes para no ver eso.

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Perdió la noción del tiempo mientras practicaba nuevamente con el palo, fue su estómago quien la sacó de su letargo haciéndole notar que casi no había luz en el exterior y ella se había saltado el almuerzo y los medicamentos correspondientes. Preparó algo rápido y leyó las etiquetas de los frascos, "si se olvida una dosis, tómela tan pronto la recuerde. Si ya es hora de la siguiente entonces omita la olvidada, no tome una dosis doble para compensar". Hizo lo de omitir la olvidada, mientras pensaba que no diría nada al respecto, no quería regresar al hospital. Se desvistió, se puso su pijama y se metió a la cama con uno de los cuadernos, leyendo despacio y con detenimiento cada una de las palabras que decía allí, algo le decía que ella sabía todo eso pero en ese momento las palabras no cobraban ningún sentido. Vio la libreta junto a su cama y la abrió, pensando cómo podría empezar ¿numerando los días? Día 1 de ¿qué? No sabía cuánto tiempo había pasado desde su pérdida de memoria y de los días que llevaba en la aldea no había contado tres, por lo tanto era complicado intentar llevar un orden de esa forma. Tampoco podía simplemente hacer anotaciones sin sentido para después no saber cuándo las había hecho, así que lo más sencillo sería la fecha, esa al menos la sabía.

El Clan KazirgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora