Inalterable

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Abrió los ojos sintiéndose pesada y sin reconocer inicialmente el lugar en que estaba, lentamente los recuerdos de la noche anterior empezaron a regresar de golpe. Se había sentido tan agotada y fuera de sí que había intentado esconderse inútilmente en una esquina de su celda haciendo barrera con lo único que tenía disponible que era el colchón. Por supuesto que derribaron su improvisado búnker y en el momento que el ANBU la tocó, sintió toda su sangre hervir ¡NO! En su vida iba a volver a permitir que alguien le pusiera una mano encima sin su expresa autorización, ya había tenido más que suficiente de eso. Dirigió su mirada a su brazo y pudo ver el suero conectado, arrancarlo fue simplemente un acto reflejo más que algo realmente premeditado. No había nadie en el consultorio médico con ella, en la mesa junto a la camilla había una bandeja con comida y la boca se le hizo agua de solo verla, observó a todos lados indecisa sobre qué hacer, pero antes de decidir algo la puerta se abrió, dando paso a la ninja médico. Su cuerpo llevaba tanto suplicando por algo de alimento que le fue inevitable maldecir en su cabeza porque tal vez, aunque fuera contraproducente, pudo tratar de comer de forma rápida para al menos sentir el sabor en su lengua antes que la volvieran a privar del alimento.

- Come — fue el saludo de la mujer mientras revisaba la cánula y en un movimiento rápido volvía a ponerla en una nueva vena. Ella siguió inmóvil — si no lo haces te entubaré sin anestesia y pondré una manguera que lleve la comida directamente a tu estómago

No podía negar que estaba hambrienta, pero igual sabía que debía comer despacio o la repentina presencia de una cantidad grande de comida en un espacio que había estado vacío por un par de días lo único que conseguiría sería que terminara en el baño vomitándolo todo. Se incorporó y muy despacio tomó el vaso de agua para beber un poco, aunque el suero había nivelado su hidratación se sentía sedienta, después de eso rompió un trozo del sándwich y lo masticó varias veces antes de pasarlo, conteniendo su gemido por lo bien que sabía. Nunca en su vida se había demorado tanto comiendo ni mucho menos había apreciado tanto un simple sándwich, pero es que sentía que le había devuelto parte de la vida y su estómago afortunadamente lo toleró bien. Ese día lo pasó completo en el consultorio, el suero fue cambiado un par de veces y finalmente a la noche la llevaron de regreso a su celda en donde la dejaron dormir en paz.

A la mañana después de darle el desayuno la dirigieron a la sala de interrogatorios en donde igual que las veces anteriores la dejaron con las manos atadas y sola. Dejó entonces que sus pensamientos se fueran hacia Neji y en dónde podría estar en ese momento, por más que tuviera la certeza de haber hecho lo correcto no podía negar que le había dolido su mirada y la frialdad con la que la había tratado frente a Tsunade, ahí se había ido la casi inexistente esperanza de que volvieran a ser algo más que solo compañeros de equipo, dudaba siquiera que volvieran a ser lo otro o que llegara a dirigirle la palabra si es que ella alguna vez salía de allí, cosa que seguro no iba a pasar. Qué más daba, nunca en su vida había tenido tan claro lo que quería lograr y podía decir victoriosa que lo primero que era conseguir que el Hyūga viviera lo había conseguido, si lograba también lo segundo se daría por bien servida.

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A mediodía habían dejado frente a la joven el almuerzo y ella comió obedientemente, en el momento que pidió ir al baño le dijo a uno de sus subordinados que la acompañara pero que le diera privacidad, la chica ya había demostrado no tener mayor problema en que la hicieran caminar en ropa interior por las instalaciones ni con que la vieran hacer sus necesidades. Debía usar lo que había sabido sobre la relación que tenía con el Hyūga de alguna forma, eso y lo aprendido sobre la forma en que se sacudió cuando la tomaron por la cintura la noche anterior, abordaría esos dos aspectos antes de pasar a lo directo que era infligir dolor físico hasta que hablara.

El Clan KazirgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora