Reconocer

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Su mañana transcurría con normalidad, es decir con ella sentada en la sala de interrogatorios solo esperando a ver qué decidían hacerle ese día. La única diferencia es que no le habían puesto las esposas, demostrar que siempre había podido romperlas sin ningún problema al parecer causó que no consideraran necesario volvérselas a poner. No se arrepentía de haber atacado al ANBU que intentó propasarse con ella, ya les había advertido lo que pasaría si alguien lo intentaba y sabía que no permitiría que la volvieran a tocar sin su autorización. El despreciable sujeto se lo había buscado, y en un impulso de misericordia, una aparición fugaz de la Tenten vulnerable que abogó por tomar una vida sin siquiera parpadear fue que retiró la kunai, pero no lo haría de nuevo.

Dos golpes sonaron en la puerta y sin decir ninguna palabra el enmascarado frente a ella se puso de pie y salió. Ingresando ahora una persona que ella reconocía por completo y que parecía revisarla de arriba a abajo.

- Tienes diez minutos — esa era la voz de Ibiki a lo lejos — no responderé por tu integridad — no hubo palabras por parte del Hyūga, solo un asentimiento antes de cerrar y tras unos segundos en silencio las venas alrededor de sus ojos aparecieron. Tras apagar su dōjutsu se sentó, ella también lo analizaba detenidamente ¿era el real?

- Ryuuken desapareció por completo — le habló finalmente — me tuvo persiguiéndolo hasta la guarida a las afueras de Takigakure y simplemente se desvaneció del todo — ella no contestó, todavía dudando — necesito que me digas cuál será tu punto de encuentro con él

- ¿De qué hablas? no sé en dónde esté

- Tenten, esto es importante — ella se encogió de hombros, si no era el real al menos admitía que actuaba bastante parecido

- Lo he dicho todos los días, no lo sé. Que jueguen la carta de mostrarte de nuevo no cambia nada

- ¿Mostrarme de nuevo? — estaba confundido — ¿de qué hablas Tenten? — ¿de verdad era Neji?

- Genjutsu — admitió tras meditarlo un poco — y me hicieron creer que habías regresado hace varios días

- Regresé ayer antes del anochecer a Konoha — seguía dudando ¿qué podía preguntarle que solo supiera él y que no fuera revelador porque obviamente deberían estarlos vigilando? — ¿crees que soy una imitación?

- Sí, no puedo confiar en nada de lo que ocurre aquí pues solo quieren conseguir información sobre ti

- No comes hongos, lo olvidaste con tu perdida de memoria y los escupiste la primera mañana después que te rescatamos — le contó sin que le preguntara y ella sonrió ante esa historia

- Eso lo saben todos los que estuvieron ese día

- Tu primer escape fue a nuestro campo de entrenamiento antes del amanecer, querías conocer tu departamento y en este te asombraste por tus propias armas — ella parpadeó lentamente — hiciste piruetas con unas tonfas — podía sentir su respiración acelerarse por ese recuerdo — dijiste tu nombre seguido de mi apellido después de enterarte que no tenías — algo como una sonrisa ladeada se dibujó en el rostro de él — me obligaste a cocinar en Kumogakure

- Eres tú — se había sonrojado levemente solo de recordar esas noches en ese departamento, el Hyūga solo asintió con la cabeza

- Tenten, necesito que me des alguna pista para encontrar al fugitivo — volvió a encogerse de hombros — no puede desaparecer, tiene que responder por sus crímenes

- Me alegra que haya desaparecido, no tengo ninguna pista — él bufó y luego sacó algo de una de las mangas de su atuendo

- ¿Sabes que es esto? — sobre la mesa habían dos papeles, dos sellos que tenían en la parte superior en letra muy pequeña escrito un simple gracias

El Clan KazirgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora